Capítulo 20

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Narrador omnisciente

De ninguna manera estuvo bien.

En cuanto ambos chicos habían tomado la decisión de ir a un bar, lo que eran unas risas entusiastas y un sencillo vaso de alcohol, terminó en dos putas botellas vacías, una deuda y dos idiotas ebrios caminando por las calles sin rumbo alguno, tratando de mantener el equilibrio y soltando cualquier estupidez que se les viniera a la mente. Pues uno se la pasaba hablando de lo jodidos que son las palomas, mientras que otro se la pasaba diciendo a cualquier persona que pasara acerca de los cuidados que debes darle a tu mascota dinosaurio. Y bueno, obviamente eso trajo consigo varias miradas y palabras de extraños que no estaban del todo contentos con las acciones de aquellos dos chicos, que muy poco importaba en esos momentos. Es más, hasta un grupo de chicos que pasaba por el lugar grabaron el ridículo que hacían para después salir corriendo. Pues, era divertido ir a bares con tus amigos, pero era una completa mierda el salir a las calles en un estado no apto.

—Y esa es la razón por la que tu puta cara debe ser cubierta con una bolsa de papel.—dijo el pelinegro.

—Por pendejadas como las tuyas es que los dinosaurios ya no quieren tener nada que ver con nosotros.—contestó el castaño.

—Esos estúpidos reptiles se extinguieron hace millones de años.—mencionó el ojiazul.

—Pinche ciego.—reclamó el de los ojos oliva—. Ahí hay un dinosaurio. Mira bien.

—Es un poste.—dijo el contrario.

—Puta, pero que imaginación tienes tú.   

Ambos continuaron caminando hasta que de la manera más misteriosa, llegaron de vuelta al auto color negro, que en todo ese tiempo había estado ahí en perfectas condiciones. Así que esos dos jóvenes universitarios se subieron al mismo con la intención de volver a casa.

—Espera un momento.—dijo Oliver—. Estoy casi seguro de que esto podría salir mal.

—¿De qué hablas?.—preguntó el contrario mientras encendía el vehículo

—Hablo de que no llevas puestas las gafas adecuadas para conducir, ¿pues qué más?. 

Andy simplemente le mostró el dedo de en medio al chico del cabello alborotado, para después tratar de conducir un par de calles hasta el hogar de ambos. Y todo parecía ir de maravilla, al menos por los primeros cuatro minutos, ya que después, chocaron contra un auto de policía, lo cual indicaba que el Batimóvil había valido mierda y los dos chicos terminaron en la cárcel.

Fue una noche bastante difícil sin duda alguna, y parecía que sus vidas iban a terminar en ese mismo instante. Sino fue hasta que a la mañana siguiente los dejaron libres ya que al ya estar en sus cinco sentidos demostraron ser unos chicos demasiado agradables y responsables, o bueno, al menos por lo que el pelinegro había asegurado mientras golpeaba con el codo las costillas del castaño para que no arruinara el momento.

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Narra Oliver

Digamos que las cosas fueron bastante extrañas, simplemente recuerdo que al despertar me encontraba en la cárcel, y eso fue realmente nuevo para mí. Pero gracias a la gran habilidad para convencer a la gente de aquel chico, logramos salir de aquel lugar para que después un amable oficial nos llevara a casa. Y como podrá imaginar, me pasé el resto del día teniendo un maldito dolor de cabeza y vómito. Después de eso simplemente me eché a dormir, bueno, sino fue porque tuve una inesperada visita de mis padres quienes venían de paso a revisar que todo estuviera en orden conmigo y ya saben, todo ese discurso que hacen los padres. Además de que esa misma mañana ocurrió una gran tragedia, ellos se llevaron a mi perro, porque no le daba la atención necesaria, pero que gran menti... bueno, tal vez... creo que si lo mezclo con.. está bien, tuve que ir a encerrarme al baño para que se fueran de una vez.

Bad Boy [Sysack] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora