Un sueño corto

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Estaba soñando tan lindo, Christopher y yo le decíamos a Ricky sobre lo nuestro, él estaba tan feliz que incluso nos organizaba una fiesta. Supe de inmediato en mi sueño que no era real, iba a ser catastrófico pero lo tenía conmigo, lo demás podría enfrentarlo como viniera. Me desperecé en la cama y a mi lado ya no estaba Christopher, calmé el pánico que se creó en mi cuando recordé la noche anterior, no habíamos tenido sexo. Nos habíamos tocado, él me había explorado a fondo y yo a él. Ambos tuvimos deliciosos orgasmos que acabaron con nuestra energía, pero no lo consumamos en realidad, eso aún debía esperar. Caminé al baño y me puse mi bata de seda, me encantaba cómo me sentía con ella puesta, era sexy. Fue entonces cuando escuché, risas fuertes venían de la cocina, cinco risas que yo conocía muy bien. Salí rápidamente del cuarto para encontrar a los cinco sentados en la mesa desayunando, tenían cajas de la casa de los panqueques por toda la mesa. Me vieron de inmediato y me sonrojé un poco, era obvio que Christopher les había abierto la puerta y me quería morir de la pena, otra vez.

- Buen día preciosa – Christopher se acercó a mí y plantó un beso en mis labios, ahí delante de todos los demás. Lo peor del caso es que nos miraban como si fuéramos un lindo animal de feria.

- Qué hacen aquí? - susurré y me sonrieron aún más. Joel levantó una de las bolsas.

- Trajimos comida, sabemos que te gusta el desayuno de aquí. Christopher nos abrió la puerta – siguió comiendo como sin nada, cómo habían sabido que estaba en mi casa?

- Qué bueno que por fin lo aceptaron porque mantener el secreto de que durmieron juntos en España se estaba volviendo tedioso – abrí los ojos de par en par, los demás chicos comenzaron a felicitar a Christopher, idiotas. Pero no les iba a aclarar nada sobre mi casi inexistente vida sexual, casi.

- Así es preciosa, vinieron a festejar con nosotros. – y su cara de felicidad pasó a una de preocupación – y a averiguar cómo vamos a decirle a Ricky de nosotros, pequeño problema.



Estábamos en la disquera, con un gran problema en nuestras manos. Los chicos y yo habíamos pasado el día anterior ideando un plan y como los tarados que somos solamente se nos ocurrió decir la verdad. Christopher había pasado de nuevo la noche en mi casa, nada pasó esta vez. Ambos caímos rendidos y llegamos juntos al trabajo. Tan idiotas como éramos llegamos e hicimos de cuenta que nos habíamos encontrado ahí. Ahora después de contarle la noticia a Sarah estábamos los 2 sentados en la oficina de juntas esperando a que Ricky llegara. Queríamos ser directos y mientras esperábamos nuestras manos permanecían unidas debajo de la mesa.

- Tranquila. Todo va a salir bien. – me sonrió y de nuevo las mariposas hacían su aparición en mi estómago. Me encantaba ver la manera en la que acomodaba su cabello para ponerse la gorra. Jamás pensé que ese tipo de chico me gustaría, no eran mi tipo pero lo había visto a él y todas las cosas que pensé que quería cambiaron de repente. Ahora solo lo quería a él.

- Te creo – le sonreí y la manera en la que mordía su labios, madre santa. Quería besarlo en ese momento y lo hubiera hecho de no haber sido porque Ricky entró al cuarto en ese preciso momento. Nuestras manos se soltaron rápidamente. Tenía una enorme sonrisa en el rostro.

- Buen día chicos, tengo noticias – se sentó y ni siquiera nos dejó empezar a hablar, así era Ricky cuando se le metía algo importante a la cabeza. – Chris, ya ha pasado tiempo desde que eres el ligón del grupo, si eso hace feliz a las fans tampoco nos ayuda del todo, las cosas se han calmado y necesitamos causar revuelo – por Dios no – así que este es el plan, Camila Cabello va a ser tu novia los siguientes cuatro meses. No será real pero esto le dará bastante publicidad a ambos y algo a los medios de lo qué hablar. – mi corazón se había detenido. Cuando empecé el trabajo y conocí a Christopher había averiguado todo sobre él. Algo que sabía era que él pensaba que Camila era preciosa y que le gustaba. Una punzada de dolor me atravesó el torso, apenas lo tenía y ya se iba a ir de mi lado. Menuda suerte.

- Qué? – Chris estaba aturdido, se le veía en el rostro mientras me miraba pidiéndome una explicación pero después de todo, yo no podía hacer nada contra Ricky. Él era el jefe.

- Así es, ella está ahorita en Londres. Llega mañana por la mañana para que por fin se conozcan bien. Sé por ahí que ella no te es indiferente y viceversa así con cuidado Chris, si se llega a dar algo serio entonces es un ganar ganar para todos. Ahora me voy, tengo video llamada con Simon, díganle a los demás seguro van a estar emocionados – se puso de pie y caminó a la puerta con gran seguridad – por cierto Lara, gran trabajo. Sigue así – simplemente se fue. Después de que inconscientemente me rompiera el corazón.



Narra Christopher

No podía ser real mi suerte. Ahora tenía una novia falsa. En su momento me gustó Camila era cierto, pero ahora tenía a Lara y yo no veía a nadie más. Se notaba que estaba incómoda. Podía sentir la rigidez de su cuerpo mientras salíamos de la sala de juntas. Los chicos nos esperaban junto con Sarah en recepción.

- Y bien? – Zabdiel estaba preocupado, no lo culpaba.

- Tenemos un problema – dije y todos se acercaron a escuchar – al parecer tengo novia – Joel comenzó a reír junto con Erick como si hubiera dicho una idiotez.

- Ya sabemos, es Lara.

- No, mi novia es Camila Cabello para fines mediáticos – los rostros de los presentes eran épicos. Lara seguía mirando a todos lados menos hacia mí. – pero no me preocupa, yo no la quiero a ella. Así que si tú quieres Lara podemos seguir con esto. Te prometo que no voy a faltarte al respeto – estaba tan triste que no podía evitar sentir dolor al verla así.

- Está bien, no te preocupes. De verdad lo entiendo. – no me gustaba ahora le ritmo de la conversación. – mira dejemos esto aquí, tal vez solo era cuestión de sacarnos la espina de estar juntos. Ya lo hicimos ahora podemos seguir con nuestras vidas. Ella te gusta Chris, ve por ella. – Sarah estaba atónita al igual que yo. Me estaba partiendo el corazón de nueva cuenta – tengo que ir con Renato a arreglar unos papeles. Los veo en un rato – simplemente dio media vuelta y dejó la habitación. Me había arruinado.


¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora