Capítulo 55

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|Pasos tímidos e inseguros|

— ¡Buenas noches, Izuku-kun! —exclamó la castaña desde la puerta de su casa, observando como el peliverde alzaba su mano desde la lejanía de las calles. 

Cerró la puerta con suavidad y pegó sus ojos sobre sus zapatos rosas por unos cuantos minutos y entonces subió a su cuarto de manera veloz. 

Uraraka Ochako una vez dentro de su habitación, fue un completo desastre. 

Se lanzó a su cama siendo  un verdadero mar de lágrimas y presionaba las sábanas en contra sus dedos con dolor.

No podía creer todo lo que Izuku pasaba y quizá por cuantos años lo estaba pasando. 

El dolor que debía sentir aquel chico del cual se había enamorado era simplemente inimaginable para ella. 

No podía creer que tras esa hermosa y deslumbrante sonrisa y aquel hermoso optimismo que siempre salía a la luz se encontrase cubierto por todo aquel doloroso pasado. 

Y por sobre todo, hoy había acabado por confirmar su más terrible pesadilla. 

—Izuku-kun realmente está enamorado de alguien más... —murmuró entre sollozos con su rostro pegado a la almohada. 

Uraraka sabía que Izuku no le correspondía desde hace tiempo. 

Y ahora sabía que definitivamente no lo haría jamás. 

Pero aún así, le resultó muy doloroso escucharlo salir de sus propios labios. 

Pero entonces, Uraraka entre lágrimas sonreía. 

Sonreía porque Izuku había confiado en ella, porque Izuku le necesitaba. 

Uraraka había dicho que trataría de verlo solo como un amigo, aunque le doliera. 

Lo quería tanto que, aún si no podían ser nada, entonces seguiría siendo su amiga felizmente. 

Para ella, Izuku Midoriya era una persona totalmente valiosa y única. 

Realmente atesoraba cada momento que pasaba junto a él y por ello no quería perderle por ningún motivo. 

Uraraka Ochako lo acababa de decidir apenas notó los ojos rotos de Izuku mirarle con desespero cuando corría junto a ella, sin saber a qué dirección ir. 

— ¿D-dónde estoy? 

— ¿Qué sucede? 

— ¿Por qué hay tantas luces frente a mi? 

— ¡¡Todo me da vueltas, ¿en dónde estoy?!! 

— ¿¡Por qué corremos!? 

— ¡S-siento que me caeré en cualquier momento! 

Izuku corrió a su lado por las calles nocturnas, ambos de la mano. 

Se veía como un niño perdido en busca de sus padres y aquello le partió el corazón completamente. 

Y aún más doloroso fue para ella verlo caer inconsciente cercano a un parque, en el que acabó arrastrándolo como pudo y lo dejó caer sobre su regazo en la primera banca que se encontró. 

Estaba a punto de marcar a una ambulancia y a su madre cuando el pecoso despertó.

Y entonces ella entendió que Izuku necesitaba un amigo, un apoyo, alguien que no le fallara pasara lo que pasara. 

Alguien que estuviera siempre con él y que por ningún motivo lo dejase solo. 

Realmente lo necesitaba y ella sin duda alguna le apoyaría.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora