Capitulo 19

1.4K 78 3
                                    

___________ aborrecía –literalmente– a Justin ¿Por qué la dejaba así? Era un patán de primera, sus palabras aún hacían que un escalofrío recorriera el cuerpo de ella y eso no le gustaba para nada. A pesar de que él había abandonado la habitación hacía ya media hora sus palabras estaban incrustadas en su mente. Por inercia se llevo una mano a sus labios aún sintiendo el ligero roce de sus labios que había hecho que sus emociones se activaran y que sus sentimientos estuvieron a flor de piel. Pero cayó de lleno a la realidad como de un precipicio, ella estaba cayendo en sus garras de nuevo y eso no se lo podía permitir, él la había engañado estando ella embarazada y a él no le importo en lo más mínimo, burlándose en su cara sin importarle la vida que llevaba en su vientre. Aclaró su garganta no dejando que sus lágrimas llenaran su rostro, ella había llorado tres años por él, no debía derramar una lágrima más por él.

- Tantas cosas en tan poco tiempo – susurró lanzando un suspiro de resignación, se levanto con el cuerpo doliéndole –y el alma también– al menos ya no estaba tan mareada.

Abrió lentamente la puerta procurando no encontrarse con el sargento de su esposo, un nudo en su garganta se formo de nuevo al pensar en esa palabra, le daba hasta terror pronunciarla.

- Tu plan de salir no funcionó – espetó él subiendo los peldaños de la escalera. Mierda otra vez la había descubierto, vio a Justin y se enojo ya se estaba hartando de él, y es que solo la idea de que él estuviera cerca le aterraba, lo sentimientos iban emergiendo conforme se acercaba él a ella todo el tiempo y eso ella no lo podía permitir, no otra vez.

Se dirigió a la habitación mientras él la seguía con un vaso con agua y una pastilla, sonriendo porque él tenía control. ___________ resopló harta y de nuevo se dirigió a su cama.

- ¿Cuándo dejaras de tratarme como una niña? – replico ella, él frunció el seño, se comportaba como una niña.

- Te comportas como tal así que no me reclames por tu comportamiento, niña – dijo al final, sabía que le reventaba que le dijeran así y más si tenían razón.

- Eres un imbécil – lo insulto ella tapándose con el edredón cruzando sus brazos sobre sus pechos enmarcándolos aún más, sin poder evitarlo él fijo su vista en esa parte de su cuerpo, trago sonoramente sintiendo una sensibilidad en la parte más susceptible de su cuerpo, ella alzó la ceja notando que él no apartaba la mirada de sus pechos.

- Oh Dios mío – susurró sin poder controlar como su cuerpo reaccionó ante esa reacción de aquella mujer.

- ¿Me darás la maldita medicina? – replicó ella cansada de que la mirara de esa forma, parecía un lobo hambriento, ella lo saco del trance en el que estaba perdido >> Oh cariño, puedo darte más que eso<< su pervertida conciencia salió a flote tanto que estaba dispuesto a decirle pero se abstuvo que luego de eso lo castrara y eso no era muy buena idea que digamos. Mientras él se acercaba a ella tratando de tapar el resultado de la acción ‘enmarcación de pechos’ que se había formado en su entrepierna, ella noto eso y en vez de sonrojarse –lo que haría normalmente– soltó una ruidosa carcajada mientras recibía el vaso con agua y la pastilla, él estaba molesto pero más consigo mismo, no había podido controlar sus impulsos y ese había sido el resultado.

Ella había dejado alrededor de cuatro dedos de agua en el vaso que él la había entregado, un macabro plan pasó por su mente y no dudó un segundo en ponerlo en práctica, trató de no reír para no delatarse en frente de él.

Ella palmeo la cama en gesto de que se sentara en frente de ella, él la miro confundido ese cambio de humor de ‘querer castrarlo’ a quererlo tener ‘junto a ella’ no era nada normal solo cuando tenía un plan en contra de él pero no tenía nada a su alrededor con que pudiera atacarlo así que, bajo la mirada seductora que ella le dirigía se acercó temeroso, ya sentado era ella la que se estaba acercando a él provocativamente, de pronto ella rozó sus labios con los de él haciéndolo perder lo poquito de cordura que le quedaba, ella gimió en sus labios provocando que él –inconscientemente– cerrara los ojos ante tal dominio disfrutando de cada sensación que recorría por todas las venas de su cuerpo.

Y fue cuando ella decidió actuar, aprovechando que él todavía estaba con los ojos cerrados estando en ese trance, el poco de agua que había dejado adrede la vertió en su entrepierna abultada, él al sentir el frío líquido rodando por esa parte sensible de su cuerpo y bajando a su pierna, él se levanto temblando a cuerpo entero mientras ella reía muy ruidosa mirándolo burlona.

- Eso te pasa por calenturiento – dijo ella entre risas mientras salía del cuarto riendo por toda la casa, él negó con la cabeza estando furioso, tal y como cuando se conocieron, él seduciéndola mientras se llevaba la peor parte.

30 Días De Subasta{Go Away} 2 Temporada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora