The Lost Lord.

Perdido en el tiempo.

Ambos viajaron por el tiempo, no tenían idea de lo que pasaba ya que todo íba muy rápido que apenas se lograba distinguir las cosas.
Pero Alexandre sí podía mirar a Balbán dentro del Aura, miraba sus ojos completamente enardecidos.

Alexandre: Lorely, no me sueltes!

Lorely lo abrazó muy fuerte que apenas íba a decirle algo cuando de pronto se estába convirtiendo en cenizas.
Alexandre gritó el nombre de su amada, la habían separado de ella, tendrían que tomar caminos diferentes.

Una luz blanca y cegadora iluminó el ambiente, no podía ver nada hasta que se encontró en un bosque lejos de todo, era un lugar que no se parecía nada a Transylvania.
Alexandre se miraba en un espejo, miró su rostro ya maduro, su ropa diferente y rasgada como si hubiese peleado contra el enemigo. Unas marcas en sus manos eran letras y llevaban el nombre de su amada. No sabía lo que pasaba pero lo que sí sabía era que la profesía de aquella mujer se cumplió, ahora ambos están perdidos en el tiempo y no hay manera de como poder volver y estar juntos.
Al menos el libro no viajó con ellos, eso era un alivio para el rubio.

Alexandre: Lorely desapareció de mí, Lorely! [alzó la voz] Lorely!!, Lorely.

Gritaba con todas sus fuerzas su nombre pero todo estába en silencio, no había nadie que lo escuchara.
Miraba el cielo encontraba la diferencia de que éste era más claro más brillante que en su tiempo.
Lábrimas salían de sus ojos, aceptaba la culpa que lo condenó todo este tiempo, le habían advertido que este momento sucedería algún día pero no lo quiso ver así que optó por ignorarlo.
Comenzó a caminar para ver si podía encontrar a Lorely o a alguna persona que puediera llevarlo hasta ella.
Pero en un extremo ya no podía avanzar, era como si  el área en el que se encontraba estuviera protegido por algo transparente.

Alexandre: [Gritándo] Qué quieres de mí?, soy el condenado y te exigo que me liberes de aquí.
Acabaré tu estúpido libro de una vez por todas, devuelveme a Lorely ahora!.

Miró que habían algunas piedras y sin pensarlo las arrojaba al plástico que lo encerraba para ver si podía destruirlo y salir huyendo de ahí.
Asustado se rindió, pensando en que podría hacer para salir.
Gritaba y gritaba pero nadie le respondía era como si sólo él existiera en ese lugar.

Alexandre: Soy Alexandre Vanhallen! [Gritó con fuerza]
-Sé quién eres...