¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)

Estos celos me hacen daño

Le sonreí a Sebastián y me acerqué a darle un beso en la mejilla, desde que nos habían presentado él había sido un caballero y me nacía atribuirle sus atenciones. Él colocó una mano en mi cintura mientras me daba el beso y para mi suerte no la retiró una vez que terminamos de saludarnos.

- ¿Qué hay chicos? – saludó al resto de CNCO y ellos no estaban contentos, se notaba en la dureza de sus rostros que la idea de que yo trabajara con alguien más no era bien recibida.

- Se puede saber ¿qué mierda? – soltó Erick y me encogí un poco del susto, él nunca había estado así de enojado, al menos en mi presencia.

- Escucha Erick, lo siento. Sé que Lara es esencial para ustedes pero la necesito. Ustedes ya tienen a Renato – Joel soltó una risa histérica y quise reír también. Todos sabíamos que sin mí, los chicos estando a cargo de Renato terminarían en Taiwán en vez de en Texas.

- Chicos, ya estuve con ustedes un buen tiempo y es mejor que cambie de trabajo – susurré y todos lo comprendieron, incluso Christopher porque bajaron la guardia y por fin saludaron a Sebastián de la forma correcta. Todos excepto Christopher. Que aún lo miraba con cara de odio. Su mandíbula estaba tensa mientras intercambia mirada entre Sebastián y su mano en mi cintura. Los puños estaban cerrados y una vena en el cuello amenazaba con botarse. Estaba celoso, no había duda y honestamente a mí ya me daba igual.

- Lo sabemos – dijeron todos al mismo tiempo y volví a pintar una gran sonrisa en mi rostro.

- Ahora lo siento, pero debemos irnos. Tenemos mucho de que platicar – sonreí a todos y di media vuelta apresurándome hasta que sentí el calor de la mano de Chris en la mía. Haciéndome girar soltó el agarre de Sebastián de mí y sentí gran alivio.

- ¿Podemos hablar? – preguntó seriamente mientras yo trataba de no mirarlo a los ojos.

- No, lo siento – me zafé de él y caminé junto a Sebastián sin mirar atrás. De lo contrario era muy probable que me rompiera en ese lugar.