— Me enteré que la tierra está a punto de ser destruida y no es que me importé, pero ¿Por qué no acelerar el proceso? De cualquier forma, el cielo ha hecho mucho por nosotros. — Satanás rodeó su círculo sonriendo.
Sostenía una copa de vino y miró hacia el cielo. Sabía que la batalla no había terminado bien. Que Dios había castigado a Gabriel y había encontrado nuevos subordinados. NamJoon estaba deseoso de provocar al paraíso, después de todo, el joven había sido creado para destruir.
De entre la penumbra surgieron 6 hermosos jóvenes acompañados, cada uno, de un Demonio que los seguían y obedecían fiel mente.
Lucifer se colocó a su lado mientras señalaba al cielo, inquisitivo.
— Tome una buena decisión. Ni siquiera en mil años habría sido capaz de crecer. Pero aquí, en donde la muerte domina y la vida, simplemente no existe; es a donde pertenezco.
Mammón se acercó a su líder, con una computadora en la mano. Después de haber abandonado la tierra, dejo su fabuloso imperio en manos de Jackson y MinJi. Sin embargo, el Demonio, no estaba dispuesto a dejar atrás toda aquella fortuna.
— Incluso entre tu creación, hemos logrado sobresalir. —Sonrió de lado y se relamió los labios. — Espero que lo entiendas, pero no planeo dejar en paz a tus queridos hijos.
Amodeo comenzó a reír, sentado desde su trono. El chico ladeo el rostro y bufó con alevosía.
— Puedes crear mil arcángeles más. El resultado no cambiara. — Musitó.
El Cielo parecía no querer responder, ignoraba las provocaciones de los Demonios como si no valieran nada.
Liviatán se acercó a su trono y esbozó una embriagante sonrisa.
— De cualquier forma, hermano. Sus hijos resultaron ser peor que nosotros, el tipo aun no debe superar lo maldito que fue Gabriel. — El chico se encogió de hombros y suspiró. — Después de ese gran fallo, no le deben de quedar ganas de enfrentarnos.
Un gran estruendo se escuchó desde los Cielos, Satanás soltó una risa sardónica. Se sabía superior y pese a que los humanos creyeran que el mal era como tal, un derivado del bien; se equivocaban.
Belfegor se recostó en su trono y bebió de su copa. Suspiró.
— Es obvio que no está dispuesto a responder. Hablar con él, es como hablar con la pared. — El joven, señaló al cielo, al tiempo que sonreía ladino. — Más vale que no nos vuelvas a subestimar. Los siete continuaremos creciendo, mientras que tú, no consideres exterminar a tus hijos.
— Incluso el más bueno resulto ser un Demonio. — Belcebú se acercó a Satanás para ofrecerle un bocadillo.
El mayor comenzó a reír, entonces, del cielo se escuchó una voz, incluso más estruendosa que la vez anterior. Los siete Demonios miraron al cielo, expectantes.
— Incluso aunque envíe mil arcángeles más, su maldad no se detendrá. Lo que se suponía debió ser un arma, resulto ser nuestra némesis. Sin embargo, no se atrevan a subestimarme. Una guerra no puede ser declarada, porque, aunque Satanás me enfrente cara a cara, terminará perdiendo. Recuerda que, sobre todas las cosas, yo te cree.
— Pero incluso ahora no puedes terminar conmigo. —NamJoon sonrió taimado. No sentía miedo, pues las provocaciones sobraban.
— Los siete pecados capitales, existirán siempre, hasta que decida purgar este mundo. Y cuando ese momento llegue, rogaran por piedad.
Los Siete Demonios comenzaron a reír.
— El paraíso no comienza guerras. Si has de permanecer en tu infierno, ejecutando el pacto que hemos pugnado generaciones atrás, lo dejaré pasar. Sin embargo, Satanás. No creas que serás tú quien termine con el mundo que he creado. La tierra es mi pequeño reinado y el universo un experimento. No te atrevas a volver a retarme. Pues si sigues con vida, es gracias a mi piedad.
El líder de los Demonios sintió su piel erizarse. Comenzó a reír, no podía tragarse las palabras del paraíso.
— La destrucción llegará por si sola. — El joven se encogió de hombros. — Y cuando los Arcángeles bajen para terminar con la humanidad, el Diablo bailara divertido sobre la tumba de la madre Tierra. Sí el falso tratado de paz quieres continuar, que así sea. Pero no te atrevas a amenazarme. Por que como rey no lo permitiré.
Una tormenta se abrió desde arriba, poderoso rayos partían el cielo con desdén. Los demonios volvieron a reír. El paraíso guardo silencio y los Demonios, se sentaron cada uno en su trono. Una corona dorada, adornada con rubíes rojos, descansaba en la cabeza de Satanás.
HwaSa se acercó al jefe para sentarse en su regazo y comenzar por besar el cuello del líder, seductora. NamJoon bebió una vez de su copa y miró hacia el Cielo.
La guerra que había pretendido comenzar, cesó sin querer en cuanto los siete comenzaron por buscar el amor de un Nefiliim. El paraíso había sido astuto en crear a Lee SooHye, no obstante, ellos se las habían arreglado para obtener a la muchacha.
Se giró para mirar a Yoongi, Hye se encontraba al lado de su hijo, conversando. Sonrió una vez más.
Ni el cielo, ni el infierno, sería capaz de destruir los lazos que habían creado con aquella mujer. E incluso el paraíso sabía que no convenía enfrentarlos, teniendo a dicha arma en su poder.
NamJoon suspiró, HwaSa se giró para mirarlo.
— Por ahora, declarémoslo como un empate. — Dijo, pues entre tantas cosas, los Siete pecados, habían dejado ir su pequeño objetivo para buscar uno nuevo.
HwaSa sonrió.
— ¿No te da curiosidad saber sobre sus nuevos guerreros?
Satanás negó con la cabeza.
— Por ahora no. Me conformó con saber que Gabriel se encuentra perdido en el Edén, que Uriel y Zadquiel vagan por mi círculo, quemándose entre sus pecados. Y que por más que lo intenten, los arcángeles que quedaron varados en la tierra, jamás podrán vivir en paz.
El juego había terminado para el rey de inframundo y para sus hijos. Satanás había movido sus piezas, ejecutando al contrincante sin piedad.
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Seven Sensations |Bts vs Got7| •2da temporada 7Demonios•
Fanfiction✔️✔️Segunda temporada de 7Demonios. Líder vs Líder. Cielo vs infierno. El carisma y belleza de 14 jóvenes vuelven loca a cualquier mujer. Sin embargo, niegan toda existencia humana, solamente para aceptar a una sola chica. Hye se verá envuelta en...