¿Rojo?

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Estaba lista, había esperado tanto por este trabajo que no podía esperar a comenzar. 5 años en la universidad estudiando diseño me tenían más que preparada para la misión. No iba a mentir y decir que mi familia no me había ayudado a conseguir el empleo. Después de todo Laura Pausini estaba casada con mi tío, así que eso la hacía mi tía, mi familia. Ella había hablado con Ricky Martin y con Simon Cowell sobre darme el trabajo. Yo estaba más que agradecida por la oportunidad. Estaría trabajando con un equipo magnífico en todos los aspectos de diseño que la banda necesitara. Desde la portada del disco, el escenario y los video musicales. Si eso no era tener un buen currículo entonces no sabía que lo era. Los Ángeles era el lugar del trabajo, no me había molestado mudarme ahí, después de todo la paga era magnifica y si eso era lo que se necesitaba lo haría. Me vestí como mejor pude, mi ropa era más bien informal y hoy necesitaba verme bien. Usé jeans oscuros, una blusa de rayas verticales roja con blanco y flats. Tenía que ser cómodo pero respetable. Dejé mi cabello secar al aire libre, haciendo mis rizos más pronunciados que de costumbre, rímel y labial nude y estaba lista. Tomé mi bolso y salí a la ruidosa calle, la gente caminaba de un lado a otro sin parar, los autos de lujo transitaban despacio y las chicas en ropa sensual caminaban meneando las caderas. Me sentía fuera de hábitat pero podría hacerlo, debía hacerlo. Caminé por 30 minutos hasta llegar a mi destino, Sony Music no estaba lejos de mi casa, era un edificio moderno. Pero no se notaba que algo como una disquera estuviera ahí. Entré con todo el valor posible y al abrir la puerta chocó con algo, mierda más bien con alguien.

-          AUCH – una voz de chico sonó del otro lado y mi rostro se volvió rojo, del mismo color que mi blusa.

-          Oh por Dios, perdóname – dije y abriendo la puerta un poco con cuidado de no volver a chocar con él entré completamente. Era un chico lindo, pero que digo lindo era hermoso. Tenía unos ojos cafés preciosos, labios rosas y voz encantadora. Llevaba puesta una gorra y lentes para ver. Me quedé en shock, no era posible que alguien se viera así.

-          Tranquila, no pasa nada – El chico me sonrió mientras se sobaba la parte de atrás de la cabeza. Quería que me tragara la tierra.

-          De verdad, lo siento muchísimo. No se ve nada desde afuera, jamás pensé que hubiera alguien parado detrás – la disculpa salió como vómito verbal de mi mientras él no decía nada. Solo sus ojos me observaban, de pies a cabeza. Y más que hacerme sentir incómoda me hicieron sentir linda.

-          Chris, estás listo? – miré a la derecha y otro chico hermoso me sonrió. Era más alto que el que ahora sabía se llamaba Chris, tenía una sonrisa encantadora y hoyuelos.

-          Perdóname de nuevo – lo despedí con la mano y me encaminé a la recepcionista sin mirar atrás. No quería ver al chico que tal vez nunca me volviera a encontrar.

-          Lara, que gusto verte – Ricky jodido Martin estaba frente a mí. Lo había visto tres veces antes cuando había ido a casa de tía Laura y yo me estaba quedando ahí. Era un tipo realmente genial. Por no decir que era un regalo a la vista.

-          Igual Ricky, gracias por la oportunidad – me abrazó fuertemente y besó mi cabeza – cómo están los gemelos? – me señaló que me sentara.

-          Están cada día más grandes, tienes que venir a casa a verlos. Después de la última vez no dejan de hablar de ti – eran niños tan bien portados que me sorprendía que en realidad fueran tan pequeños.

-          Gracias – sacó unos cuantos papeles de su escritorio y me sonrió.

-          Bien Lara, hubo un cambio de planes – mierda – tranquila, tu trabajo sigue en pie – suspiré de alivio y asentí – pero se ha agregado uno más. La portada del álbum ya está listo, por lo tanto te tengo otro trabajo para compensar ese. En realidad seguirás ayudado con los videos y los escenarios. Pero necesito que seas mis ojos, irás con los chicos a todas partes. Digamos que serás como su niñera – santa mierda.

-          Su niñera?, no estoy segura de eso en realidad funcione Ricky. Apenas soy un par de años más grande que ellos, de verdad piensas que van a escucharme? – se puso de pie y vino junto a mí.

-          No tienes por qué preocuparte, los chicos son geniales. Velos como tus amigos. Estoy confiando en ti, además no vas a estar sola, también va alguien a quien le temen, por si las cosas se descontrolan – me guiñó y reí.

-          Bien, en dónde firmo? – sonrió con esa sonrisa que hacia chicas desmayarse y yo estaba a punto de hacerlo también.

-          Los llamaré, es tiempo de que los conozcas – se aceró a su escritorio y por teléfono pidió a su secretaria que enviara a los chicos. Me avergonzaba admitir que no sabía cómo lucían, no me había dado tiempo de investigarlos. Solo sabía que la tía Laura había sido juez en la competencia y que estos cinco eran los más talentosos. Estaba ansiosa de verdad. Esperé retorciendo mis manos, sabía que en cuanto entraran no podía verme débil o se aprovecharían de eso. Unas risas escandalosas se escucharon por el pasillo y me dieron ganas de reír también. Me puse de pie mientras la puerta se abría y entraban 5 chicos de los cuales yo ya conocía a dos. Chris, el chico que había golpeado estaba entre ellos, santa madre. Él era uno de los que debía cuidar. Dudé y él también se detuvo en seco cuando me vio, era algo incómodo. El otro chico de lo hoyuelos también estaba ahí y me sonrió de nuevo. Un chico de ojos verdes hipnóticos estaba con ellos, uno con cara de ángel y otro con actitud de chico malo también. Así que eran ellos.

-          Hola de nuevo – el de los hoyuelos saludó y sonreí.

-          Hola de nuevo – miré a Ricky esperando las introducciones.

-          Chicos, quiero presentarles a Lara, ella va a estar en el tour con ustedes. Será mis ojos así que espero que la traten bien y la escuchen – todos me miraban divertidos – Lara, ellos son Christopher, Zabdiel, Erick, Richard y Joel – los chicos se acercaron a mí a saludarme menos Christopher, tal vez estaba molesto por el golpe.

-          Ya nos conocemos, ella le dio un golpe a Christopher en la recepción – los chicos rompieron a reír y me sonrojé.

-          De nuevo lo siento mucho – miré a Ricky pidiendo ayuda pero él también se reía.

-          Tranquila, no pasa nada. Necesitaba un reajuste de ideas – dijo Christopher y se acercó a saludarme. El beso que me dio duró un poco demasiado y me sentí extraña.

-          Enserio Ricky?, ella va a cuidarnos. Parece incluso más joven que nosotros – Richard se rio y me ofendí un poco, era mi oportunidad de pedir respeto.

-          Oye, tengo 22 años. Creo que puedo con ustedes – dije firmemente y Ricky me sonrió.

-          Y por si eso no les queda claro, Pausini es su tía, así que compórtense – todos guardaron silencio, suponía que en verdad apreciaban a la tía Laura.

-          Bien, ahora vayan a conocerse con Lara, los veo a las 2 para firmar – los chicos asintieron y me dirigí a la puerta del brazo de Zabdiel, él iba contándome algunas cosas mientras pasaba al lado de Christopher que no había dejado de mirarme en todo el rato. Alcancé a escuchar algo raro.

-          Veo rojo – dijo Richard.

-          Amigo, es más que solo el rojo – susurró Christopher, honestamente no entendía nada.

¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora