CAPITULO 4 UNA CITA CON EL DESTINO

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DEDICADO A XIONELA, 

Un amor en la vida de Cristhofer

Gracias amiga disfruto cada uno de tus comentarios y hablar contigo, eres de esas personas especiales que Dios pone en tu vida para alegrarla.

Esa mañana Eren despertó emocionada pues empezaba un seminario de Criminología, así que ni siquiera desayuno pues quería ser de las primeras que llegara y ocupar el mejor asiento

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Esa mañana Eren despertó emocionada pues empezaba un seminario de Criminología, así que ni siquiera desayuno pues quería ser de las primeras que llegara y ocupar el mejor asiento.

Ethan fue por ella y como el destino suele jugar malas pasadas, había una tranca en la interestatal y llegaron con media hora de retraso a la universidad.

Corrieron por el pasillo para ella ir a su clase y una vez que estuvieron frente a la puerta del Salon, el la tomo en sus brazos para darle un beso antes que ella entrara.

- T e amo- Le dijo desde lo más profundo de su corazón

- Yo también te quiero mucho.- expreso ella a su vez, sintiéndose culpable por no experimentar ese mismo sentimiento

Eren entro con timidez, notando que las luces estaban apagadas, y ocupo una butaca de las que estaban arriba para no llamar mucho la atención, vio que todos estaban atento viendo en el video bean un video sobre el juicio que estaba actualmente en la palestra del narcotraficante Rubens Walking.

Su mente debía estarle jugando una mala pasada pues a pesar de la distancia o de la oscuridad, su corazón empezó a latir presuroso al reconocer al hombre que estaba impartiendo la clase.

Esa espalda ancha, ese cabello rubio cenizo, esa voz que resonó en sus tímpanos, le era profundamente conocida.

Y cuando finalmente reviro y pudo ver su rostro sus ojos pudieron corroborar lo que su corazón ya sabía. Parado delante de ella, traje de marca y tan guapísimo como lo recordaba estaba Cristhofer Hadwing.

Cristhofer Hadsking miraba ahora hacia el auditorio en pleno y basto unos segundos para que sus ojos azules se encontraran con los ojos color miel y por un mágico minuto solo fueron ellos dos.

Cristhofer Hadsking miraba ahora hacia el auditorio en pleno y basto unos segundos para que sus ojos azules se encontraran con los ojos color miel y por un mágico minuto solo fueron ellos dos

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