Mini-Maratón 1/3

177 15 0
                                    

Christopher estaba enserio en shock, no movía ni un músculo de su cuerpo mientras seguía mirándome. Después de unos segundos que me parecieron eternos se abrió la puerta de la habitación entró quien supuse era mi doctor. Era un hombre joven, alto y demasiado atractivo. Reí internamente pensando en que las mujeres se enfermarían a propósito solamente para que él las atendiera.

- Buen día Lara, soy el doctor Casas y yo te estoy atendiendo – me sonrió cálidamente y me sonrojé, qué mierda. De verdad me estaba acalorando por el doctor mientras Christopher estaba en la misma habitación. Algo estaba seriamente mal conmigo. Christopher se hizo a un lado para darle espacio al doctor al lado de la camilla y nos miró con mala cara desde el otro extremo. – tengo aquí tu historial clínico, tus amigos nos ayudaron a llenarlo lo más que pudieron pero necesito de tu ayuda para tener todo claro y completo ¿de acuerdo? – asentí torpemente y mirándome a los ojos comenzó con las preguntas, estaba segura de que las había hecho millones de veces pues ya ni siquiera las leía. - ¿eres alérgica a algún medicamento?

- Antihistamínicos solamente – trataba de recordar todo pero honestamente no sabía si aún era por el golpe o la medicina para el dolor lo que me tenía algo atontada.

- ¿Traumas graves anteriores?

- Hace casi cuatro años me caí de un caballo y me golpee muy fuerte la cabeza, perdí el conocimiento pero me hice chequeos periódicos y todo está bien – asintió mientras anotaba

- ¿Algo más que haya que contar?, lo que sea que creas que es importante – suspiré y toqué mi vientre, eso era importante también. Evitando la mirada de Christopher comencé a hablar.

- Si, tuve un aborto espontáneo hace tres años. tenía 4 meses de embarazo – el doctor Casas frunció el ceño y anotó mi desgracia, su postura cambió enseguida cuando le dije esa parte. Se puso rígido y con muy mala cara.

- Perdón, ¿le molestaría esperar afuera?, hay algunos chequeos que debo hacerle más a fondo – el doctor se dirigía a Christopher mientras veía en él la lucha, no quería irse pero a regañadientes comenzó a moverse.

- Claro que no, cualquier cosa estoy afuera – susurró mirándome y sentí calor en el pecho. Una llamarada como las que ya hace un tiempo no había sentido. Estaba de regreso.

- Lara – el doctor Casas llamó mi atención mientras acercaba el banquito que había en una esquina a mi cama. Tomó asiento y dejó los papeles en la mesa. Su rostro era demasiado serio y por un instante me asustó. Debió haberlo visto en mi rostro porque enseguida me tranquilizó. – no, no, no. Tranquila, no es anda grave solamente quería hablar contigo. Mira, eres una chica hermosa, creo que eso no tengo que hacerlo evidente, lo sabes. Si tienes algún tipo de problema quiero que sepas que puedes pedir ayuda. – Mierda santa, ¿de verdad estaba insinuando lo que yo pensaba?

- No lo estoy siguiendo doctor, perdón – Él se acercó aún más hacia mí y tomó mi mano entre las suyas, para ser manos de doctor eran bastante cálidas y reconfortantes.

- Lo que quiero decir es que si ese chico te está lastimando. Los accidentes que has tenido, el aborto. Si todo eso se debe a que estás sufriendo algún tipo de violencia... ten seguro que puedes decírmelo y le pondré un alto en este preciso momento - ¿Enserio?, el hombre estaba furioso, podía notarlo en la manera en la que las venas del cuello parecían que le iban a estallar. No pude contenerlo más y comencé a reír. Carcajadas de verdad brotaron de mi pecho y no pude contenerlas. Era algo estúpido que alguien pensara que Christopher era capaz de ponerme una mano encima. Él respetaba a su madre y a su abuela más que a nada en el mundo y eso lo transfería a cualquier otra mujer que se pusiera en su camino. El doctor estaba perplejo, me miraba como si ahora estuviera loca.

- Perdón – dije entre risas hasta que el dolor volvió a mi rostro, había sido mala idea reírme tanto cuando mi músculo aún estaba golpeado.- No doctor.

- Dime Mario por favor – asentí y recuperé el aliento

- Mira Mario, la primera vez que me golpee la cabeza estaba montando a caballo, una serpiente se atravesó y lo asustó. Por eso me caí, son cosas que pasan. Christopher estaba medio Kilómetro detrás de mí charlando con mi padre así que no fue él. El bebé que estaba esperando sin lugar a dudas era de Chris pero en ese entonces, cuando el aborto tenía fácilmente un mes sin verlo. Habíamos terminado nuestra relación. Tampoco fue su culpa. Y lo de hoy, llevábamos un tiempo sin vernos. Yo estaba comprometida en Londres hasta que mi prometido rompió conmigo y Zabdiel fue a buscarme. Él es el otro chico que me tarjo. Volví porque me di cuenta de que aún no había olvidado a Christopher, me quedé anoche en el departamento de Zabdiel, no sabía que eran vecinos. Tocaron a la puerta y abrí con nada más de una de las camisas de Zabdi puesta. Christopher se le echó encima en cuanto lo vio y comenzaron a pelear. Yo como la gran idiota que soy me metí en la pelea y aquí estamos. No fue más que un accidente, lo juro. – el doctor Casas, bueno Mario tenía una extraña sonrisa en el rostro ahora.

- No puedo creerlo, estoy fascinado – Oh no.

¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora