La llorona

561 44 1
                                    

- ¡¿Qué?! –Exclamó mi mejor amigo- ¡¿Quién?! ¡¿Por qué?!

- Eso es lo que no sé. Me han llegado cartas de amenaza y fotos –expliqué calmada, o... intentando parecerlo.

- Emma, esto es muy malo. ¿Por qué no me lo dijiste? Creí que era algo más tonto que esto...

- Pues... en las cartas me amenazan a través de ustedes. No se meten conmigo, se meten con ustedes –dije. Ya tenía ganas de llorar, no le había contado a nadie por todo lo que estaba pasando, pero me dolía que se metieran con mi familia, porque eso éramos todos, familia.

- Oh Emma –Luke me abrazó-. Siento mucho por lo que has estado pasando, no tenía idea de nada.

- Esa era la idea –respondí secando las lágrimas que amenazaban con salir de mis ojos.

- ¿No se lo has dicho a nadie? –preguntó.

- No... te lo dije a ti porque no tenía opción. Yo sé que si no te decía averiguarías por tu lado, y eso sería peor.

- ¿Desde cuándo está pasando esto?

- No lo sé, desde hace dos semanas creo...

- Emma, debemos dar aviso a la policía.

- No –dije intentando sonar firme-. Si yo le cuento a alguien, les harán algo malo a ustedes, y aquí la idea es que ustedes no sufran.

- Pero no puedes sufrir tú para salvarnos a nosotros –dijo molesto.

- Yo no sufro, a mí no me harán nada. Por el contrario, al parecer alguien me está escondiendo algo, y sólo por eso sigo las tontas instrucciones y voy a los lugares donde me citan, para averiguar esa verdad de la que tanto me hablan –expliqué.

- ¿Tú no sufres? –preguntó con sarcasmo, como si sólo le hubiera quedado eso de todo lo que le dije-. Eso es absurdo, estuviste internada, te separas cada vez más de la gente que quieres, y dices que no sufres.

- Falta poco, pronto me dirán esa verdad -dije seria.

- No dejaré que sigas así –respondió molesto-. Lo siento, pero tengo que hablar con tus padres, o con los chicos, no sé. Tengo que ayudarte.

En ese momento mi corazón se rompió.

- Acabo de contarte confiando en ti, no puedes decirle a nadie, Luke.

- ¡Es por tu bien, Emma! –exclamó casi gritando.

A esta altura yo ya estaba llorando. Me sentía tan vulnerable, odiaba eso.

- Emma no llores –dijo Luke acercándose.

- Yo te conté porque eres mi mejor amigo y confío en ti. No puedes traicionarme e ir a contarles a todos –me paré del asiento.

- Emma, te están haciendo mal –respondió.

- Pero necesito saber la verdad de la que tanto hablan y ver quién está detrás de todo esto –dije firme.

- ¿Y si sólo es una broma pesada? Nunca has visto a la persona de las cartas –dijo.

- Aun así necesito averiguarlo, y pronto lo haré. No quiero involucrar a nadie más –respondí.

- Emma, esto debe parar –dijo.

Lo miré fijamente, sabía que dijera lo que le dijera, él iría a contarles a mis padres o a nuestros amigos. Así que decidí acabar con todo.

- Tienes razón –dije caminando hacia la puerta.

- ¿A dónde vas? –inquirió.

- Ya te dije la razón por la que te conté todo, y seguramente irás de bocón por ahí. No quiero amigos en los que no pueda confiar.

La Chica de la BibliotecaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora