- Christopher, que sorpresa – pude escuchar la dureza e incomodidad en la voz de Sebastián, me dolía herirlo pero él sabía que no había podido olvidar a Christopher. Durante los pasados 6 meses había evitado a toda costa toparme con él. No atendía conciertos masivos, hacia mi trabajo en donde quiera que Sebastián actuase y me retiraba de inmediato. Tenía a un chico maravilloso que moría por mí y yo aún moría por el que me engañó.
- Sí, es una sorpresa – la mirada de Christopher se sentó en mí y mi respiración se volvió agitada, no podía creer que de verdad él estuviera frente a mí. Guapo como siempre, incluso más. Mi cuerpo quería ir hacia el suyo como si de un imán se tratase y me obligué a medio esconderme detrás de Sebastián para evitar hacer alguna estupidez. – Hola Lara – la forma en la que su boca pronunciaba mi nombre era increíble y yo estaba completamente loca.
- ¿qué haces aquí? – mi voz salió un poco chillona y me aclaré la garganta tratando de ocultar mi estupidez – digo, los demás chicos ¿también están aquí?
- No, estoy aquí solo. Tenemos unos días libres y decidí venir aquí a relajarme. – su mirada seguía en mí y sabía que eso incomodaba a Sebastián mientras yo me derretía por dentro.
- Genial amigo, oye tenemos que irnos el auto nos espera abajo – sabía de sobra que eso era mentira, planeábamos salir a caminar antes del show y sabía la discusión que se venía. Sebastián era increíble pero ya había pasado dos veces anteriormente que peleábamos por Christopher, él seguía insistiéndome que estaba aún enamorada de él y yo seguía mintiendo diciéndole que no.
- Claro, que tengan un buen día – nos despidió con la mano y Sebastián me jaló suavemente con él hasta el ascensor. Cuando pude entrar Christopher estaba de frente a nosotros y mientras la rendija de las puertas se hacía cada vez más pequeña sus ojos aún estaban en los míos. Sin duda lo seguía amando.
Christopher
- Lo logré Zabdiel, por fin la vi – estaba demasiado emocionado, había visto a Lara frente a frente y no me lo podía creer.
- Bueno ya era hora, llevas siguiéndola 6 meses amigo. No es que eso de miedo ni nada – está bien, aceptaba que era un poco espeluznante lo que estaba haciendo. Desde el momento en que el idiota de Sebastián que por cierto había escrito una canción para nosotros que ahora odiaba cantar, le había pedido que fuera su novia no la había visto, pero no había sido por falta de intentos. Yo conocía personas y aunque pudiera sonar algo pretencioso, conocía más que Sebastián. Yo tenía un carisma nato para las personas así que a quien le pedí ayuda estuvo dispuesto a hacerlo. Cada presentación masiva, cada premio, en todo había alguien que me avisaba que ella estaba ahí. Pero como si tratara de esconderse jamás la encontraba. Para cuando yo llegaba ella ya se había ido. – ¿y dónde la encontraste? – eso era lo que me hacía hervir la sangre, estaba furioso.
- En el Hilton – susurré con dolor mientras la veía salir de la habitación de la mano del idiota.
- Genial, espera. ¿qué estabas haciendo tú en el Hilton? – la video llamada se trabó un poco y me moví más hacia la derecha.
- En realidad ni siquiera había venido a buscarla a ella amigo, me estoy quedando aquí porque hay una convención de patinetas hoy y renté una habitación. Iba saliendo de mi cuarto cuando la vi saliendo del cuarto de al lado con él – los ojos de Zabdiel casi se salen de sus órbitas cuando dije lo último. Sabía lo que estaba pensando y era exactamente lo mismo que yo no lograba sacarme de la cabeza. – Sé lo que estás pensando, espero que no sea el caso.
- Hermano, están en la misma habitación tú y yo sabemos que esa es una tentación difícil de evitar – lo sabía, cada vez que había estado besándola la había imaginado en mi cama, pero ella me pedía que esperara y yo estaba dispuesto a hacerlo. Solo esperaba que ella también hubiera esperado.
- Lo sé Zabdiel. Voy a contarte esto porque confío en ti – esperaba que ella jamás se enterara de que estaba contando sus intimidades, por eso si era seguro que jamás volvería a hablarme. – ella era virgen – el rostro de Zabdiel era incomparable, estaba tan atónito como yo el día que ella me lo confesó. – me lo dijo y me pidió que esperara, acepté porque la amo y jamás llegamos tan lejos. ¿qué si ellos? – no pude seguir hablando del nudo que tenía en la garganta.
- No – la dura voz de Zabdiel me regresó a la realidad, no me había dado cuenta de que había estado apretando en celular tan fuerte que mis nudillos estaban blancos – ella te amaba y estoy seguro de que lo sigue haciendo Christopher. Ella no es de las que se entregan sin una razón y tú mejor que nadie lo sabe después de todo lo que pasaron para estar juntos. Así que ahora no me vengas con eso. Porque vas a hacer hasta lo imposible por recuperarla, el primer paso es contarle la verdad de lo que ocurrió esa noche. Lo más pronto posible.
Lara
Llevábamos una hora caminando por las abarrotadas calles de Nueva York, ahí es donde nos encontrábamos ese día. No podía creer que nos habíamos encontrado con Christopher, en el lugar más improbable del mundo, la habitación de al lado. Estaba claro lo que había pensado y me apenaba un poco. No podía ser que él creyera que me había entregado a alguien más que no fuera él, claro que pensara eso era toda mi intención al principio pero ahora me sentía vacía y llena de remordimientos.
- Y es la quinta vez que te repito lo mismo y sigues sin hacerme caso – escuché a lo lejos y miré a Sebastián quien había soltado mi mano y ya no caminaba más.
- ¿qué? – su mirada era una combinación entre tristeza y rabia. No sabía cuál me dolía más.
- Que sé en quién estás pensando y no me siento cómodo con eso – como había predicho, la tercera pelea se venía. – ya no voy a hacer más esto. He terminado. – dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el lado contrario de donde yo me encontraba, estaba en shock, no sabía que estaba pasando.
- Espera, ¿qué haces? – lo alcancé y tiré de su mano. Estaba frío conmigo y lo sentí tan distante que me dolió.
- Pasa que ya no puedo hacer más esto, han pasado 6 meses Lara, en los que te he dado todo. Te he cuidado, te he adorado, te he amado con todo lo que tengo durante 6 meses y tú aún te derrites cuando lo ves a él – sus ojos estaban acuosos y sentí la culpa.
- No es cierto – susurré y comenzó a reírse tristemente.
- Es cierto, deja ya de mentirte a ti misma. Te agradezco que me dieras la oportunidad de intentar hacerte feliz. Sé que lo amas a él y está bien, pero por favor no dejes que el dolor que siento sea en vano. Habla con él. Cometió un error Lara, créeme que lo sabe pero tú también lo hiciste al no querer escucharlo. Yo me quito de en medio, regreso hoy a Los Ángeles. La habitación es tuya por si quieres quedarte unos días más. Solo sé feliz – estaba tan abrumada y conmovida por sus palabras que ahí estábamos llorando ambos a mitad de Nueva York y no había escena más perfecta para despedirse.
- Si sirve de algo Sebastián, te amo. De una manera diferente pero lo hago – esbozó una sonrisa triste y se acercó a mí para darme un último beso, tomé su rostro entre mis manos y me besó como nunca lo había hecho, sabíamos que ese era el final y aprovechó cada segundo. Nos separamos y apoyó la frente contra la mía – no sirve de nada – susurró y se alejó rápidamente. Ahora estaba sola a mitad de Nueva York y no podía dejar de llorar porque no solo había perdido a un chico increíble. No estaba segura de que el amor de mi vida me quisiera de vuelta.
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¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)
FanfictionLara está emocionada por su primer trabajo. Formar parte del equipo de diseño de una banda famosa, gracias a su tía Laura Pausini que le consiguió el trabajo. Pero cuando Ricky Martin le encarga un nuevo trabajo no se cree capaz de hacerlo. Sobre t...