THIAGO Pov's.
Ya habían pasado varias horas desde que Emma se había ido con Marcus, tres horas y media, para ser exactos, y todavía no volvía. Así que ya imaginarán mis nervios. ¿Quién necesitaba tanto tiempo para un desayuno?
Pronto entraron mis padres a casa, seguidos de...
- ¿Qué hacen ellos aquí? –pregunté confundido.
- Hijo, ellos son los padres adoptivos de Emma y su hijo...
- Logan –dije frunciendo el ceño-. Sí. Lo sé... Espera, dijiste... ¿padres adoptivos?
Mis padres asintieron.
- Thiago, debemos contarte algo –dijo mi madre-. Siéntate...
¿Qué rayos?
EMMA Pov's.
Mi tío y yo habíamos desayunado algo no tan rico como las comidas de mi hermano Thiago, pero bueno, al menos me había invitado, aunque había estado la mayoría del tiempo con su celular. En este momento nos encontrábamos en su oficina, me había traído allí para mostrarme cómo funcionaba todo, por si se me ocurría ayudarle a mi padre, o a Thiago. Así que acepté.
- Megan, ¿qué tanto sabes de tus padres? –su pregunta me sorprendió.
- Lo suficiente –respondí. ¿Qué le importaba eso a él?
- Y dime... ¿te preocupa el bienestar de la familia? –me preguntó, mientras se preparaba un café.
- Claro que sí –respondí obvia, ¿a dónde quería llegar?
- ¿Y qué estarías dispuesta a hacer para mantener el buen nombre de la familia Marshall y de la empresa?
Su pregunta comenzaba a incomodarme. Y para colmo, todavía no me ofrecía café, con lo que a mí me gusta.
- Lo que sea... -le seguí el juego. ¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar?
- ¿Ah sí?
Lo miré con recelo.
- Cualquier cosa que mi padre necesite que haga, lo haré.
- Hasta...
- ¿Hasta?
- ¿Casarte?
- ¿Qué? No, soy demasiado chica para casarme aún. Además, en todo caso, me casaría con Matt, y no creo que monetariamente les sirva, Matt es alguien normal.
- Sí, claro... pero, Jack Cooper no –me sonrió cínicamente, mientras revolvía su café.
- Jack no me gusta, jamás me casaré con él.
Él tomó un poco de su café, y luego, presionó un botón en su escritorio. De repente, dos muñequeras me apresaron en la silla, y en los tobillos, algo también me apretó.
- ¿Qué pasa? ¿Qué estás haciendo? ¿Por qué...?
- Mira, niña mimada. ¡Ya me harté de tu obstinación! No voy a seguir fingiendo que soy bueno solo para que me digas que no vas a casarte con Jack.
- ¿De qué rayos estás hablando? ¿Parra qué quieres que me case con él? –le dije tratando de soltarme.
- Lucha todo lo que quieras, pero si yo no presiono el botón, no te soltarás. Y, con respecto a tu pregunta, querida sobrina –hizo énfasis en la última frase-. A la empresa, y sobre todo a mí, nos convendrá que te cases con él. Porque solo de esa manera, los Cooper aceptan la sociedad.
- ¡Pero búscate a alguien más! –le grité-. ¿Por qué yo?
- Ay, no te creas tan especial, querida... ya había intentado convencer a Mackenzie, y hasta había aceptado por el dinero, pero llegaste tú, y dijo que fueras tú. ¡Viniste a arruinar mis planes!
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La Chica de la Biblioteca
Ficção AdolescenteUna historia llena de sorpresas, aventuras y... Secretos. ¿Te atreves a descubrirlos? ©Obra registrada en Safe Creative. ©No se aceptan copias y/o adaptaciones. ®Recuerda que lo más valioso que tenemos es la imaginación. ¡No uses la mía!