CAPITULO 22 UN AMOR PROHIBIDO

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Eren estaba intrigada con Lily quien la había invitado a su casa para compartir pero el domingo se perdió durante todo el día y estaba segura que andaba con ese enamorado misterioso.

Esperaba fuese el hombre apropiado para su amiga y le hiciera muy feliz porque ella lo merecía.

Aprovecho este tiempo para tratar mas a Helen quien era una mujer muy agradable, dulce y siempre mantenía una sonrisa en sus labios.

Por su parte Ethan no intento meterse de nuevo en su cuarto y cuando la besaba ella seguía poniéndole limites.

Ese día después de almuerzo se fue a practicar baskett con sus compañeros de equipo.

Desde el sábado no veía a Cristhofer, tampoco la había llamado y ella lo extrañaba mucho.

Por mas que intentara ocuparse en otras cosas para olvidarlo, el seguía en su mente y en su corazón.


Cristhofer estaba en su apartamento y parecía  un gato enjaulado pues se debatía entre lo que el dictaba su buen juicio y es poner distancia con Eren, o lo que en realidad era lo que deseaba hacer, buscar y besarla.

Tomo las llaves de su auto y dejo que sus sentimientos, esos con los que tenia tiempo luchando, vencieran sobre el temor y la razón.

La excusa una vez mas fue hablar con Julian de algunos asuntos de al empresa, que bien podía hacerlo en su oficina.

Ya tenían rato discutiendo sobre los asuntos laborales de la empresa cuando vio finalmente bajar a Eren, quien les dirigió una tímida sonrisa que él no correspondió y agarrar para la cocina.

Estaba molesto y sabia que no debía tener motivo porque ella era la novia de su sobrino, y a pesar de el cariño que lo unía a ella eso no le daba derecho a cuestionar el hecho que ella se acostara con él.

Pero esa idea de ellos juntos no se apartaba de su mente y le causaban incomodidad en su corazón.

Llevado por ese deseo irracional de estar con ella se excuso con Julian para ir a la cocina.

La encontró tomando un vaso de agua. La miro de arriba abajo sin poderse contener, Eren era una mujer muy hermosa pero era esa dulzura que había en su mirada, que lo descolocaba.

Esos ojos que siempre solian verlo con admiración, como si lo considerara su héroe.

Ciertamente es eso lo que ella sentía por él, solo admiración, y pensar eso lo hizo sentir mal.

Llevaba puesto unos short, una franela con un gatito en medio, y el pelo recogido en una cola de caballo, que le daba una apariencia más juvenil aun y absolutamente tentador.

Se detuvo en su boca color cereza, labios llenos que deseaba besar. Sus senos pequeños y firmes se mostraban cuando la respiración de ella pareció agitarse, quizás por la impresión de verlo, su cintura también pequeña y su vientre plano solo lo hacían pensar en recorrer con su mano cada milímetro de su piel.

Pensamientos que debía erradicar de su mente porque ella era una mujer comprometida y él un hombre con profundas raíces y un secreto que impedía que ellos pudieran estar juntos.

- Buenas noches, he venido por agua- indico él, mirándola a los ojos y eso basto para saber que le pasaban cosas con ella, no era una simple atracción, no era lo que le pasaba con la otras mujeres que despertaban su libido pero no conmovían su corazón, nunca se permitió sentir algo mas, pero con ella era diferente, aquí el no ponía las reglas, aquí todo su auto dominio se iba a la papelera. Jamás podría explicarse que le pasaba con ella, tenia el poder de atraerlo como el imán al metal. Lo que más deseaba era pegarse a ella, sentir su aliento, palpar su piel, absorver su aroma y saborear sus labios.

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