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________'s  POV

Once de la noche, bloqueé mi celular y lo coloqué sobre mis piernas. Luego tomé un sorbo de mi café. Jade imitó mi acción.

-_______ - me llamó luego de un rato - Él va a estar bien.

-No me digas eso.

-¿Por qué no?

-Porque no puedes saberlo - respondí seriamente - No quiero hacerme ilusiones, la realidad es que esta mal, si no no estaría con todos esos tubos y máquinas pegadas al cuerpo - se me formó un nudo en la garganta.

-Solo quiero verte un poco más tranquila, te estás haciendo daño.

-Lo sé yo...-Esta bien, entiendo - me interrumpió y tomó mi mano.

-Sólo lo quiero de vuelta - hablé con voz entrecortada, ella apretó mi mano con fuerza.

Estuvimos conversando un par de minutos hasta que Alex apareció. Me indicó que podía ver a Harry por unos minutos, dejé el café sobre la mesa de centro. Jade se quedó esperándome mientras yo seguía a Alex, le pregunté algunas cosas en el camino, llegamos a la habitación, todo estaba tal cual cómo lo había dejado. 

Vacía, blanca, callada, con el pitido de las máquinas como único sonido. Alex me sonrió y se retiró. En el camino ya me había dejado en claro que solo podría verlo pocos minutos, pero eso para mí era más que suficiente.

Jalé una silla a su lado y me senté, tomé su mano.

Estaba tibia.

-Te extraño - murmuré cerca de su oído, me quedé sin respiración por unos segundos en el instante que sentí un apretón.

Me acerqué a su rostro.

-¿Puedes oírme? - susurré mientras pasaba una mano por su mentón - ¿Puedes? -repetí. 

Empecé a notar un ligero movimiento debajo de sus párpados, sus ojos empezaron a pestañear, sentí como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho.

-¿Harry? - murmuré una vez que sus ojos estaban abiertos por completo.

Me miró y fue cómo si el alma me volviera al cuerpo. Solté todo el aire que había contenido por unos segundos, no noté que estaba temblando hasta que apretó mi mano de nuevo. Sonreí y lo abracé mientras lágrimas de emoción humedecían mi piel. 

Escuché un quejido de su parte, me separé de él.

- Perdona - susurré mientras me secaba las lágrimas.

-________... - dijo mi nombre casi en un susurro. Pero lo escuché. Mi nombre, dijo mi nombre. 

-Amor - dije entre lágrimas mientras acariciaba cada centímetro de su rostro, sus pómulos, su quijada, su nariz, sus labios. 

-¿Qué...? ¿Qué pasó? - preguntó con voz entrecortada, su rostro con una expresión extraña en él.

-Estás bien, no es necesario que hables - susurré.

-¿Qué hago aquí? - hablaba entrecortadamente mientras pestañeaba con más frecuencia de lo normal. 

-Harry, está todo bien.

-No entiendo...tengo estas... - Harry - lo interrumpí al ver que empezaba a tensarse. Me apretó la mano de nuevo, esta vez con más fuerza. Mucha más fuerza. 

-¿Está todo bien?- Negó con la cabeza. Hizo una mueca de dolor, por un momento parecía que se retorcía - Harry - repetí, esta vez asustada. Quería hablar pero no podía.Su ritmo cardíaco empezó a acelerarse al igual que su respiración. Los pitidos en la habitación eran cada vez más rápidos.

-¡Alex! - grité como pude mientras aún sujetaba su mano, no pensaba moverme de ahí. 

Su ritmo cardíaco no paraba de aumentar, yo seguía gritando. 

Una enfermera ingresó, Harry estaba pálido, totalmente pálido. Alex apareció.

Otra enfermera me tomó por los hombros e intentó sacarme, yo forcejeaba con ella mientras negaba con la cabeza. 

-¿Qué le pasa? - titubiaba, viendo todo borroso. 

-Tiene que...- Es mi esposo - la interrumpí mientras me quitaba sus manos de encima.

Sentí que alguien me abrazaba, era Jade, lo supe por su perfume.


***


Alex salió de la sala de operaciones y me paré automáticamente. Mi corazón latía con tal fuerza y rapidez que no hubiera estado sorprendida si de pronto parara. Luego de lo sucedido, habían llevado a Harry al quirófano con urgencia. Estuvo cinco largas horas en la sala de operaciones. Las cinco horas más largas de toda mi vida.

Alex fijó su vista en mí. 

Louis me tomó por los hombros.

-Hicimos todo lo posible - dijo Alex de forma firme, Louis apretó mis hombros - Pero el está bien - agregó esta vez con una media sonrisa. 

Todos seguíamos en silencio, probablemente petrificados. 

-Esta bien, Harry está bien - repitió Alex, solté un suspiro de alivio, Anne y Gemma se abrazaron. 

-¿Por qué dijo que hicieron todo lo posible? - preguntó Louis.

-Porque tuvo otra hemorragia interna y ... - ¿Otra hemorragia interna? - lo interrumpí. 

-No es algo anormal luego de una operación, pero no debería suceder - dijo y ladeó la cabeza - Al parecer el otro cirujano suturó la herida del bazo ya que era posible en ese momento, pero esta se abrió provocando una hemorragia interna - todos seguíamos en silencio. 

- Logramos controlarla pero tuvimos que extripar el órgano afectado, por eso dije que hicimos todo lo posible - continuó. 

-¿Estará bien sin él? - hablé luego de unos segundos ya que nadie podía articular palabra alguna.

-Si, el único problema que va a tener es que se va a quedar con menos defensas frente a bacterias - añadió.

-¿Va a enfermar todo el tiempo? - preguntó Louis mientras frotaba mis hombros con las yemas de sus dedos, estaba frío.

-No, la función principal del órgano es la de defensa, fabricar anticuerpos para protegerse de las infecciones bacterianas. Pero, al no estar el bazo normalmente el hígado se desarrolla un poco más para actuar como defensa.Estará bien - la sonrisa que mostró luego de las últimas dos palabras me hizo sentir aún más aliviada. Mucho más aliviada. 

-¿Está seguro? - preguntó Gemma.

-Sólo serían necesarias las vacunas del neumococo y la de hemófilo, pero eso se verá una vez despierte.

Le salvó la vida a Harry.

Antes de procesarlo ya me encontraba en sus brazos, abrazándolo mientras unas cuantas lágrimas caían por mi rostro, me devolvió el gesto con cariño. Escuché llantos de emoción a mis espaldas. Sentía como el calor me volvía al cuerpo, como mis latidos se regulaban. 

-No tienes idea cuánto te agradezco, gracias Alex, gracias, muchas gracias - susurraba mientras lo sujetaba. 

-No hay de qué, no hay de qué - repetía, sujetándome. 


¿Hasta que la muerte nos separe? - (Segunda parte de Dulce Espera, H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora