La Chica de la Biblioteca

Dudoso...

THIAGO Pov's.

Luego de hacer el postre y cumplir con la parte del trato con mis hermanos, llamé a mi novia para que también viniera a la cena familiar. Espero que todo salga como lo planee.

Ahora que ya estaba más alivianado, que no tenía más nada para hacer, comenzaba a preocuparme, mi hermanita no me había pedido que fuera a buscarla, y ya estaba anocheciendo.

Salí de la casa dispuesto a buscarla, sin embargo y gracias al cielo, cuando estaba por subir a mi auto, alguien se estacionó fuera de la casa.

- Hola, Thiago –dijo Emma bajándose del auto.

- Hermana –la abracé-. Ya estaba yendo a buscarte, estaba preocupado.

- Es mi culpa, lo lamento. Nos entretuvimos en la feria –dijo Matt bajando del auto.

- No hay problema, pero no falta tanto para la cena, por favor Emma ve a cambiarte –le dije, ella asintió.

- Ahora vengo –dijo feliz mientras saltaba entrando a la casa.

- Ella es increíble –habló Matt con una sonrisa de bobo. Se notaba que quería mucho a mi hermana. Al verlo así, me pregunté si yo también luciría de esta manera al ver a mi hermosa novia, Sophie.

- Ya lo creo, ven amigo, pasa... -nos adentramos a mi casa.

- Oye, Thiago. Disculpa pero, ¿me prestas tu baño? Me gustaría cambiarme para cenar –me pidió.

- Claro, pasa. ¿Traes ropa? Sino con gusto te prestaré.

- Gracias, pero tengo ropa en el auto, la buscaré –dijo y se fue.

Me encogí de hombros y terminé de preparar la mesa para cenar.

EMMA Pov's.

Realmente estaba nerviosa, no sabía qué pasaría esta noche, pero quería terminar de agradarle a mi familia. Por mis padres.

Tomé el vestido más bonito que encontré, me peiné un poco y bajé al comedor para estar con Matt y Thiago, al llegar, me encontré a una chica muy bonita sentada en el sofá.

- Hola –saludé adentrándome en el lugar.

- Buenas noches –me dio una sonrisa-. Tú debes ser Emma, o... Megan.

- Sí... ¿cómo lo sabes?

- Hermana –dijo Thiago adentrándose en la sala con dos vasos con champagne en sus manos-, ella es Sophie, mi hermosa novia.

Sophie me sonrió.

- Es un placer, cuñada –le guiñé un ojo.

- Lo mismo digo –respondió ella riendo.

Miré a Thiago de nuevo.

- Oh, disculpa, te ofrecería –dijo moviendo su vaso en mi dirección-. Pero eres menor de edad.

Rodé mis ojos y Sophie rió. Pronto mi novio entró a la sala completamente diferente a hace un rato, traía unos pantalones oscuros, una camisa clara y unos zapatos negros, ¿de dónde había sacado toda esa ropa? Es decir, él dijo que tenía ropa en su auto, pero jamás imaginé que tan elegante.

- Estás hermosa –dijo en cuanto llegó a mi lado, me dio un corto beso y tomó mi mano.

- Tú no estás nada mal, eh –le guiñé un ojo.

Pronto se dio cuenta de que la novia de Thiago estaba allí y la saludó con cordialidad.

- Es un placer, soy Matthew O'Conner.