Hechiceras.

4 1 0
                                    

Alexandre giró a ver a tres mujeres vestidas de blanco, eran hechiceras de magia blanca y venían a buscarlo.

Alexandre: [susurró] !Conozco su voz! Eres tú quién...
-En el lago, lo recuerda muy bien mi lord. [Dijo una de ellas]
Alexandre: A qué debo el honor de su visita a mis aposentos?
-La nueva fase ha llego mi señor.

Ellas se miraban confiadas de sí mismas, cómo teniendo la idea de lo que le pasará a Alexandre.

Alexandre: De qué están hablando? Cuál fase es la siguiente!
-Había tropezado, cierto? Está logrando ser el rey obscuro que tanto deseaba ser.
Pero tomemos en cuenta, se ha enamorado.
Alexandre: [burlándose] No me diga, eso es en contra de mi voluntad?
Yo no recibo ordenes de nadie, ni siquiera de mi propia madre.

Alexandre estába a punto de abandonar la habitación dejándo a las hechiceras con la palabra en la boca.

-Debemos hablar claro mi rey, estámos aquí para protegerlo de todo.
Alexandre: No soy un niño para necesitar cuidados. [Dijo sosteniendo la puerta]
-Hay algo de pureza en su corazón, puedo sentirlo.

La hechicera se acercó a él, mirándo su interior había una luz que aún habitaba en él, era su pureza.
Estába defendiéndose de la maldad que en realidad las hechiceras le habían brindado.

Alexandre: He matado a una persona están contentas ahora? [Dijo riendo]
-Mi señor, pero a nuestros aliados no les pedimos que hagan sacrificios cómo esos.
Alexandre: [dijo entre dientes] Qué es lo que quieren!!
-Algo más valioso, que sigan nuestras señales.
Uno de los reinos se derrumbará, el cielo se tornará rojizo y usted estará ahí para presenciarlo..
Y cuándo eso pase, usted estará listo.

Alexandre caminaba por toda la habitación , procesando cada palabra de la mujer.
Quería definir lo que dijo pero sólo eran palábolas indecifrables.

-Ese día usted ya abría sido rey supremo!
Todo el mundo le temerá, no abrá almas que sean salvadas.

Alexandre: Quiero que mi pueblo me adore! Quiero que todos me tengan respeto, el miedo los cegará.
-Usted debe controlar eso mi señor.

Alexandre había abierto la puerta de su balcón y se postró en la barra mirando el paisaje del atardecer.

Alexandre: Mis manos aún no han construido algo de provecho, la semilla aún no a sido germinada.
No puedo dejar a mi reino una semilla germinada por alguien más, necesitan una nueva semilla que dé frutos nuevos y duraderos.
-Debe crear su propia religión mi señor, usted a roto sus reglas.
Lo que su padre le dijo un día, será previsto por todos y no permitirán que entre a la casa de su dios.
Alexandre: Yo seré mi propio Dios, no querré que nadie venga a buscar consuelo de otro que ha callado, que no está presente para observar a su rebaño.
-Y para eso debe destruirlo, debe levantar una nueva alianza, debe reunir a la multitud que está a su favor, aquellos que no han sído bautizados, recibidos en ella.

Luego de eso una de las hechiceras tenía en sus manos un caliz negro que contenía sangre.
Dijeron una especie de conjuro al aire libre...
El cielo se tornaba un amarillo con nubes negras, el viento soplaba a un ritmo leve.
Los ojos de Alexandre se miraban obscuros.

-Debe completar el hechizo, al beberla usted tendrá lo que siempre ha querido "Gloria".
Alexandre: Por un digno de batalla..

Alexandre bebió del caliz hasta la última gota, luego de esos los relámpagos comenzaron a escucharse.
Él se sentía diferente, sus venas se habían brotado y tornado en un color negro sentía recorrer por todo su cuerpo.
Se estába volviendo más fuerte y poderoso.
La mirada pérdida y de satisfacción estában presentes, suspiraba un alivio y levantaba sus brazos para dejarse llevar contra el viento.
Había sido envuelto en una nube gris que le brindaba el poder y la gloria.
Una vez concluido Alexandre volvió a la normalidad.

-Volveremos a encontrarnos mi señor..






The Lost Lord.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora