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Fū estaba en la ducha apoyándose contra la pared mientras se le caían las lágrimas. No notaba que el agua se había enfriado hace tiempo.
*****
-Antes de que Jiraiya cayera ante Pain, pudo transmitir un mensaje en clave.
Fukasaku se quitó la capa y se dió la vuelta. Una serie de números y comas estaban grabados en su espalda.
-Tsunade... ¿Tú le dejaste ir?
-Naruto...
-¡Si el ermitaño hubiera sido el quinto Hokage jamás te hubiera permitido ir a una misión así!
Naruto se dió la vuelta y salió a toda prisa de la habitación.
-¡Naruto!
Antes de que pudiera decir algo más, Sakura notó cómo Fū la miraba con odio. No, fue como si el odio emanara de ella.
Fū salió de la habitación.
-Démosles un tiempo.
-Ya entiendo que Jiraiya quisiera que alguno de los dos fuera la persona de la profecía.
*****
-¡Naruto!
Iruka estaba al lado del puesto de fideos.
-Toda la villa habla de ti. ¿Quieres que te invite a un bol de ramen?
Naruto pasó a su lado.
-Paso...
*****
Naruto estuvo deambulando todo el día por la villa hasta que ya era de noche. Se sentó en un banco iluminado por una farola. En sus manos tenía un bipolo. El helado estaba goteando mientras Naruto lloraba.
-Naruto...
Iruka se acercó.
-Me he enterado de lo de Jiraiya.
Naruto bajó la cabeza.
-Quería... Que estuviera orgulloso de mí. Que se quedara con mi yo ganador, no con la parte desorganizada e infantil.
-Cada vez que Jiraiya hablaba de vosotros, parecía que se refiriese a unos nietos de los que estaba orgulloso.
Iruka cogió el helado de Naruto.
-Además, el no querría que estuvieras así.
Naruto sonrió.
-Gracias, maestro Iruka.
*****
Fū se quedó todo el día en casa, no quería salir ni ver a nadie. Alguien llamó a la puerta.
-¿Fū? ¿Puedo pasar?
Era la voz de Ino. Fū no contestó.
-Sé que estás ahí, no te hagas la sorda.
Su voz sonaba frágil.
-No quiero ver a nadie.
Ino abrió la puerta (¿por qué tenía una ganzúa?).
-Oh, cariño... Estás horrible.
Ino se acercó a Fū y se sentó a su lado. Le pasó un paquete de pañuelos.
-Anda, toma.
Ino oyó un pequeño "gracias".
-Sé que es duro, pero no puedes estar siempre así.
-Lo se...
-Mira, hagamos un trato. Me quedaré contigo hasta que te encuentres mejor, y después vamos a comer las dos juntas, ¿qué te parece?
Fū la miró con los ojos todavía enrojecidos.
-¿Harías eso por mí?
-Pues claro. Somos amigas, ¿no?

Naruto: Dos JinchurikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora