| ¿Buen día? |
Se encontraba sudando frío y agitado, enredado entre las sábanas blanquecinas debido a todas las vueltas que se había dado mientras dormía. Sus labios tiritaban y sus cabellos se mezclaban en su almohada blanquecina, sus dedos daban pequeños temblores.
Con su ceño fruncido y una mueca de desagrado, negaba con suavidad.Se veía tan indefenso.
...
—Tú... No sabes con quién te estás metiendo, maldito infeliz. —gruñía un niño rubio y de ojos carmines.
En respuesta, el niño que se atrevió a enfrentarlo sonreía de manera burlesca. —Tus amenazas no me harán retractarme, tu amigo no es más que un marica inútil que no sabe ni siquiera limpiarse el trasero.
Endureció sus puños y se abalanzó enceguecido de la ira. Comenzó a golpearlo sin descanso, sacándole sangre de la nariz.
— ¡No hables de él, no te metas con él! —exclamaba, sentado encima del molesto niño. Cogió una de las tantas piedras que se encontraban en la tierra con solo un objetivo: golpearle en la cara con ella. —A ver si con esto aprendes, jodido inútil de mierda. —gruñó de manera baja con una malvada sonrisa, estaba seguro de lo que haría, su mente se lo pedía a gritos, acabar con ese infeliz ahora.
— ¡Katsuki! —El grito repentino de su madre no lo venía venir en aquellos instantes. Chasqueó la lengua irritado ante esto.
Mitsuki Bakugou, quien preocupada al ver a su hijo de ocho años a punto de golpear con esa enorme piedra a ese chico que estaba en el suelo, se aproximaba rápidamente.
— ¡Tú no te metas vieja bruja! —exclamó señalándole con su dedo índice y con su ceño fruncido, gruñendo enfurecido. Mitsuki le quitó con rapidez la piedra entre sus manos y lo levantó a la fuerza, separándolo del chico. — ¡Que no te metas maldición! —gruñó furioso pateando en el aire, mientras con furia veía cómo ese infeliz se escapaba veloz.
Giró su vista carmín con molestia hacia su madre, aún entre sus brazos. —Lo dejaste escapar. —dijo amenazante observando a su madre con ira, mientras intentaba escapar del agarre de esta.
Mitsuki lo golpeó de manera suave pero a la vez dura, haciéndole ver que ella era quien mandaba aquí. —Explícame por qué te estabas peleando con ese niño. —ordenó, cogiéndolo con rudeza del cuello de su playera roja, ahora toda sucia con tierra y algunas salpicaduras de sangre.
—Eso no te incumbe, maldición. —susurró mirando hacia el suelo, con su ceño fruncido y puños presionados con fuerza.
—No quieres que te castigue de nuevo sin salir, ¿verdad? Puedo extender el castigo por un año si se me da la puta gana, Katsuki. —advirtió su madre, tomando automáticamente el control de la situación al sentir la mirada del chico algo sorprendida.
Al pequeño, le costó varios minutos de pelea interna, o era su orgullo o el castigo. Sus labios se apretaban con rudeza y miraba con furia el suelo.
—Esa mierdecilla... Estaba hablando mal de él —dijo de pronto en un hilo de voz. — ¿¡Estás contenta ahora!? —exclamó eso último soltando el agarre de su madre de manera definitiva con brusquedad para salir corriendo, molesto y a la vez sonrojado.
Mitsuki solo negaba, con una leve sonrisa en su rostro.
Aún así, no le dejaba de preocupar la actitud agresiva que estaba adoptando su hijo....
Despertó colérico, odiaba recordar esas estupideces cuando dormía, últimamente estaba recordando más cosas de las que se le daba la gana y le molestaba demasiado.
Se levantó de la cama con furia y se fue directo a la ducha, gruñó entre dientes al notar que se le había acabado el shampoo, también cuando notó que había dejado las cortinas abiertas, pues él siempre salía desnudo del baño. Genial, ahora la vieja vecina divulgará que aparte de desastroso era exhibicionista.
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¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦
Fanfiction«A Izuku Midoriya no se le dan bien las matemáticas, pero, ¿quién sabe? Quizás con su nuevo profesor las cosas cambien.» ______________________________________________ ×YAOI (chicoxchico) estás advertido en caso de que no compartas este tipo de gén...