¿Hasta que la muerte nos separe? - (Segunda parte de Dulce Espera, H.S)

*21*

________'s  POV

-¿Perrie?-gritaba Jade mientras tocaba el timbre de su casa.

-Jade, no está - dije casi tiritando mientras me intentaba poner delante de ella para evitar que siga tocando. Había empezado a nevar.

-Está dentro, su carro esta ahí - dijo alterada y yo rodeé los ojos - Me preocupa - añadió intentando tocar el timbre de nuevo.Le cojí la mano.

-A mi también pero si no quiere salir debe ser porque quiere estar...-¿Crees que pienso eso?- interrumpió alzando las cejas. Sus cabellos castaños se empezaban a llenar de pequeños puntos blancos, al igual que sus largas pestañas. Suspiré y me crucé de brazos.

-Y yo soy la terca - reclamé - En verdad...- Shhhhh - me interrumpió ella al oír como la puerta se abría.

-¿Jade? - exclamó Louis sorprendido -¿______?- añadió aún más sorprendido al verme,pero apostaría porque mi cara de sorpresa era aún peor que la suya. Tenía puesta una polera azul y un par de jeans. Su cabello estaba despeinado, y tenía un poco de barba.

-¿Louis?-dijimos ambas al unísono. Sus ojos por alguna razón combinaban a la perfección con su ropa.

-¿Está Perrie?-preguntó Jade rápidamente. Louis seguía con la mirada fija en mí, y viceversa.

-Si, pero no creo que deberíamos despertarla - contestó y giró su rostro hacia Jade.

-¿Le pasa algo?-pregunté. Él suspiro y alzó las manos, empezó a explicar.

-Regresando de comprar algunas cosas para el bebé, decidí visitar a Zayn. Su casa está en el camino y además no sabía nada de él hace un buen tiempo - habló mientras juntaba cuidadosamente la puerta por detrás de él.

-¿Y?-añadió Jade impaciente para que continuara, no pude evitar lanzarle una mirada de reproche.

-Llegué aquí y toqué el timbre,Perrie me abrió con los ojos llorosos, pasé y me quedé un buen rato con ella hasta que se quedó dormida.

-¿Contigo?-pregunté antes que mi cerebro sea consciente de lo que mi boca había decidido soltar. Louis alzó las cejas. Jade entrecerró los ojos.

-¿Eso importa?- soltó ella. Negué con la cabeza avergonzada.

-Creo que tal vez  será mejor que vaya a ver a Eleanor,pueden quedarse con ella - opinó, la nieve ahora caía sobre los tres, dejando pequeñas gotitas blancas sobre la polera de Louis.

-Si,esta bien -añadió Jade. Louis asintió. Entramos a la casa y Louis se puso un abrigo enorme luego de sacudirse la poca nieve que tenía encima. Me quité el abrigo y lo sacudí, luego hice lo mismo con mi cabello pero de manera más cuidadosa. La casa estaba en completo silencio.

-Voy a prepararle a Perrie un té de durazno,es su favorito - dijo y luego de mirarnos a ambos se dió media vuelta para ir a la cocina. Me empecé a frotar las manos para intentar entrar en calor, me solté el cabello.

-Perrie me recordó a ti - soltó Louis.

-¿A mí?

-Quería que me fuera,pero al mismo tiempo,sabía que no la dejaría sola - aclaró y yo me crucé de brazos.

-¿Por qué querría que te fueras?-pregunté sin entender a dónde iba con sus palabras.

-¿Por qué quieres que me vaya?-preguntó.

- No quiero que te vayas -exclamé.

Ladeó la cabeza y me señaló con una mano vacilante.

-Lo haces de nuevo - dijo mirándome.

-¿Hacer qué?

-Mentir - respondió y se cruzó de brazos. Me acerqué a él para que no haya necesidad de alzar la voz.

-¿Por qué estoy mintiendo Louis?

-Desde lo que pasó en mi casa actúas como si lo que dijo Nubia fuera cierto,cómo si tuviéramos que dejar de hablarnos por ser amantes -dijo en voz baja -Es absurdo.

-No estoy actuando.

-Sea lo que sea que estés haciendo,no me gusta.

-Sabemos que lo que dijo ella no es cierto. Es ridículo - hice una pausa - Es incómodo ahora.

-¿Incómodo verme?-preguntó fastidiado.Lo miré y negué con la cabeza al saber que no entendía mi punto.

-No, es incómodo no poder hablar de ti con Harry porque me da miedo que siga recordando lo que Nubia dijo, miedo a que Eleanor se porte rara conmigo cuando conteste el teléfono, miedo a que todos piensen que por tan solo mirarnos,sonreírnos o abrazarnos signifique que estamos traicionando a quienes más queremos - solté con mi mirada fija en la suya, mis ojos pendientes de los suyos. Era la primera vez que decía todo eso en voz alta, la primera vez que no solo me lo admitía a mi misma si no a alguien más.

Ahora su entrecejo estaba fruncido.

-No quiero perder tu amistad por un estúpido rumor - murmuré al final, abrazándome a mi misma.

-Yo tampoco - añadió, estábamos cerca, muy cerca. Sin embargo era completamente normal y natural para nosotros, como si estuviéramos abriéndonos de forma honesta uno al otro dentro de una pequeña burbuja.

Ajenos a todo y a todos.

-¿Podemos dejar de comportarnos raro? - susurró. Ladeé la cabeza.

-Somos raros - dije y él sonrió de medio lado - Dejemos de sentirnos culpables por algo que no es cierto.

Él asintió.

-¿Vas a abrirme las puertas de tu corazón de nuevo?-bromeó abriendo ampliamente sus brazos.

Arrugé la nariz.

-Eso es cursi y meloso - dije, él imitó mi acción.

-¿Si?-preguntó deteniéndose  cuando estábamos a punto de abrazarnos.

Asentí sonriendo.

Me estrechó con fuerza. Acerqué mis labios a su oreja.

Solté un susurro.

-Nunca las cerré.