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-¿Al final qué vamos a hacer?
-Le enviaré un mensaje a Tsunade, a ver qué me dice, no podemos tenerla por ahí con ninjas de la Cascada siguiéndola. Con suerte, convencerá a su líder de que dejen de buscarla.
-Me parece buena idea.
Mientras hablaban, Fū tenía muchos pensamientos en la cabeza.
"¿Él es otro Jinchuriki? ¿Cómo puede ser? Ni siquiera sé su nombre..."
Espera un momento, Fū.
Cuando levantó la cabeza, se encontró en una gran sala con tuberías. Un insecto gigante con tres pares de alas estaba encadenado a la pared con cadenas  que acababan en una cerradura sin llave. No era la primera vez que Fū veía al Nanabi. La primera vez que la convocó fue a los ocho años.
-¿Qué ocurre? No sueles llamarme.
La situación se ha vuelto bastante interesante. No esperaba que te encontrases al Jinchuriki del Kyubi. Ese crío debe de ser muy fuerte como para ser su portador, ya que tiene un gran poder.
-¿En serio?
De nosotros, seguramente sea el más fuerte.
Mienteas tanto, Naruto fue llamado a un lugar parecido.
Oye, chaval.
-Nunca me llamas aquí. ¿Qué quieres?
Por lo que he oído, te has encontrado con un Jinchuriki, ¿eh? El Nanabi es la bestia de siete colas, y la única con alas.
¿En serio?
Quiero que me hagas un favor. Choca los puños con ella.
-¿Qué? ¿Por qué debería hacerlo?
Tú solo hazlo.
Cuando Naruto volvió, se acercó a la niña.
-Oye.
Ella se sorprendió cuando posó una mano en su hombro.
-¡Ah! ¿Qué?
-¿Cómo te llamas.
-Fū Hanari.
-Yo me llamo Naruto Uzumaki.
Cerró un puño y lo sostuvo delante de ella para que lo chocara. Cuando lo hizo, los dos biju aparecieron en una gran sala, ambos atrapados. Los dos Jinchuriki podían verles y oírles .
Ha pasado mucho tiempo, 'Kyubi'.
Tienes razón, 'Nanabi'.
No eres de los que suelen hablar. ¿Qué quieres?
Solo quiero avisarte. Al parecer hay algunas personas que quieren darnos caza.
¿Quienes son?
Forman una organización llamada Akatsuki. Ya nos hemos encontrado con ellos. Llevan túnicas negras con nubes rojas.
Nunca has dado nada gratis. ¿A qué viene eso?
Sólo quiero cubrirme las espaldas. Si nos capturan, pueden usarnos para atrapar a otros. Y no me apetece luchar contra ti. Resultaría muy molesto.
Creo que de momento nos quedaremos cerca de vosotros.
El Kyubi gruñó en respuesta. Tras eso, se cortó la comunicación. Los dos jóvenes se miraron mutuamente.
-Eso ha sido raro.
-Y que lo digas.
Tras eso, Jiraiya apareció en la puerta.
-¿Ya estáis despiertos?
-¿Cómo que si ya estamos?
-Lleváis cinco minutos con los puños chocados. ¿Qué estábais haciendo?
-Comunicación entre bestias.

Naruto: Dos JinchurikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora