- Perdóname – la voz de Christopher pasaba por mi mente como un rayo de sol en medio de una tormenta, lentamente y de repente se desvanecía. Era una mierda porque entre mi neblina recordaba exactamente lo que había pasado, solo eso me faltaba. Ser una mujer golpeada. Yo sabía que él no lo había hecho a propósito, después de todo yo fui la idiota que se había atravesado en una pelea, pero vaya si dolía. Mi rostro se sentía caliente y adolorido. Me sentía fatal.
- No puedo creer que sigas aquí – la voz de Zabdiel entró en la habitación seguida del sonido de una puerta cerrándose, me negaba a abrir los ojos por ahora, quería saber qué decía el mundo sin mí.
- Pues yo no puedo creer que pensaras que me iría, sabes perfecto lo que ella significa para mí – mi corazón se rindió a la emoción de escucharlo decir esas cosas sobre mí y comenzó a latir más rápido – no me mires así Zabdiel, sabes que fue un accidente – sonaba verdaderamente arrepentido y mi corazón sufrió por él.
- ¿Un accidente?- ahora su voz estaba llena de ira y me estremecí por dentro – ¿así como fue un accidente que chocaras tu auto por manejar borracho?, ¿o cuando Ricky te encontró comprando marihuana afuera de la disquera?, ya sé ¿tal vez igual a cuando destrozaste esa habitación en Alabama? Todas esas veces te pase que fueran accidentes según tú. Pero esto no, la tocaste a ella y eso jamás te lo voy a permitir – santa mierda, ¿era todo eso cierto?, ¿esa era la persona en la que Christopher se había convertido? Me negaba a creerlo, que el chico dulce que había conocido hace años ahora fuera un desastre.
- Lo lamento tanto – su voz estaba entrecortada, estaba llorando – no pude evitar todo lo que pasó Zabdiel, estaba roto. Después de la última vez que la vi, tan feliz al lado de ese hombre que no era yo. Todo mi mundo se vino abajo, durante el tiempo que no supe de ella pensé que estaba haciendo algo más, ayudando al mundo, encontrándose a sí misma. Pero nunca la imaginé con alguien que no fuera yo a su lado. Y nuestro hijo, mierda si eso me dolió, no pude estar para ella en uno de los momentos más difíciles en la vida de una mujer. Le fallé y ayer cuando la vi ahí, con el rostro enmarcado de rizos sueltos de la coleta alta que llevaba, las largas piernas desnudas y su cuerpo. Con una de tus camisas, exploté. Estaba de vuelta en Los Ángeles, donde todo había comenzado y ella estaba contigo. No lo pensé solo quise arrancarte la cabeza amigo. No pude evitarlo. – Dios mío, todas las cosas que había dicho las creía, él sufría por mí al igual que yo lo hacía por él. Los sollozos se hicieron audibles mientras sentía su cuerpo sollozar a mi lado en la camilla. Con ansias de verlo por fin abrí los ojos lentamente, acostumbrándome a la luz brillante. La mirada de Zabdi se posó en la mía y me sonrió, estaba segura de que sabía perfectamente que había escuchado todo. Era un tramposo. Moví mi mirada hacia mi regazo y ahí estaba él, con la mirada gacha y las lágrimas rodando por sus mejillas, moví un brazo y coloqué mi mano en su cabello. Me encantaba tocarlo, era tan suave que se escurría entre mis dedos. Al sentirme levantó la mirada y la sonrisa más grande del mundo se posó en sus labios.
- Hola de nuevo – susurré con la garganta seca mientras por el rabillo del ojo veía a Zabdiel escabullirse de la habitación. Era tiempo de hablar.
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¿Y qué si te quiero? (Christopher Vélez)
Fiksi PenggemarLara está emocionada por su primer trabajo. Formar parte del equipo de diseño de una banda famosa, gracias a su tía Laura Pausini que le consiguió el trabajo. Pero cuando Ricky Martin le encarga un nuevo trabajo no se cree capaz de hacerlo. Sobre t...