XXXI

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     —Ya te extrañaba. —Liam cerró la puerta después de que Zayn entrara.

     —¿Pero qué estás diciendo? Si apenas ayer en la noche pude irme gracias a Gigi y Dean. —esbozó una sonrisa mientras se sentaba en uno de los sofás.

     —¿Dónde están Gigi y Dean? —preguntó al no notar la presencia de los dos mencionados anteriormente mientras caminaba hacia la cocina.

     —¡Liam! —gritó el más bajo. Liam puso cara terror al escuchar el repentino cambio en la voz de Zayn.

     —¿Qué sucede Zayn? ¿Por qué gritas?

     —¿Sabías que Dean tiene novio? —se paró tras su amante, este estaba de espaldas frente a la encimera y sirviendo un poco de café en dos tazas.

     —No... no sabía. —se volteó y le ofreció una taza a Zayn.

     —Pues digamos que Gigi es la madrina de la boda. —Liam se ahogó con su propio café.

     —¿Dean se va a casar? —Zayn asintió.

     —Uh huh. Y hasta ahora me dice que tenía un noviazgo de hace casi un año con un pasivo mayor que él llamado Castiel. —Liam arqueó sus cejas.

     —Nunca pensé de esa manera hacia Dean. —Zayn sonrió.

     —Si no fuera por él no estuviera aquí contigo. —susurró haciendo que Liam ponga más asunto en él.

     —¿Disculpa? —Zayn aclaró su garganta.

     —Nada, no dije nada. —se separó de él y tomó un sorbo de café mientras caminaba otra vez hacia la sala.

     —Eres raro. —logró escuchar los pasos de Liam detrás de él.

     —Quiere invitarte a su boda. —habló después de sentarse nuevamente.

Liam frunció el ceño, era raro que Dean, un hombre que desprendía hombría era gay, y lo más raro es que lo haya invitado a su boda si nunca habían sido tan unidos en el tiempo en que estuvo trabajando allá. Aunque de todos modos se trataron unas veces aunque muy pocas, y era inevitable no soltar carcajadas estruendosas con el pelicafé. Dean era un hombre frío y tenebroso en su trabajo, pero en sus tiempos libres era todo lo contrario, su alegría y su sonrisa eran una de aquéllas que no muy fácilmente se olvidan. En toda la casa de Zayn se sentía su presencia, y es que este muchacho se ha vuelto como una familia para el pelinegro por todo el cuidado que le ha otorgado.

Tomó un sorbo de su café y asintió estando de acuerdo para asistir a aquélla boda.

     —Está bien, estaré allá, pero no prometo nada.

     —¿Qué harías si te pidiera matrimonio? — el castaño volvió a ahogarse con su propio café y lo miró directo a los ojos con temor.

     —¿Estás bromeando cierto? ¿Acaso crees que eres capaz de hacer eso? —el pelinegro sonrió de forma inocente.

     —¿Qué? Yo sólo decía, quería ver tu expresión al escuchar eso. —una vez que Liam asintió arrogantemente, observo su café tibio.

La maravillosa jugada de Gemma Styles ∽ L.S©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora