Capítulo 41

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Se sentía un tanto disfrazada con aquel vestido, no era lo que solía ponerse a menudo, pero tampoco solía graduarse todos los días. Los días especiales merecían ropas a la altura, así que se esmeró más de lo normal por verse deslumbrante y recordar aquel día como el mejor de su vida. Era cerrar un ciclo para comenzar la vida de adulto que tanto le aterraba a la gente, pero que para ella era su rutina, no tenía padres que la castigaran por llegar más tarde de lo debido o por usar demasiado el móvil, era responsable de lo que hacía mal y eso traía consecuencias, así que esa ilusión que tenían sus compañeros por comenzar una nueva vida no la tenía.

Lo que si tenía era felicidad porque la señora Pérez había acudido a un evento tan importante, la podía ver a lo lejos hablando con un desconocido, estaban separadas porque dentro de nada daría comienzo la ceremonia y tenían que estar los de la misma clase juntos, preparados para subir al escenario cuando dijeran su nombre y recibir el diploma.

Cuando llegó junto a su mejor amiga le regaló una sonrisa, recibiendo otra como respuesta, pero tuvo que fruncir el ceño al notar que esa felicidad no le llegaba a los ojos.

"¡estás guapísima!"

"tú mucho más, te sienta muy bien el vestido" alzó ambas cejas, haciendo que negara con la cabeza. "sé de una a la que le va a dar un infarto cuando te vea"

"probablemente a mi me de antes si la veo, no me quiero ni imaginar qué es lo que se ha puesto"

"yo la vi antes pero no te voy a hacer spoiler" alzó los brazos. "solo te digo que el rojo le sienta genial"

"¿y a ti qué te pasa?" preguntó, queriendo cambiar de tema porque sabía que no le iba a adelantar nada.

"¿a mi qué me va a pasar?"

"Alba, que nos conocemos..."

"en serio, no me pasa nada"

"a mi no me engañas" contestó tajante, tocándole el brazo de manera cariñosa. "a cualquier persona de este sitio si, pero a mi no y lo sabes. Permítete estar mal aunque sea 'el día de nuestras vidas' y sé sincera conmigo para desahogarte, no me molestas y quiero saber qué es lo que ronda por esa cabecita tuya"

"es que precisamente por eso, Sofía, hoy es un día especial y no quiero contagiarte mi negatividad"

"Alba" habló de forma seria, agarrándole las manos y mirándola a los ojos. "por favor, hazme caso"

"está bien..." dijo de mala gana, resoplando más tarde. "pues que una cosa es estar sola todos los días de mi vida, pero otra muy distinta es que no puedan dejar su trabajo de mierda ni el día de la graduación de su hija que se supone que es algo importante"

"¿tus padres?"

"y me da rabia que hoy, día donde tengo que estar feliz por compartir estos momentos tan bonitos con mis amigos y mi familia esté así porque como siempre anteponen su trabajo" sus ojos estaban húmedos, pero sabía cómo retener las lágrimas. "y me siento ridícula contándote esto a ti"

"¿por qué?"

"porque tus padres ni siquiera pueden venir y yo estoy quejándome de que los míos no vienen por trabajo" la pelinegra soltó una risa, pasándose una mano por la frente. "¿de qué te ríes?"

"de lo que dices" le colocó un mechón de pelo tras la oreja. "a cada uno le afectan las cosas de maneras distintas, no te tienes que sentir mal por contarme esto cuando mis padres están muertos. Tú no tienes la culpa, no los mataste. Te puede afectar que tus padres no estén en un día importante para ti por su trabajo y me lo puedes contar enfadada, no te sientas egoísta. Y volviendo al tema; estamos tan empeñados en querer a nuestra familia de sangre que se nos olvida que nosotros no los hemos elegido y que no estamos obligados a quererlos simplemente porque sean nuestra familia"

QuizásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora