III

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Al fín es lunes, Gemma y Harry se habían despedido de Liam el día anterior. Ni siquiera les dió tiempo a darle una pequeña fiesta de despedida.

Liam ya había terminado de empacar su ropa, ha tenido unos breves momentos donde ha sacado varias lágrimas, por dos razones: Porque durará meses sin ver a las personas que están para él siempre y porque ha recordado a su padre un sinfín de veces.

Iba bajando las escaleras de su casa, con las pesadas maletas en sus manos, cuando ya había bajado respiró profundo y vió a su alrededor. Recordó el primer día en que se había comprado esa casa. La felicidad lo invadía en cada momento, incluso se había olvidado de la muerte de su padre que era reciente en ese entonces.

Unos toques en la puerta lo sacaron de sus tristes pensamientos y miró hacia la puerta. Bufó. Dejó las maletas en el suelo y caminó hacia ella. Al abrirla observó detenidamente al hombre con gafas negras que estaba del otro lado.

Vestido completamente de negro, lo único blanco que tenía era su camisa que estaba debajo del saco, y su piel.

Estaba con sus manos cruzadas y sin expresión en su rostro, ahí dedujo que ese tipo era una especie de guardaespaldas.

     —Buenos días señor Payne. —saludó de forma fría y cortés. —Soy Dean y lo llevaré a su nueva casa. Favor de tomar sus cosas y sígame.

Liam frunció el ceño ¿Por qué tan recto y cortés? Nunca se había imaginado que los guardaespaldas eran así. O talvez esa es la impresión que todos dan, talvez, porque nunca había interactuado con uno.

Caminó hasta sus pesadas maletas y las tomó, salió de su casa no sin antes verla por última vez ya que no volverá por mucho tiempo.

Se dirigió a uno de los autos que habían estacionados frente a su casa. Completamente negros, desde sus llantas hasta sus cristales oscuros, intentó ver por dentro de los autos, pero no pudo por culpa de esos estúpidos cristales.

El guardaespaldas caminó hacia una puerta y la abrió rápidamente, le indicó con su mano que entrara mientras otro tomaba las maletas y las metía detrás del coche. Liam estaba asustado, parecían secuestradores.

Entró silenciosamente, Dean había cerrado la puerta y lo único que Liam veía por fuera, era su casa. Suspira acomodándose en el coche y Dean emprende su camino hacia el nuevo trabajo de Liam.

...

     —Buenos días. —saluda Harry dándole una beso a su hermana y a su madre.

     —Buenos días. —dicen las dos mayores al unísono.

     —¿Qué hay de desayuno? —preguntó frotando sus manos varias veces y sentándose en una de las sillas. Gemma sonríe.

     —Ensalda de frutas con yogur natural. —respondió su hermana.

     —Delicioso. —tomó un plato y le introdujo de aquél desayuno.

     —Gemma, Harry. —comenta Anne. Éstos dos la miran fíjamente.

     —¿Sí mamá? —pregunta Gemma expectante.

     —Me tendré que ir por unos días a Liverpool. —respondió tomando una cucharada de su desayuno.

     —Pero ¿Por qué mamá? —preguntó Harry confundido.

La maravillosa jugada de Gemma Styles ∽ L.S©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora