Besos Prohibidos

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- El club era en verdad impresionante, tenía una pista enorme y nosotras nos quedamos en un apartado, obviamente reconocieron a la tía Laura y le ofrecieron todo de lo mejor. Estaba realmente divertida, sus bailarines y músicos estaban con nosotras y ellos sí que sabían divertirse. Bailé un poco y cuando mis tacones se fundieron con mis pies decidí sentarme, quería seguir bailando pero en definitiva necesitaba un descanso. El cabello se me pegaba al cuello por el sudor y la ropa se pegaba un poco demasiado.

- ¿Por qué tan sola? – una voz susurró en mi oído y estaba a punto de enfrentarme al idiota cuando me di cuenta de que era Nathan. Estaba en el mismo antro que yo y grité de la felicidad. Obviamente nadie lo notó por el ruido ensordecedor. Me puse de pie y le di un gran abrazo, noté que olía demasiado a alcohol así que alguien había bebido en exceso. Era claro porque sus movimientos eran torpes y al verlos atentamente su rostro estaba enrojecido al igual que sus ojos.

- Vaya, alguien ha estado bebiendo – me dio una sonrisa boba y nos sentamos. Era grandioso verlo de nuevo.

- Sip, me bebí media botella de whiskey así que estoy pedo – no pude evitar reír, esto no era típico de él, hacía meses que no hablábamos pero lo conocía lo suficiente como para saber que era un chico bueno.

- ¿Algún motivo en especial?

- Ana – vaya, por lo que me había contado rápidamente antes por mensajes él y Ana habían comenzado a salir pero nada se había concretado.

- Estoy segura de que van a arreglar las cosas – me acerqué un poco más a él y puse mi mano en su pierna para tranquilizarlo – y si no, ella se lo pierde – sonreí y juntó sus labios con los míos, de repente me estaba besando y yo estaba en shock, Nathan estaba intentando acercarse más y me alejé cuando salí de la sorpresa. Tenía los ojos vidriosos y me puse de pie inmediatamente. - ¿qué demonios haces? – grité sobre la música ensordecedora y me jaló de la mano para volverme a sentar junto a él.

- Esta es la razón por la que Ana no quiere tener nada que ver conmigo Lara, porque se dio cuenta de que estoy enamorado de ti – así de pedo como andaba estaba siendo honesto, lo vi en sus ojos y me asusté. Algo como eso no me podía estar pasando a mí.

- No, no estás enamorado de mí, además estoy con Christopher, somos novios. ¿Sabes lo que él te haría si se enterara de esto? – quiso decir algo más pero me puse de pie – me voy, me dio gusto verte Nathan y espero que llegues a salvo a tu casa pero esto nunca va a suceder. Yo amo a Christopher, punto. – lo dejé ahí sentado con la cabeza entre las manos, no era posible que él en verdad sintiera algo por mí. Encontré a la tía Laura con dos de sus bailarinas riendo y le informé que me iba a la habitación. Me hizo prometer que dejaría que Lalo, el chofer me llevara hasta el hotel y salí disparada del antro. Necesitaba llegar al cuarto a lavarme, aunque yo no había sido parte del beso en ninguna forma sentimental me sentía como traidora por haber besado a alguien que no era mi novio. Entré corriendo con los tacones en la mano y lavé mis dientes. Ya estaba más tranquila así que me desmaquille y me puse mi pijama. Me acosté en la cama y cerré los ojos, mañana toda habría pasado.

¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora