XXXVII

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Zayn miró el edificio con miedo, si las cosas salen bien no volverá más. Últimamente se está llenando de valor y ha publicado cosas sin sentido en sus redes sociales, confundiendo al extremo a sus desquiciadas seguidoras y claro, dándole pistas para que descifren el secreto que ha guardado durante meses.

No es bueno mentirle a tanta gente que lo ha querido desde que ha comenzado su carrera como cantante, no es bonito tener la consciencia destruida por estar todo el día pensando en aquellas niñas que de seguro sonríen por primera vez en todo el día por escuchar una música de él. No es para nada agradable sentir culpa de no poder hacer nada para él, para Liam y hasta para sus fans... el remordimiento ha logrado llenarlo de valor y llevarlo a cometer un grave error que de seguro es aquel del cual no llegará a arrepentirse nunca.

Sus planes iban bien hasta ahora, sumido en sus pensamientos no se dió cuenta de que estaba frente a la puerta de la oficina de Simon, a punto de golpearla suavemente con sus nudillos. Maldición, tenía tanto miedo por la futura respuesta y reacción de Cowell que todo el valor que lo ha fortalecido se iba esfumando lentamente.

Respiró profundo y decidió no perder más tiempo. Acercó sus nudillos a la puerta y la tocó lentamente, la secretaria le tiene total confianza y además de eso ya sabía que el morocho iba a aparecerse por ahí ese día. Por lo que ahorró informarle sobre su llegada a su jefe. Golpeó nuevamente varias veces la puerta y ésta se abrió en cuestión de segundos.

Simon sonrió animadamente logrando notar la confusión en el rostro de Zayn. El morocho frunció el ceño confundido por tal acto. Cowell que es bipolar.

     —¡Oh, vamos Zayn! —comentó resignado finalmente. —Quita esa cara de terror y entra a mi hogar.

     —¿Acaso alguien te ha dado una droga que te sube el ánimo? —Cowell chistó divertidamente y rodeó con sus brazos al moreno.

     —Nada por el estilo. ¿Sabes qué? Si quieres soy el Simon de todos los días que te arruina todo con solo mirar su rostro. —recomendó de manera burlona hacia al más bajo.

Zayn, al escuchar semejante propuesta se apartó de Simon de manera rápida. Negó, sonrió nerviosamente y se sentó en uno de los sillones.

     —Hablaremos de algo muy importante, Simon. —el mencionado se sentó en su sillón rodante y arqueó una ceja. Se acercó al escritorio y apoyó el peso de su cabeza con sus manos.

     —Lamento decirte que no tenemos nada de qué hablar... admito que acepté verte hoy solo porque te quiero como un hijo que nunca tuve y nunca tendré. —Zayn soltó una risa silenciosa al escuchar el comentario de Simon. Y es verdad, tenía razón en tal aspecto, la forma de tratarse que tenían los dos era aquella de padre e hijo.

     —Quiero decirte que te quiero mucho, fuiste alguien realmente importante en mi carrera, eres parte de mi vida, y sí, te considero como el padre que desde hace años se ha hecho cargo de mí... lamento decirte que renuncio al contrato. Estoy seguro de que logr...

     —¿Seguro? —interrumpió con una ceja arqueada.

Zayn asintió sin verlo a los ojos.

     —Sí, es exáctamente lo que escuchaste. Discúlpame. —el más alto se recostó en su sillón y dio una vuelta completa en él luego de haber bufado con resignación.

Se detuvo, lo miró a los ojos y por primera vez en tanto tiempo Zayn pudo notar tristeza y decepción en aquéllos oscuros ojos que cargaba Simon.

Una vez más el canoso respiró profundo, y sacó un documento de uno de los cajones de su escritorio. Ese acto logró sorprender y confundir al moreno.

La maravillosa jugada de Gemma Styles ∽ L.S©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora