¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)

Bienvenido a la familia

- No estoy seguro de que esa sea la palabra correcta... - mamá colocó una mano en el pecho de papá haciéndolo callar. Él la amaba tanto que era capaz de comerse una mosca por ella.

- Cariño, basta – aun con el cuerpo adolorido, yo quería reírme. Papá siempre parecía un oso de peluche cuando de mamá se trataba. – Christopher, nos alegra que hagas feliz a nuestra hija. Eres un buen chico. Bienvenido a la familia. – Christopher estaba rojo de la vergüenza. Era lindo verlo así de nervioso. Golpes sonaron en la puerta de la espaciosa habitación, que por cierto era obvio que era de la más lujosa posible. Papá caminó hacia ella y la abrió para dejar paso a Lucas. Justamente él entraba en ese momento, más incómodo no se podía estar. Enseguida noté la rigidez en el cuerpo de Christopher, no le agradaba y a mí como que me gustaba que se pusiera así de celoso.

- Hola, ¿cómo te sientes? – preguntó mientras tomaba lugar junto a mis padres. Recordé entonces la manera en la que llegué a pensar que esa iba a ser la foto familiar. Que alguna vez estaríamos en la terraza sonriendo y charlando animadamente con niños a nuestro alrededor. Esa había sido mi expectativa de vida durante 4 años. ahora era completamente diferente. Y me gustaba.

- Bien, supongo. Me duele todo el cuerpo. – traté de reír para aminorar la tensión pero simplemente dio lo mismo.

- Nos diste un gran susto – Lucas se removió incómodo mientras mamá rodaba los ojos y soltaba un suspiro de exasperación.

- Christopher, puedes dejar de ver a Lucas como si quisieras desintegrarlo. – papá sonrió y Lucas se mostró un poco más relajado.

- Oye amigo, con los otros cuatro de allá afuera tengo. Estuvieron a nada de sacarme los ojos. – Sonreí ante la idea, era obvio que era el resto del grupo de quienes hablaba. Me sentía halagada por el hecho de que estuvieran ahí para verme, aun cuando estaban de vacaciones.

- Bien, ya que no vas a dejarlo estar. Permíteme contarte la hermosa historia. – Era obvio que mamá se refería a Christopher – Yo invité a Lucas a la casa, creo que eso ya estaba claro. Pero lo hice en el momento en que entraste con Christopher por la puerta. Lo presentaste como un amigo y él no dijo nada para demostrar lo contrario. Tenía que saber qué tan enserio iba contigo así que llamé a Lucas, por suerte para mí él estaba en la ciudad. – La iba a matar, ella había orquestado todo solo como ella sabía hacerlo. – Creo que al parecer si va enserio contigo – rodé los ojos mientras ella se deshacía de la risa.

- Amigo, estuve a punto de romperte todos los dientes. No sé si eres muy valiente o muy tonto. Enserio. – Lucas sonrió ampliamente y ahora la que sentía fuera del lugar era yo teniendo al ex y al actual en la misma habitación.

- Oye, Lara es importante para mí. Alguna vez sentí por ella lo que tú sientes así que siempre la voy a cuidar. Estés o no. – Christopher asintió solemnemente mientras yo los observaba en ese intercambio tan extraño. – ¿solamente puedes hacerme un favor?, ¿quieres decirle a los matones de allá afuera que vengo en son de paz? – reímos todos y mis padres y Lucas se retiraron, iban a buscar algo de comer. Christopher y yo nos quedamos solos en la blanca habitación y se acostó a mi lado en la camilla con mucho cuidado.

- Él miente. - Lo miré algo incrédula mientras esperaba que continuara. – Él jamás llegó a amarte de manera en que yo lo hago. Eso es imposible. – Lo tomé del cuello y lo besé. Era perfecto.