Sintiendo el dolor

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Narra Christopher

No había podido, simplemente no había podido tener sexo con la chica que ahora se iba más que molesta de mi habitación, era guapa sin ninguna duda y se me había estado insinuando descaradamente durante toda la noche. Me dolía el pecho, habíamos terminado el show y estúpidamente entré a Facebook, todo para ver una foto de Lara besando a Nathan. Ella se veía hermosa, sabía que había salido con Laura pero jamás pensé que esto era lo que ella haría. Me congelé en el momento, un dolor terrible y celos que jamás había sentido me llenaron el cuerpo. Era como si estuviera ardiendo por dentro y no necesariamente del buen tipo de ardor. Era todo lo contrario. Los chicos llegaron corriendo a tratar de evitar que me enterara pero era demasiado tarde así que estúpidamente le escribí deseándole lo mejor. No me respondió, era tarde para el mensaje y lo sabía pero si estaba con él aún debía de estar despierta. No importaba porque estúpidamente fui a un bar con los chicos, bebí demasiado y cuando menos lo supe ya tenía a la rubia besándome el cuello mientras se sentaba en mi regazo descaradamente. Me sentía como la mierda, quería dejar de pensar en que los labios de Lara ahora estaban en los suyos así que me aproveché totalmente de la situación. Era una noche que iba a pasar para poder olvidarla, pero en el momento en el que había llegado a mi habitación y le había quitado la ropa a la chica, me di cuenta de que no podía. Aunque con Lara no hubiera pasado nada más allá de besos y caricias subidas de tono, me sabía el lugar exacto de cada uno de sus lunares y quien estaba conmigo en la cama en esos momentos no los tenía. Lara tenía un lunar en el antebrazo que le encantaba, dos en el lado derecho de su cuello que parecían mordidas de vampiro, uno cerca del ojo que incluso hacía que estos brillaran más y uno más justo en la línea de su escote, mi preferido. Así que cuando noté esos faltantes en mi compañera la despaché, me llamó idiota fácilmente unas doce veces y se fue de la habitación con un golpe sordo. Me dolía en el alma, jamás había amado a una chica como la amaba a ella. No era un secreto que antes de ella yo había tenido una larga lista de conquistas, eso era cierto pero con ella todo mi mundo había cambiado. Ya no iba por ahí buscando a la siguiente chica que me complementara mejor, porque ella era todo lo que yo necesitaba. Con las lágrimas corriendo por mi rostro tomé mi celular del suelo junto con mis pantalones y vi la pantalla. 7 llamadas perdidas, todas de Lara. Solté una risa irónica, seguramente ella ya sabía que yo sabía. Mi tiré de espaldas a la cama mientras que al mismo tiempo aventaba el celular a la puerta, con toda la intención de destrozarlo.

-          Cuidado, ¿quieres matarme? – con mi maldita suerte Zabdiel iba entrando a la habitación con miedo, no sabía si por el misil que por poco le parte la cabeza o por encontrarse con alguien en mi cama.

-          Abre los ojos idiota, se fue – se destapó los ojos despacio y me miró con pena. Nunca había visto a Zabdi tan serio ni cuando eran los shows en vivo de la banda.  - ¿qué?

-          Escúchame Chris, creo que hemos cometido. Perdón, creo que cometiste un grave error – se acercó cauteloso mientras mi seño se fruncía y mis puños se cerraban instintivamente –acaba de hablar con Lara – lo paré ahí, sabía que él era amigo de ambos pero primero había sido mío así que esperaba que respetara eso y no me hablara de ella.

-          No me interesa – tomé el control de la televisión y la encendí a todo volumen, para no escucharlo pero él la desconectó, literalmente jaló el cable de la luz y la pantalla se puso negra de nuevo - ¿qué demonios? – yo estaba pasando por un muy mal momento y en definitiva no podía lidiar con Zabdiel en esos momentos.

-          Escúchame Christopher porque creo que acabas de cometer el peor error de tu vida – rodé los ojos y esperé a que continuara. – hablé con Lara, ella no lo besó Chris, él la besó a ella. – mis ojos comenzaron a aguadarse y mi pecho a doler de nuevo – él estaba ebrio y le confesó que estaba enamorado de ella. Así que la besó pero ella lo puso en su lugar y se fue del antro. Ella no quería ese beso, ella es inocente – mierda santa.

-          Dios mío – susurré mientras del dolor que sentía me inundaba la culpa, no confíe en ella. – soy un imbécil Zabdiel, ella me llamó y no le contesté. Diablos. Debía de haber confiado en ella y esperar. – me levanté de la cama de un salto y tomé mi celular del suelo. Estaba fundido, no sabía si se había descargado de repente o si del golpe se había arruinado pero no me importaba en lo absoluto. – necesito... - no pude terminar la frase y él ya me había entregado su teléfono. Marqué ansiosamente su número y esperé. Después del tercer tono respondió-

-          Dime – una simple palabra y ya podía notar el dolor en su voz, la mirada culpable de Zabdiel me indicaba que él le había contado lo de la noche anterior, mierda.

-          Soy yo – una risa triste sonó del otro lado y me dolió aún más el saber que la había herido sin motivo alguno.

-          No, ya sé lo que pasó Christopher y si me estas llamando es porque Zabdiel te contó mi parte de la historia. – hablaba tan rápido y tan atropelladamente que no me dejó decir nada más. – no confiaste en mí y decidiste irte con la primer chica que se te insinuó, eso no es amor. – fue todo porque lo siguiente que supe fue que me había colgado. Si, era amor pero como todo en esta vida yo la había cagado.

¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora