¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦

Capítulo 73

Nota: Paso por aquí para disculparme profundamente por mi larga ausencia, caí en un hiatus por un par de meses debido a que no me sentía del todo bien emocionalmente. Hoy puedo agradecer a todos por su continuo apoyo, palabras y paciencia, es el mayor regalo que me entregan y en verdad lo aprecio un montón. ¡Al fin he podido retomar! Y por fin, he podido traerles la continuación. Gracias a quienes a pesar de todo esperaron mi regreso, infinitas gracias, tienen un lugar en mi corazoncito ❤️

¡También muchas gracias por el millón de lecturas! Dios, no caigo en la sorpresa que aún siento, estoy preparando algo especial para esta hermosa ocasión, solo que me he adelantado con la actualización para no hacerlos esperar tanto. Realmente muchas gracias por todo el apoyo que me entregan, sinceramente no tengo palabras 🌟

Ahora sí, vamos a lo importante, ¡la actualización!
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Es por eso que Izuku no duda en sonreír levemente para desviar su mirada hasta su desayuno, no sin antes entregarle una leve caricia sobre la mano del mayor que descansaba sobre la mesa. —Vamos a comer, sensei.

El corazón de Bakugou quiso estallar de amor en aquellos momentos.

Su mañana hasta el momento estaba siendo perfecta.

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¡Estamos en Francia!
VI

¡Comienza la sesión de fotos! ¡El primer atuendo y... Un segundo, ¿quién demonios es ella?!

Día 02, 08:18

Eso fue lo que pensó en un inicio y que, finalmente acabó desencadenando un día de mierda.

— ¿¡EN DÓNDE SE SUPONE QUE ESTÁS!?

Izuku abrió sus esmeraldas con sorpresa mientras daba un mordisco a su tostada.

— ¿¡POR QUÉ DEMONIOS SE SUPONE QUE DEBERÍA DECÍRTELO!? —exclamó Katsuki en cuanto recibió aquel grito por el teléfono.

— ¡SABES PERFECTAMENTE QUE SI LA SESIÓN ES A LAS NUEVE, ENTONCES MÍNIMAMENTE TENDRÍAS QUE ESTAR AQUÍ A LAS OCHO!

Katsuki Bakugou abre sus fosas nasales, inhala fuerte con su ceño fruncido y expandiendo el pecho, exclama.— ¡LLEGAREMOS CUANDO SE NOS DÉ LA MALDITA GANA, PERRA!

Y al instante en que su ceño se frunce en extremo, cuelga el teléfono con ira.

Izuku ante ello traga saliva nervioso, y le observa con sus esmeraldas bien abiertas. Entonces las llamadas persisten y el pecoso clava su mirada esmeralda sobre la pantalla brillosa del móvil, que vibraba y vibraba sin detenerse.

Entonces le observa otra vez y se pregunta el cómo era posible que la vena marcada en la sien de Bakugou podía palpitar tanto.

¿Es que acaso es normal? ¿Debería preocuparme?

Inquiere a sus adentros mientras deja su tostada a un lado.

El rubio ceniza apaga el teléfono y lanza un enorme gruñido en respuesta en dirección al móvil, como si se tratase de un lobo discutiendo con una piedra.

Y en el interior de Izuku imagina a ese lobo rubio ceniza en su lugar, entonces, a pesar de la tensión del momento, solo acabó lanzando un suspiro y retomar su tostada.

—Qué lindo... —susurra sin notarlo con un leve tono carmín invadir sus mejillas pecosas mientras le mira disimuladamente.

Y Bakugou luego de un momento, clava sus carmines sobre él.