Capítulo 57

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El día tan esperado por fin había llegado a la vida de esos miles de jóvenes que durante varios años habían estado preparándose. Se trataba de la culminación de una educación ardua y bastante alocada; llena de experiencias inolvidables y bastante raras —por no decir absurdas— pero que sin embargo, de cierta forma habían marcado sus vidas para siempre. Tantas cosas por recordar que simplemente llegar hasta este día era increíble y a la vez un poco triste. Porque con esto también llegaba la parte de decir adiós a muchas cosas que bien podrían haber disfrutado por otro rato más. 

Para la mayoría de personas, este era un día feliz y lleno de orgullo, pues habían logrado ir un paso adelante en el gran camino de lo que sería una grandiosa vida —claro, si no terminan bajo un punte con un montón de ratas amigas— la cual no es tan mala idea... solo, que ese no era el plan de vida de nadie. Al menos, nadie que tuviera por lo menos el sentido común o alguno de esos. No obstante, dentro de ese mar de estudiantes felices, destacaban dos chicos que no habían tenido buenas experiencias los últimos días. 

Exactamente, se trataba del castaño y el pelinegro. Aquellos dos chicos que durante mucho tiempo habían tenido un sin fin de aventuras ridículamente estúpidas. Donde compartieron risas interminables, golpes, insultos, más risas... Pero sobretodo, un pedazo de sus vidas y todo el maravilloso universo que guardaban dentro de si. Ya que durante todo el tiempo que pasaron juntos, fue suficiente para que se dieran cuenta de que, a veces, las cosas que uno planea, salen totalmente diferentes. Cosa que no significa una tragedia o error, pero si un gran cambio. A lo largo de todo ese tiempo se fueron conociendo mutuamente, fueron adoptando nuevas formas de pensar y sobretodo, amando cada vez más a otra persona que en un principio era una total desconocida. 

Pero las cosas entre ellos dos ya no eran como antes. Es mas, ni siquiera se podía asegurar que quedaba aunque sea una mínima pizca de lo que ellos dos pudieron haber sido hace algún tiempo atrás. Ahora la presión y una enorme responsabilidad estaba sobre sus hombres, y eso era algo que simplemente no podían evadir, aunque quisieran hacerlo. Las cosas se habían complicado desde que aquella propuesta de trabajo que Oliver decidió tomar; y no iba a mentir, de cierta forma estaba afectando a su vida entera de ambos modos. Tanto de manera positiva como negativa. 

Todos se preparaban para el gran día que les esperaba, y que claramente iban a pasar en la misma institución que los vio —podría decir crecer— pero claramente la descripción adecuada sería: volverse más pendejos. Que igual es bueno, pero no es algo que se pudiera poner en un curriculum y obtener el trabajo —aunque si pasara, sería sorprendente— El caso era, que todos se encontraban felices de la vida, arreglados y bellos para dirigirse al lugar en el que estarían terminando esos años de las famosas investigaciones y proyectos... y cualquier otra cosa que llegue a ser parte de todo eso. 

Como era de esperarse —y como debe ser— la institución se encontraba repleta de decoraciones, se podía apreciar a simple vista el esfuerzo que se había puesto por lograr que el lugar se viera espectacular. Por supuesto que se presentaban los típicos globos, las mantas con letras llamativas y un poco de brillo, porque siempre debe estar presente el brillo. Además de que la pista de baile se veía bastante tentadora. Por no mencionar el escenario al aire frío donde se alzaban las mesas con aquel papel tan significativo; las flores, los arreglos. Todo era como para recordar la ocasión. 

Andy se encontraba en su habitación perfeccionando su apariencia, aunque realmente ya no había nada más que perfeccionar. Estaba más que claro que él ya había nacido así y que no necesitaba de nada para lucir impecable. Aunque claro que debía usar un elegante traje negro con una camisa color azul marino que hacia total juego con el hermoso color de sus ojos. Por la mañana había recibido una llamada de sus padres diciéndole lo orgullosos que estaban de su persona. También le informaron que irían a cenar a su casa en cuanto acabaran de hacer sus deberes, pues debían dejar las cosas estables antes de abandonarlas. 

Bad Boy [Sysack] [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora