Capítulo 70

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— ¡¡LO SABÍA, HATSUME MEI, ERES MUY AFORTUNADA Y TIENES MUCHO TRABAJO QUE HACER!! —exclamó la chica contrayendo su brazo derecho y con su mano izquierda golpear con emoción y energía su bíceps. — ¡¡IRÉ A BUSCAR A ESE CHICO POR MÍ MISMA, ¿CÓMO ES?!! —volvió a exclamar emocionada, decidida a dar el paso para ir en su busca.

Bakugou rápidamente la tomo del brazo y le dio un leve empujón hacia atrás. — ¡No irás, tú definitivamente no! —exclamó para entonces alzar su pulgar y tocar su propio pecho, señalándose a sí mismo. —Escúchame bien, si alguien tiene que ir en busca de ese idiota, ese seré yo, perra. —gruñó para entonces dejar la maleta ahí a sabiendas que ella se quedaría esperando.

— ¡Eso no es justooooo! —sollozó Hatsume cruzándose de brazos de manera inmediata, observando a Katsuki dar el paso para ir en busca del pecoso.

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¡Estamos en Francia!

III
M&M Illusion

Había dado la vuelta y comenzado a correr sintiendo las rueditas de su maleta chocar con los leves relieves de la cerámica incluso cuando le informo a Katsuki su urgencia. Estaba seguro de que como se veía tan ocupado con sus asuntos le esperaría en su lugar, por lo que procuraría ser rápido y encontrar pronto un baño.

Así fue como corrió a su derecha, siempre que no sabía hacia donde dirigirse, iba hacia su derecha, notando la enorme cantidad de gente que de alguna manera se observaban igual de apresurados que él.

Pero aún si corrió y observó hacia todas las direcciones posibles en busca de señaléticas gigantes de un baño, nada de eso se encontraba. Eso provocó que lentamente la angustia se apodarara más de él.

Y es que su vejiga no planeaba darle un solo descanso.

—Ahhh... —Se quejó dejando la maleta a un lado y presionando aún más sus piernas, sintiendo que su límite llegaba sin intenciones de dar tregua. —U-un baño.

Se vio tan acorralado que en cuanto una mujer apareció en su campo visual, corrió hasta ella. — ¡Disculpe, señorita! —exclamó alzando su mano y cruzándose en su camino. — ¿Por casualidad no sabe en dónde se encuentra el baño? —inquirió esperando alguna respuesta positiva.

Y el rostro de la mujer quien había parado en seco se vio confuso, para entonces negar con suavidad con su rostro.

—Je ne parle pas japoneis, désolé. —soltó inclinándose de hombros y mirarle con preocupación, ya que el rostro de Izuku se veía bastante afligido.
(No hablo japonés, lo siento.)

El pecoso recordó que no sabía hablar francés y que, desde luego, la mayoría de las personas no podrían entenderle.

La joven de cabellos pelirrojos dio un paso más y alzó su dedo, teniendo una idea en mente en cuanto observó a sus alrededores. —Mais tu peux essayer le garde lá-bas. —añadió dándole un leve toquecito en su hombro y señalar hacia atrás continuamente.
(Pero puedes intentarlo con el guardia de allá.)

Izuku de inmediato se giró, observando que desde la lejanía un guardia se encontraba descansando su espalda en contra la blanca pared, ante ello, el pecoso giró su rostro hacia la mujer. — ¡Ah, muchas gracias por su ayuda! —agradeció al instante que le entregaba una reverencia educada. — ¡Buen día! —añadió contento despidiéndose mientras cogía nuevamente su maleta y corría hasta el guardia.

Aquel hombre clavó su mirada de inmediato en él en cuanto le vio acercarse desesperadamente. También alzó una ceja observando el extraño comportamiento que tenía en sus piernas y su mirada afligida.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora