Conocer a alguien

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-          Así que Pausini es tu tía – Erick me preguntó con ese acento precioso, todo lo que decía se volvía interesante

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- Así que Pausini es tu tía – Erick me preguntó con ese acento precioso, todo lo que decía se volvía interesante. Estábamos en la cafetería de la disquera, así de genial era que tenía su propio Starbucks dentro.

- Si, está casada con mi tío Paolo. Es parte de la familia – y de nuevo estaba ese chico mirándome intensamente, no podía dejar de mirarlo tampoco.

- Bueno que si ese es el caso ten por seguro que no te haremos ninguna broma pesada – sonrió Erick y temí por mi sano juicio.

- Bueno gracias, creo – Richard tomó una silla y se sentó junto a mí. Era lindo y definitivamente estaba consciente de ello.

- Entonces Lara, tienes novio? – casi escupo el trago de mi frapuccino que acababa de tomar. No esperaba una pregunta como esa.

- Tenía, acabo de terminar la relación – me encogí de hombros y Zabdiel me abrazó de lado.

- Todo está bien con eso? – asentí y me preparé a contarles la historia.

- Si, estuvimos juntos por tres años, ahora que lo pienso parece ser toda una vida pero en realidad no congeniábamos. Ya sabes, teníamos los mismos amigos, las mismas experiencias en la universidad. Hicimos de todo juntos. Pero cuando la escuela terminó ya no había nada que nos conectara, empezamos a aburrirnos estando el uno con el otro. Lo difícil llegó cuando le conté sobre este trabajo, él me dijo que escogiera entre él o mi sueño de ser una gran diseñadora así que tuve que tomar una decisión y ahora estoy aquí. Duele un poco pero sé que es pasajero, no éramos el uno para el otro – los cinco chicos estaban mirándome con extrema atención, me sentí cohibida.

- Tranquila linda, ya encontrarás a alguien mejor – Joel que no había dicho una palabra desde que lo había conocido habló, era lindo. Instantáneamente miré hacia Christopher que tenía el ceño fruncido y miraba hacia otro lado. No podía seguir por ese camino, era complicado.

Tres meses después

- Joel, Zabdi, es hora de irnos – golpee la puerta de la habitación de mi dolor de cabeza cada mañana esperando que ya estuvieran listos. Aunque por dentro solo rogaba que por lo menos estuvieran despiertos. Siempre era la misma, tardaban años en bajar y llegábamos rayando a las entrevistas. Esa mañana teníamos una bastante importante en México y no podían esperarnos. Tenía una copia de la llave de las habitaciones, no era tonta pero ya había sucedido que entré sin avisar y digamos que vi más de lo que quería ver de Richard. Llevaba tres meses en ese trabajo, había ayudado con el diseño del video de para enamorarte y con la idea del diseño del escenario de los chicos. Pero el trabajo de cuidarlos simplemente era suficiente para ocupar todo mi tiempo. – es enserio, si no salen en dos segundos entro estén como estén – grité y preparé mi llave, estaba a punto de abrirla cuando la puerta se abrió y los dos chicos me sonreían completamente listos.

- Preparados para la misión capitana – gritó Zabdiel y rodé los ojos, eran bobos.

- Iré a ver si Chris y Richard ya están listos, Erick ya está abajo. Los veo ahí – señalé a ambos seriamente un momento para luego besar a ambos en la mejilla. Eran mis chicos después de todo. Caminé hacia el elevador para llegar al piso siguiente, la música del elevador era grandiosa. Theres only one of you de Nathan Sykes sonaba mientras yo entraba y comencé a cantar, me encantaba esa canción y él aún más - They say there's one chance you get They say there's one life you live but there's only one you Oh, don't want to think about it right now – cerré los ojos un momento sintiendo la canción, perfecta para mí.

- Theres only one you – la voz de Christopher me hizo brincar del susto. Él y Richard estaban viéndome desde el otro lado de la puerta abierta del elevador, no me había dado cuenta en qué momento se había abierto. – tu preferida – asentí y me hice a un lado para que pasaran.

- Me encanta Nathan, qué te puedo decir? – sonreí como colegiala enamorada y Richard comenzó a reírse. Apretó el botón de lobby y le golpee el hombro – deja de reírte de mí Camacho.

- Lo siento Lara es que – de nuevo su risa estalló y Christopher solo tenía cara de fastidio – perdona, ya es que de hecho te tengo una noticia. Es algo grande. – lo insté a decir el resto mientras salíamos hacia el restaurant del hotel. – sabes que Ricky te tiene un gran aprecio por cuidar de nosotros y ayudar a Renato y todo. Le conté de tu enamoramiento con Nathan Sykes y él va a organizar una reunión entre los dos – madre santa, me paré en seco y Chris incluso chocó conmigo.

- Qué tonterías estas diciendo Richard – Chris sonaba enfadado, algo que muy pocas veces sucedía.

- Eso, vamos nena. Eres una chica genial y es tiempo de que conozcas a alguien – Se abrió paso entre nosotros y caminó a una mesa donde ya estaban Joel y Zabdiel. Yo seguía en shock, me gustaba Nathan. Si pero detrás de una pantalla, no sabía si podría hacerlo en la vida real.

- Estás bien? – Chris tomó mi mano y el mismo calor que ya era familiar se asentó en mi estómago.

- No sé, no estoy segura de que pueda conocerlo así como así. No soy de las chicas que hacen eso – me encogí de hombros y él puso sus manos en mis hombros mirándome directo a los ojos. Era difícil hacerlo, después de todo estaban cerca de sus labios, otra cosa de él que me encantaba.

- Eres preciosa, divertida, trabajadora y cantas hermoso – me sonrojé ante los adjetivos que me había dado. Él siempre era así de lindo, no era de extrañarse que yo tuviera un crush con él, desde el primer día. – él tendría suerte de siquiera estar en la misma habitación contigo – me sonrió y caminó a la mesa, pero esta vez no era como antes. Algo en su postura era extraño, como si estuviera triste. 

¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora