CAPITULO 37 DESCUBRIENDO EL MOTIVO

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Cristhofer no la estaba pasando nada bien, el dormir con Eren cada noche y tener que contener los deseos de besarla y abrazarla era una tortura

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Cristhofer no la estaba pasando nada bien, el dormir con Eren cada noche y tener que contener los deseos de besarla y abrazarla era una tortura.

Sus eternas duchas nocturnas no apagaban ese deseo que ella inspiraba.

Lo bueno es que en estos días que habían pasado, la notaba más distante, reservada y entendió que era ahora ella marcando distancia entre ellos.

- Vas a acabar el agua – indico ella con sorna cuando el salió del baño y tomo asiento en la cama para pasar su toalla con el cabello húmedo.

- Pasa algo- reviro el notando su tono molesto.

- Se lo que pasa - indico ella de frente a el.

- ¿Lo sabes?-pregunto curioso

- Te mueres de deseos de estar con Brenda y como tienes que cuidarme eso te tiene frustrado, ¿me equivoco?.- soltó con cuestionamiento.

Como no se daba cuenta que era por ella que estaba así, acaso no era evidente esa señal que intentaba disimular tapándose con la toalla.

Desearla era poco para el cumulo de pensamientos, deseos, sensaciones que su cuerpo experimentaba.

Por eso no pudo, ni quiso estar con Brenda, porque no era a ella a quien deseaba, sino a Eren Kemal, la chica con un corazón generoso, un carácter fuerte, quien lo había enamorado por completo.

Pero la razón debía prevalecer y cumpliendo así con el mejor rol de su vida

- No, no te equivocas, y no debería molestarte- espeto despectivo

- Te acuestas con cuanta mujer te susurra al oído, eres todo un promiscuo Cristhofer Hadsking- le escupió con desprecio.

La mirada fría como el hielo la recorre, posa su mano en su mejilla en una caricia que la hace sentir incomoda porque lo que ve en sus ojos es lujuria insana. Es ese Cristhofer cínico que odia tanto.

Como pueden converger en una persona dos personalidades tan diferentes.

O era un completo desagraciado, o un enfermo psicópata.

- Por más que uno quiere evitarlos los viejos hábitos siempre regresan. – lo acepta tranquilamente y ella diría hasta orgullo y le reitera- Este es quien soy Eren, no el que era contigo, no se puede vivir siempre en una mentira- remato.

- Entonces cuando dijiste que me amabas también era una mentira- susurra ella con voz ahogada en lágrimas.

Cristhofer ve sus ojos empañados de lagrimas, el dolor en el fondo de su iris y le esta partiendo el corazón a el también, y por un momento pensó echar todo por la borda, abrazarla y decirle cuanto la amaba, pero ese pasado se interpone y los separa, pero reconoce que hay mas en juego que su corazón lastimado, que con el tiempo sanaría.

ERENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora