*34*

851 38 3
                                    

_________'s  POV

¿Lo de siempre? - preguntó Rose, la dueña de la cafetería mientras preparaba unos hotcakes, ambos asentimos. Siempre que podía me daba una vuelta por la cafetería y al parecer Louis igual, Rose era encantadora y la comida, deliciosa. 

-¡Un café expresso y un chocolate bitter!¡Ambos ardiendo! - indicó en voz alta. 

El café era para mí, el chocolate caliente para Lou. 

-¿Él es el encantador bebé del que me hablabas cariño? - preguntó emocionada. Se lo había contado en la mañana, ahí compré el desayuno para Harry.

-Si - dije sonriendo, no podía evitar sonreír al hablar de mis niños.

-Oh, es hermoso - ahogó un grito llevándose las manos al pecho.

-¿Y cuándo conoceré a tu bebé Louis? - preguntó poniéndose las manos en las caderas.

-Pronto querida, pronto - respondió él sonriendo.

-Bueno, vayan a ponerse cómodos, yo misma llevaré sus bebidas calientes  - agregó y luego de intercambiar sonrisas, Louis y yo fuimos a sentarnos. Nos acomodamos en unos sillones pegados a la ventana, coloqué a Thiago en mi regazo con ayuda del canguro, luego le coloqué una mantita por encima.

-¿Cómo se encuentra Harry? - preguntó Louis.

-Mejor, mucho mejor - respondí sonriendo. Asintió varias veces. 

-Mira la verdad... - empezamos al mismo tiempo, interrumpiéndonos entre nosotros. Reímos nerviosamente.

-Tú primero - dijimos al unísono.

-Empezaré a hablar antes de pasar una hora entera coincidiendo en lo que decimos - dijo con una sonrisa nerviosa mientras movía las manos, asentí.

-No quiero que las cosas cambien - dijo firmemente e hizo una pausa - Sé que te oculté algo y no debí hacerlo pero si tú me hubieras pedido guardar un secreto, igual lo hubiera hecho - continuó.

-Es distinto - dije sin pensar. 

-¿Por qué lo es?

-Yo no te pediría ocultar algo de esa magnitud - confesé, el tensó el rostro. 

-Zayn me dijo que le gustabas ¿Qué debía hacer? ¿Ir corriendo a tu casa, tocar la puerta y acusarlo?¿Dar un mensaje a la nación?

Suspiré.

-Podrías haber hecho que entre en razón.

Bufó.

-¿Crees que no lo intenté?

-Al parecer no lo suficiente - espeté, el negó con la cabeza. 

-No creas que a mí todo esto me agrada.

-Créeme que a mi tampoco.

Por primera vez, un silencio verdaderamente tenso se hizo presente entre nosotros, endureciéndose con el paso de los segundos como una muralla. 

-Louis - hablé mientras él miraba los tatuajes en sus dedos. Apretó los labios. 

-¿Piensas decir algo? - insistí.

-¿Algo como qué? - habló alzando la mirada. 

-¡Yo que sé! - exclamé. Se inclinó hacia mí. 

-Te quiero.

Iba a hablar pero él se adelantó. 

-No quiero que peleemos. 

¿Hasta que la muerte nos separe? - (Segunda parte de Dulce Espera, H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora