«A Izuku Midoriya no se le dan bien las matemáticas, pero, ¿quién sabe? Quizás con su nuevo profesor las cosas cambien.»
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×YAOI (chicoxchico) estás advertido en caso de que no compartas este tipo de gén...
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¡Gracias a PandaKyUwU! Ella hace un tiempo me ha enviado este bonito regalito de la escena del capítulo anterior, para cuando Izuku se subió al avión, aw 🥺❤️ ¡Te ha quedado bellísimo, muchas gracias por compartirlo con nosotros!
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Datos a considerar:
Katsuki e Izuki han tomado un vuelo a Francia a las 08:30hrs. El vuelo demora 11hrs.
Japón está 07hrs adelantado a comparación con Francia.
Para cuando lleguen a Francia, serán las 12:30hrs. En Japón, serán las 19:30hrs.
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Katsuki amplió su sonrisa maliciosa. — ¿Por qué? ¿Es que tienes miedo? —soltó cruzándose de brazos. —Sabes, siempre me he preguntado qué se sentirá caer en medio de una ciudad. Si nos volvemos papilla pero de alguna manera nuestro cerebro y corazón continúan intactos, ¿sentiremos dolor por una milésima de segundo antes de morir? Ya sabes, antes de que nuestro sistema nervioso este fuera de combate por com—
— ¡Katsuki-san, ya basta! —chilló Izuku pálido, mientras tocaba el cinturón de seguridad con sus manos como si su vida dependiera de ello.
Y Katsuki… Katsuki en respuesta continuó hablando acerca de aviones estrellados, mientras soltaba carcajadas. Además, el avión estaba a punto de partir.
Izuku sintió que todos sus órganos internos se revolvían con desespero, además de sentir necesidad de oxígeno.
Quería vomitar, quería vomitar.
Algo natural, desde luego, con el único detalle que el viaje aún ni siquiera comenzaba.
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¡Estamos en Francia!
I ¿¡Turbulencias!? ¡Katsuki-sensei, quiero vomitar!
{08:45}
Los ojos jades de un chico en particular se veían excesivamente inseguros y nerviosos. Inconscientemente, sus manos presionaban con firmeza el apoya brazos del asiento y además, cerró sus ojos con fuerza en cuanto sintió el movimiento producido por el avión en cuanto había comenzado a avanzar. Sus pulmones ya no podían retener más el aire, y es que Izuku Midoriya hasta había olvidado cómo respirar por la tensión que tenía en su cuerpo en esos momentos.
Bakugou Katsuki le miraba sonriendo con malicia. — ¿Qué tienes, mocoso? —inquirió cruzado de brazos y apoyado cómodamente en el respaldo del asiento con relajo.
