Capitulo 11

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Nathan

Me desperte por la mañana, no habia dormido bien y aun tenia sueño. Me sente en la cama y me percate de que Jared no estaba.

Después de vestirme baje las escaleras, un ruido hizo que me dirijiera a la cocina, Jared estaba ahi, cocinando.

--Perdon, no queria despertarte -- dijo con una sonrisa amable

--No te preocupes, no sabia que cocinabas.

--Aveces lo hago, vivo solo despues de todo -- dijo Jared y en ese momento recorde que no sabia nada de él, llevaba poco tiempo de conocerlo

--¿Y tus padres?

--Ellos...viven en otro pais debido al trabajo -- parecia nervioso

Decidi que por el momento no preguntaria mas de su vida, lo haria en otra ocasion tal vez.

Estaba perdido en mis pensamientos que nisiquiera note cuando él se acerco a mi y me rodeo la cintura pegandome a su cuerpo.

Sonrei al mometo de cruzar mi mirada con la suya. Comezo a acercar su rostro hasta unir por completo nuestros labios, los movia tan suavemente que me dio una sensación diferente a la de la noche anterior.

Jared comenzo a caminar un poco, haciendome chocar con la mesa, obligandome a sentarme en ella. Se coloco entre mis piernas y comenzo a mover su cadera

--mmng n-no Jared, aqui no -- no iba a negar que la idea me exitaba pero Jared no habia sido nada amable ayer y aun me dolia.

-- Vamos, por favor -- decia con la voz llena de lujuria. -- te prometo que lo disfrutaras, te hare experimentar nuevas cosas -- besaba y mordia mi cuello con desesperación.

--No, encerio Jared -- dije los mas tranquilo que pude.

Jared se alejo de mi y se dio la vuelta para continuar con lo que hacia.

¿se habia molestado?

--Jared, lo siento, esque de verdad me duele, no queria que te m...

--¿Te duele? -- interrumpio antes de que terminara la frase -- Debiste habermelo dicho, lo siento

-- Esta bien, yo tambien lo siento- me abrazo, yo correspondi, pero habia algo que no cuadraba, sus palabras y sus disculpas no me habian parecido sinceras, lo habia dicho con un tomo tan frio que me costaba creerlo, aún asi me esforce por hacerlo.

Despues de eso desayunamos en un silencio nada incomodo. Luego de tanto tiempo estaba sentado frente a alguien que no me restregaba en la cara lo inutil que era, como lo hacia mi madre.

No Te Dejaré IrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora