EMMA POV's.
No podía creerlo, otra advertencia había llegado a mi. No entendía nada, nada de nada. ¿Por qué esos mensajes llegaban a mi celular? Jamás le haría caso a esas tontas advertencias, y, en todo caso... ¿Por qué no confiaría en nadie?
Esta vez no respondí, odiaba tener a alguien detrás de mi y de mi vida que supuestamente sabía algo que yo no. ¿Cuál será esa verdad de la que tanto habla?
Si intentaban advertirme algo ¿por qué no aparecía esa persona y me lo decía de frente? Se me pasó por la cabeza que tal vez fuera Luke jugandome una broma, pero, ni siquiera él es tan tonto como para jugar con un tema así, y menos que sabe que no es bueno que yo me asuste. Jamás hacen que me preocupe o cosas por el estilo, desde pequeña he tenido problemas del corazón, aunque eso sólo lo saben mis padres, mi hermano, y mis mejores amigos. Y así debe quedarse, supuestamente, según mi médico, ese problema puede ser hereditario, aunque ninguno de mis padres o mi hermano tienen esos problemas, por lo que dicen que puede ser algún otro pariente del árbol genealógico. Pero bueno, lo importante aquí es averiguar quien rayos está enviando esos mensajes y por qué, si en verdad hay una "verdad" detrás de mi, quiero saberla.
Encendí mi ordenador, e intenté rastrear el número, pero justo cuando estaba por averiguar su ubicación, se desconectó, tal vez hayan apagado el celular, o quizás lo rompieron, porque luego de diez minutos intentando no hubo forma de que encontrara la maldita ubicación.
Toc, toc. Sentí ruidos en la puerta de mi habitación.
Mi corazón comenzó a latir rápidamente al imaginarme que podría ser Drew de nuevo, o alguien más, empecé a asustarme mucho, creo que había adoptado un nuevo trauma, y era estar en mi casa sin alguien, o pensar en que algo podría pasarme y jamás me casaría con Peeta.
Abrí la puerta cuidadosamente, y allí estaba mi primo, Connor.
- Ay, me asustaste, estúpido -dije tocando mi pecho, mi corazón latía rápidamente.
- Hola a ti también primita -dijo con sarcasmo.
- ¿Qué haces aquí? -pregunté. Por un minuto olvidé que él ahora se estaba quedando con nosotros, ¿despistada yo? Nah.
- Sólo venía a despedirme, me llamaron del trabajo, y, me necesitan -dijo pasando a mi habitación.
Al decirme eso, caí en la cuenta de que nunca me dijo en que trabajaba.
- Oye Connor...
- ¿Si? -me sonrió.
- ¿Cuál es ese trabajo tuyo?
Él dudó unos segundos y luego suspiró-. No puedo decirte, pero, es algo muy bueno.
Eso me dolió un poco, pensé que teníamos la confianza suficiente como para contarnos lo que sea.
- Hey, tranquila, no es nada de otro mundo -rió.
- ¿Y por qué no me cuentas? Se supone que somos como hermanos, ¿no confías en mi?
- Claro que confío en ti, Emma. Es sólo que no se me permite decirle a nadie.
Rodé mis ojos, ni que trabajara en el FBI.
De repente recordé lo que estaba haciendo hacía un par de minutos, y me tensé. Mi primo pareció notarlo.
- ¿Qué tienes Emms?
- Mmm nada...
- ¿Es que acaso no confías en mi? -dijo imitando mi voz con dramatismo.
- Idiota -me reí.
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La Chica de la Biblioteca
Novela JuvenilUna historia llena de sorpresas, aventuras y... Secretos. ¿Te atreves a descubrirlos? ©Obra registrada en Safe Creative. ©No se aceptan copias y/o adaptaciones. ®Recuerda que lo más valioso que tenemos es la imaginación. ¡No uses la mía!