El sonido de una lámpara rota en el piso la hizo despertar del susto, era él que venía pateando y rompiendo cosas a su paso, se tambaleaba y decía cosas sin sentidos, estaba totalmente ebrio, ella decepcionada una vez más fue a donde él y lo ayudo a levantarse del piso, no podía hacer ese tipo de esfuerzo por su embarazo, en ese momento él era consciente de eso e hizo un esfuerzo por levantarse solo, lo hizo pero de nuevo se tambaleó, ella lo sostuvo y por fin pudo mantenerse de pie.
- No debes hacer este tipo de esfuerzo – dijo el mirándola a los ojos, dándose cuenta a través de ellos todo el daño que ha causado en ella en el tan poco tiempo de vivir juntos.
- Vaya, al fin te preocupas – dijo ella soltándolo para dirigirse a la cocina, evitándolo, no quería otra discusión como la última que tuvieron, ya eran las tres de la mañana y él tendría que trabajar ese mismo día no quería otro de sus berrinches en la mañana por la bendita resaca que seguramente iba a tener.
- ¿Empezaras con lo mismo? – pregunto ahora fastidiado.
- Me iré a dormir, no discutiré contigo – le pasó por un lado, esperando que le llamara y le dijera “Perdóname por todo el daño que te hice” pero solo eran pensamientos deseando con todas sus fuerzas ser realidad.
- ______- la llamo, una llamita de esperanza se encendió, se dio media vuelta simulando frialdad pero por dentro saltaba como una niña feliz cuando le compran su regalo - ¿Puedes hacerme de comer? – pregunto pisoteando toda esperanza viva en ella ¿Cómo se atrevía a preguntar semejante cosa? ¿Lo hacía apropósito para molestarla? Ella se desilusiono, era obvio que él no cambiaría de esa forma, bajo la mirada el peso de las lágrimas era muy grande pero su orgullo era aún más.
- Hazlo tu, tienes manos, me iré a dormir no pretenderás que a esta hora te haga de comer – él la miro furioso, entrecerró los ojos dejando que la rabia lo invadiera pero tendría que desahogarla solo, ella lo había dejado con la palabra en la boca como un mismo idiota que era y se encerró en su habitación, donde ella lloraría recordando y torturándose ella misma por las cosas que le han pasado sin razón alguna.
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- ¿Ahora me podrás hacer de comer? – pregunto él, vestido de traje, otro de los muchos que tenía y con el cual se veía perfecto como siempre, pero esas cosas no se debían demostrar, la debilidad no se puede demostrar.
- ¿Te esperas? Me voy levantando y ni siquiera yo he comido.
- Maldita resaca – susurró pasándose las manos por la cara, refregándose los ojos, en cierto modo es bueno, de esta manera aprende a no emborracharse hasta no poder mantenerse de pie.
- Eso te pasa por beber tanto y no medir las consecuencias – dijo ella preparando una taza de café sin azúcar tan fuerte como pudo, se la entrego a él, y se atrevió a mirarlo a los ojos, fijamente y sin pensar en nada más que en él, lo amaba con tal fuerza que hacía que se quedara allí a su lado esperando que cambiara por ella, quito la mirada, su orgullo la obligo a hacerlo pero él la tomo del mentón y la acerco hasta a él se quedo a centímetros de sus labios, estaba nerviosa como la primera vez que lo besó, sentía su aliento mentolado chocar con sus labios.
- ¿Tienes pensado cómo ponerle a nuestro hijo? – pregunto él sonriendo, una revolución sentía en su estómago ¿Había dicho “nuestro hijo”? Tal vez escuchó mal o está alucinando, ella negó con la cabeza aún sorprendida por tal pregunta y más si viene de su parte, aparto la mirada analizando muy bien lo que había dicho, parecía una niña, moría por abrazarlo con todas sus fuerzas hasta asfixiarlo pero no podía demostrar eso, su orgullo estaba en juego nuevamente.
- No, aún no se el sexo – dijo ella apartándose, él la miro confundido al parecer lo había rechazado pero no tenía por qué quejarse, él mismo había hecho que se distanciaran, un silencio incómodo se produjo entre los dos, él porque no entendía su reacción, o más bien no quería entender su reacción y ella porque no quería dar su brazo a torcer solo por unas cuantas palabras bonitas que al oírlas sintió como, aún, moría por él – Hoy tengo visita con el ginecólogo y por fin sabré el sexo del bebé – dijo ella revolviendo su taza de café mirándolo de reojo, él sonrió, al ver que él no decía nada, dio media vuelta y su corazón se acelero al verlo de frente tan cerca y con su mirada fija en ella, se estremeció al sentir las manos de él en su cadera su piel se erizó y el nerviosismo la atacó, él se acercaba a sus labios pero al último segundo beso su frente, ella frunció el seño, dejo en evidencia que se moría por besarlo, se aparto de él – Iré a vestirme – dijo y prácticamente salió corriendo de la cocina.
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- Sres. Bieber – dijo el doctor en su puerta, se estremeció al escuchar su apellido, ya no lo sentía de ella, ya no se sentía dueña de ese apellido ni de él, solo un apellido más, él la acompañó después iría a su trabajo, le gusto el que prefiriera estar con ella en vez de su trabajo pero esa ilusión se vio rota al darse cuenta que sólo estaba allí porque sabría el sexo del bebé.
- ¿Ya sabe qué es? – pregunto ella impaciente mientras Justin estaba distraído tecleando en su teléfono ignorando que en ese momento sabría el sexo de su hijo, él entretenido con su aparato subió su mirada al ver que el doctor no decía nada y se encontró con la mirada decepcionada de ella con sus ojos húmedos y su rostro tenso, nuevamente le había fallado.
- ¿Será niño o niña? – pregunto ella ahora con su mirada en el doctor ignorando la mirada arrepentida que le dirigía a Justin, él suspiro y dejo de andar su teléfono pero aún lo tenía en la mano.
- Por lo que dice el ecograma, al parecer será – continuó el doctor ignorando esa situación tan tensa – será… - un sonido interrumpió al doctor, era un teléfono, ambos voltearon su mirada hacia Justin, la miró a ella apenado, bajo su mirada y salió del consultorio a contestar la llamada – Niña – termino de decir el doctor, suspiró y le dirigió una mirada de lástima a ella, ella sonrió a medias, no sabía como sentirse, estaba extremadamente feliz a saber que tendría una niña pero al contrario estaba totalmente decepcionada de él, salió de la sala para contestar una llamada de su trabajo el cual era más importante que ella, incluso, que su hijo, o mejor dicho, hija.
Salió de allí y lo vio sentado en frente de la puerta, al salir ella él se levanto de inmediato y se acercó pero ella desvió su camino, se alejo de él y se fue a la salida del hospital.
- ¿Qué haces? – pregunto él al verla detener un taxi.
- Me voy para mi casa con mi hija, lárgate a tu trabajo, después de todo allá esta tu verdadera familia – se monto en el taxi y el taxi comenzó a moverse mientras se alejaba lentamente hasta ya no verlo, en ese momento vio qué había hecho, “hija” ¿Tendría una niña? Sería padre de una hembra y le dio más importancia a su aventura que a su esposa y a su hija, porque eso fue, la llamada que recibió no fue del trabajo, o tal vez, si pero no era importante solo era su amante preguntando cuando se volverían a ver, y ahora se dio cuenta cuán animal había sido.
Ella llego con lágrimas a su casa, temblando le pago al taxista y se bajo destruida, total, sin extrañarse no había nadie en casa que la consolara, al llegar a la puerta, encontró un sobre, lo recogió se dio cuenta que era la rutina que hacía varios meses practicaba, le llega un sobre lo abre ve las fotos que la destruyen, se niega a creerlo buscando alguna excusa para ese engaño y después se hace la olvidada ¿Qué más podía hacer? ¿El destino no se había encargado de demostrarle que tan miserable era su vida? Leyó el remitente y tenía las misma iniciales “L.C.” entró a la casa y se sentó en el sofá miro varios minutos el sobre y finalmente se decidió a abrirlo, maldijo el momento en el que lo hizo, era una foto de Justin acostado en una cama dormido, solo en bóxers, con la ropa que tenía el día anterior a un lado arrugada, nuevamente la había engañado, y solo un día antes de saber que tendría una niña.
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30 Días De Subasta{Go Away} 2 Temporada.
RomantiekCuando el orgullo es el que manda, el destino se echa a un lado sin importar a quién hiere o lastima , el orgullo es ciego y vanidoso pero después de todo es un escalón para levantarte de aquello que te hizo caer y que hoy te hace más fuerte. Lo mal...