Abominación.

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Alexandre bajó del corsel y junto con otros caballeros les mostró a su pueblo la nueva entrada un templo.

Alexandre: Hijos míos, he aquí mi morada.

Todas las personas entraron, estában angustiadas ya que pordoquier habían cráneos con cuernos.
Una abominación maligna y una representación de un hombre con un craneo de un toro.
Un nuevo sacerdote había llegado, Alexadre le pedidió que hiciera una ceremonia pero antes dijo:

Alexandre: He sido claro con todos ustedes queridos súbditos, si ustedes alaban a su nuevo dios nada malo les pasará.
Aquí tendrán al dios que sí escuche sus plegarias que sí los acobije en su tormento.
-Deja de mentirles!! [Dijo el prisionero]
Alexandre: [susurrándole] Estás consumando mi paciencia!
-Sólo deja de hacer falsas promesas!

Alexandre obofeteó al cura delante de todos, ya que en su cuestionamiento ya había perdido su paciencia.

Alexandre: Serán venerados, servirán a su rey y a su dios.
[Mirando a la figura] Oh balbán!

Sin duda era una secta demoniaca a la que Alexandre se estába enfrentando, estaba en contra de dios, en contra de la buena voluntad y de la buena fe.
Balbán era un demonio del engaño, quería que el pueblo lo venerara pero haciéndoles creer que todo estaría bien, que sería algo mejor.
Quería convertirse en el anticristo, el nuevo rey obscuro.
Y para ello debía sacrificar al representante del hombre blanco.

Tiana: [Asustada] ¿Qué estás haciendo?
Alexandre: [susurró] Salvando el mundo, salvando las vidas condenadas.
Deja de cuestionarme querida y calla.

El nuevo sacerdote quién estába en rebelión con Alexandre, de dirigió a el dándola orden.
El rey sacó su espada de plata y de inmediato le traspasó el pecho a aquel hombre sacándole el corazón.
Uno de los servidores lo colocó en una bandeja y lo encerró en una caja fuerte cóml ofrenda al "Dios" venerado.
Se habían llevado  cuerpo desangrado y Alexandre los siguió.
En una habitación repleta de diamantes en las paredes y con poca luz había partes de cádaveres y una cabeza de un animal con cuernos.
Alexandre quería darle vida, regalandole un corazón y un cerebro para que pudiera ser aún más venerado y conceder milagros a sus súbditos pero Alexandre sabía que era un contrato sabía que habría que darle algo a cambio.

Alexandre: Cuándo llegue mi derrota vendrás por mí alma.

Colocó el corazón con las demás partes, no sucedía nada en ese instante hasta que se marcharon.
Y justo en eso se estába formando una figura semi humana, las partes se íban incorporando en su lugar, sin duda Alexandre había procreado a un monstruo que no tenía finta de dios sino de un demonio.
La ceremonia de iniciación ya había sido terminada, pero Alexandre aún seguía ahí.

Hombre de letras: Mi señor, ha sido un éxito!
Balbán a sido creado por usted, está con vida.

Alexandre medio giró con un rostro de sorprendido, estába nervioso.
Sabía que había hecho un gran trabajo.

Alexandre: ¿Puedo verlo, ahora?
Hombre de letras: Lo está esperando.

Se dirigió a la habitación para poder conversar a solas con el semi dios.

Alexandre: [posición de hinojo] Oh, mi señor! Ha reencarnado.
-¿Por qué me has llamado?
Alexandre: Necesito de ti, necesito poder, necesito que te veneren y me sean venerados mis atributos.
- Eres un hombre codicioso que ha venido a mí en busca de riquezas?
Sabes que soy portador del engaño Alexandre?
Tienes que saber bien lo que me has pedido.
Alexandre: No con exactitud, pero quiero que reines junto conmigo.
- ¿Reinar con un humano? Tendría que reinar en figura a ti, nadie puede verme en este...
Las rebeliones malignas no están a tu merced Alexandre, has hecho un sacrificio para mí pero eso no basta.
Debo dominarte, debo probar que pudes gobernar la maldad y el libro de los condenados.

Alexandre: ¿Cómo sabe del libro?
-Me pertenece, sabes las reglas? Sabes lo que tiene que cumplir aquel que lo porta?
Alexandre: !Por supuesto!
-Me has dicho que cuándo llegue tu derrota llegaré por tu alma, así será!
Ahora tienes un pacto conmigo muchacho, un pacto en el que no es fácil salir.

Alexandre no podía verlo, un hueco de obscuridad cubría esa parte dónde Balbán estába postrado a pesar del brillar de los diamantes y perlas que yacían en la habitación.

-No puedes traerme a tu pueblo a mí, deja que ellos vengan a ti y por medio de tu ser haré lo que pidan.
Alexandre: Claro, mi señor.

Alexandre se marchó y junto con su esposa y caballeros regresaron al castillo.
Pero en el camino se volvió a encontrar a la bruja de aquel día.

-Qué has hecho niño torpe!
Has despertado el mal y nos comerá vivos a todos!
Has abierto las puertas del infierno.

Alexandre bajó del caballo y acercándose a ella la tomo del brazo.
La mirada de ella había cambiado, en el rostro de Alexandre miraba una cara obscura y siniestra.
De su boca salía algo negro y sus ojos se tornaban rojos que terminó con un infarto.
La mujer había caído desvanecida y con los ojos quemados.
Cuándo regresó a su caballo su mirada ya había sido normal.

The Lost Lord.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora