Capitulo 43

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Las corrientes que se paseaban por su estómago eran increíblemente asombrosas y eso que solo tenía su mano en la cintura de ella, amó el sentimiento de que ella no quería dejarlo ir por la forma que enredó los brazos a su cuello y siguió besándolo como si su vida dependiera de ello, su lengua se enredó con la suya y crearon una sensación especial, la única que podía causar todas esas revoluciones era ella y nadie más. Solo ella. Él no daba el primer paso ¿Y si ella no quería estar con él? Temía presionarla y que todo se viniera abajo pero mientras pensaba eso ella tomó el cuello de su camisa y lo fue desabrochando con una lentitud torturadora. Él dejando de lado el miedo al rechazo llevó sus manos el cierre del vestido en la parte de atrás, lo fue bajando poco a poco causando que ella se pegara más a su cuerpo. Con el vestido totalmente abierto, lo soltó dejando que cayera al suelo y a continuación una belleza de mujer lo miraba desafiante a los ojos. Ella puso las manos en su torso mientras él se quitaba la camisa, ella lo acariciaba haciendo que su estómago se tensara de pasión abrumada, ella llevó las manos a su pantalón jugando con su cinturilla, con sus dedos halaba del lugar donde iba la correa y la alejaba de pronto de ese lugar prohibido, volvía su mano a su pantalón pero con más agilidad y poco a poco la ropa fue desapareciendo de la escena principal.Ambos en ropa interior yacían aún parados al final de la cama. Él la tomó de la cintura para apegarla aún más a su cuerpo y desaparecer todo pensamiento racional. La posó con el máximo cuidado en la cama y se posicionó encima de ella tan cerca sin aplastarla pero lo suficiente como para que no se quisiera alejar de ella nunca más. Él acariciaba cada curva de su cuerpo desde su cuello hasta sus muslos y enamorado de su reacción ante el tacto de su mano besó su cuello.– Me alegra saber que después de mi no ha habido otro hombre en tu cama – susurró en su oído para después besarlo con pasión.– ¿Cómo estás tan seguro de eso? – preguntó desafiándolo y confirmando eso que decía con los ojos cerrados incapaz de mirarlo bajo esa nube de deseo.– Porque tú no te entregas a un hombre en cuerpo y alma a menos que ames – respondió deteniendo un segundo el paseo de sus manos por su cuerpo, ella abrió los ojos y se dignó a mirarlo fijamente.– Las cosas cambian Bieber – se defendió, él soltó una risa pequeña al escuchar su apellido entres sus labios y contestó.– Lo sé, es por eso que estás más hermosa – volvió a besarla abriendo paso al amor de nuevo.Deteniéndose a besar cada centímetro de su cuerpo con solo un poco de cordura se acercaba más a ella y se sorprendió al ver que ya ninguno tenía alguna prenda encima, que estaban desnudos y que la piel de ella ardía debajo de la él aun más caliente. De pronto un pensamiento de extrema tristeza lo hizo detenerse y mirarla a los ojos preguntándose si eso no era un sueño, no había momento en la noche en que no se perdiera en sus ojos aunque se desafiaba a sí mismo que podía controlarlo cuando no era así. Ella notó como el brillo divertido de sus ojos fue opacado de repente. En el segundo que ella notó que sus ojos estaban vidriosos fue el mismo segundo que una lágrima bajo por la mejilla de él.– ¿Por qué lloras?– Me siento culpable – se sintió tan estúpido que era capaz de golpearse a sí mismo. En un momento de pasión lloraba como una nena cuando la sensible por ende tendría que ser ella – No te merezco – susurró estrechándola entre sus brazos sintiendo la pasión aun en llamas.– ¿De qué hablas? – Dijo ella en un tono tierno – Te amo y eso es lo que importa. Ya no me importa lo que pueda pasar, ahora estamos tu y yo, eso es lo único que tienes que pensar – en el mar de fuego que había en ellos, lo besó lentamente convenciéndole de que era su realidad y que al fin ésta no era amarga.– Mírame – él rió burlándose de sí mismo – A punto de hacerte el amor y llorando como una nena – ella rió y la felicidad de él fue completa al escuchar el sonido de su risa divertida y verdadera.– Eres una nena muy bella – le cumplió ella y volvió a reír y él sonrió escuchando atentamente su risa. Justin se prometió que la haría reír todos los días, su risa a pesar de escandalosa era un indicio de paz y calma para él, ella reía y todo estaba bien. Él se coló entre sus piernas y recordó algo.– _____________ no puedo amarte como te mereces. No tengo preservativo – soltó él suspirando.– ¿No tienes o no trajiste? – preguntó ella.– No tengo – confesó con vergüenza – No lo uso. No he estado con alguien desde hace tres años – él bajó la mirada mientras a ella le saltaban lágrimas de felicidad y su sonrisa no cabía en su rostro. Con el dedo índice y desde su mentón tensado levantó su rostro y lo besó con todo el amor del mundo, él confundido le siguió el beso con la misma intensidad y la falta de aire ya estaba.– Hazme el amor como si ésta fuera la última vez – susurró en sus labios.– Pero si lo hago podrías quedar… – ella colocó sus dedos en sus labios y él lo besó.– Luego resolvemos. Solo quiero que me ames como yo lo hago sin importarte nada – Y el poco de sentido común lo abandonó cuando ella enredó sus piernas por su cintura para atraerlo más hacia ella. Ella sintió como ambos se unían y el sentimiento era incomparable, había olvidado como se sentía a su lado y centrado la atención en su dolor, pero ahora no era así, ahora lo amaba sin reservas y eso estaba más que genial. Estaba tan sumida en desenredar cada una de las sensaciones que Justin le hacía sentir que hasta que él no gruñó en su oído no se había dado cuenta de los aruños que ella le iba haciendo en su espalda a lo largo de los minutos que pasaba amándole. Nuevamente clavó sus uñas aún más fuerte escuchando el gruñido fuerte de Justin mientras tocaba el cielo con las manos desgarradoramente. Él se desplomó sobre ella mientras ella le besaba el cuello con delicadeza.– Eres tan apasionada que tengo miedo de que algún día no podamos soportar una noche como ésta – comentó él besándole la cabeza mientras el sentido racional volvía a ella y sus mejillas enrojecían, a veces ni ella misma se conocía en circunstancias como esa.– Eres un imbécil – él rió ante el insulto, la conocía tan bien que adivinó esa reacción desde un primer momento, sabía que cuando lo insultaba era porque no tendría como contradecir lo que él decía y esa era su única salida. La conocía tan bien y no le molestaba en absoluto.– ¿Recuerdas tu primera vez? – ella se removió incomoda posándose en su pecho evitando el contacto con sus ojos directamente, ella asintió. Su primera vez fue con él y esperaba que él no lo supiera. Él levantó su rostro con su dedo obligándola a mirarlo a los ojos – Para ese momento ya no era virgen pero esa fue la noche que hice el amor por primera vez – ella no pudo esconder la sorpresa en su rostro.– ¿Cómo lo supiste? – preguntó avergonzada, él le besó los ojos llenos de sorpresa. Seguramente lo supo desde el primer momento por lo inexperta que pudo haber sido.– Eras muy insegura y temblaste hasta el último minuto. Y eso lo amé desde el comienzo – vio como ella se sonrojaba y sonreía nerviosamente mientras desviaba su vista a pecho. Ella tembló cuando él empezó a acariciar su vientre – ¿Estás segura que estuviste embarazada? – la halagó viendo como su vientre era igual que como cuando la conoció – No, la pregunta es ¿Estás segura que en este vientre habían dos niños? Eres hermosa sonrojada – dijo él divertido mientras ella seguía roja como si fuera una primera cita con él.– Justin ¿Puedo preguntarte algo y no te enojas? – le preguntó temerosa.– Ya estas preguntando y no me he enojado – ella achicó los ojos mirándolo seriamente – Ya, pregunta.– ¿Por qué Lisa me envió las fotos de sus encuentros? – él hizo una mueca con los labios. Debía entender que ella tenía curiosidad aún sabiendo que él la amaba.– Estaba celosa – explicó acariciando el anillo de matrimonio con sus manos entrelazadas – Era feliz contigo y ella no pudo tener esa felicidad con Logan. Cuando quedaste embarazada aunque tuvimos problemas tus padres lo aceptaron, a regañadientes pero al fin y al cabo lo aceptaron, en cambio a ella como escuchaste la obligaron a abortar y la enviaron a un internado en Italia. Su vida no fue fácil. Es por eso que era tan llena de maldad y su vida fue amargada – ella asintió entendiendo – No se lo regalé yo, ella lo compró – a punto de quedarse dormida ella abrió los ojos de repente sin entender lo que Justin decía, entendiendo su confusión él siguió hablando – El collar, no se lo regalé yo. Ella lo compró para hacerte creer eso. Ahora duerme, mañana iremos en un bote a recorrer la playa – ella asintió – Te amo – le susurró en su oído abrazándose a ella, ella sonrió al fin feliz.– También te amo – contestó ella. Cayendo en un profundo sueño y él junto a ella. Se amaban, tal y como la familia que siempre soñó.

30 Días De Subasta{Go Away} 2 Temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora