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La semana que viene tengo 6 exámenes, por lo que no podré subir tantos capítulos como quisiera. Así que no me digáis "sigue" o "necesito más".
Cuando Fū se sentó y cerró los ojos, apareció en el mismo sitio, pero ahora estaba de pie y completamente sola.
-¿No hay nadie?
-Pues claro que no hay nadie. ¿Quién iba a estar con alguien como tú?
De en medio de la cascada apareció una copia de Fū.
-¿Qué... eres?
-Yo soy tu verdadero yo.
-¿Qué?
-¿Por qué ibas a preocuparte por ellos? Son iguales que todos los de la villa de la que te escapaste. Todos son unos cerdos e hipócritas que encerraron al Shichibi dentro de ti y que después te culparon por ello.
-¡Eso no es cierto!
-Por favor. Puedes engañarte a ti misma, pero no puedes cambiar los hechos.
Fū negó con la cabeza.
-¡Naruto no es así!
-Es cierto. Pero tienes miedo. Miedo de perderle, de ser demasiado poco para él, que te abandone igual que hicieron otros antes. Y en el fondo, sabes que no eres más que un monstruo.
-¡Eso...!
-Reconócelo. No puedes huir de la verdad ni de tus miedos. La ira será lo único que te quedará cuando estés sola y desamparada en un mundo que quiere utilizarte como el arma de destrucción masiva que eres.
-¡Es mentira!
Fū no se dió cuenta de que lo había gritado en voz alta. Miró a todos asustada, y salió volando.
*****
Fū se encontraba sentada en lo una de las ramas de un árbol gigante.
'Puedes engañarte a ti misma, pero no puedes cambiar los hechos.'
"Eso no es cierto... Sólo miente para manipularme..."
'Soy tu verdadero yo.'
-… Necesito dar un paseo.
*****
Cuando Fū llegó al centro de la isla, Yugito estaba ocupada entrenando.
"¿De verdad pienso así? ¿Soy una persona tan horrible?"
¿En serio estás pensando eso, niña?
Fū apareció en una sala con una jaula gigante en la que se encontraba el Nibi tumbado.
-¿Eres Matatabi?
-Veo que te acuerdas de mi nombre.
-¿Por qué me has dicho lo de hace un segundo?
-La Cascada de la Verdad saca a relucir tus pensamientos y sentimientos más oscuros: ira, miedo, tristeza... No puedes ganarle a algo como eso.
-¿Entonces qué debo hacer?
La tigresa levantó la cabeza.
-Lo único que puedes hacer es seguir adelante.
-¿Qué?
-Todo el mundo tiede dudas y odio en su corazón, lo que pasa es que sólo una parte de esa gente se llega a enfrentar a su oscuridad. No puedes negar tus propios sentimientos, lo que debes hacer es aceptarlos y eliminar las sombras de tu propio corazón.
-¿Por quë me ayudas? Odias a los Jinchuriki.
-No los odio. Lo que sí detesto es que me usen y traten como a un monstruo destructivo sin sentimientos.
Fū asintió con la cabeza y sonrió.
-Gracias, Matatabi.
-Bah, si quieres agradecérmelo, déjame dormir sin hacer mucho ruido.

Naruto: Dos JinchurikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora