Capítulo 16

34K 3.6K 5.7K
                                    


|Cambio inesperado|

¿Qué era ese olor tan extraño, pero a la vez reconfortante? Se preguntaba Izuku entre sueños.

Se sentía cálido y excesivamente cómodo. No quería despertar de ese sueño tan delicioso y acogedor que lo mantenía casi rogando que esa sensación siguiese por el resto de su vida.

Pero el dolor punzante de su hombro izquierdo terminó acabando con ese mar de sensaciones, obligando a su mente a despertar.

Con somnolencia abrió sus ojos esmeraldas ojerosos con extremo cansancio y con su vista nublada comenzó a mirar a su alrededor.

Entonces, Izuku se confundió.

¿Dónde estaba?

¿Por qué no estaba en su casa?

¿Qué era este lugar?

Y...

¡¿Ba-bakugou-sensei?! —exclamó de pronto, con casi desespero. Se sentó en esa inmensa cama desconocida al notar a su profesor de matemáticas durmiendo a su lado, con su cabeza apoyada en el colchón y el resto de su cuerpo en el suelo.
Un apretón en su mano derecha provocó que su corazón acelerara sin su permiso mientras sentía como el calor le invadía con rapidez en todo su rostro.

Tenía su mano entrelazada con la de su profesor.

Entró en pánico

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Entró en pánico.

Su corazón de pronto comenzó a latir tan fuerte que sentía que su cuerpo palpitaba completamente.

Giró su vista hacia todos lados con nerviosismo. — ¿Qu-qué es lo que debo hacer? —susurró de manera baja, mientras veía el suave respirar de Katsuki a su lado.

El sentir su mano junto a la del rubio entrelazada, sólo provocaba que su nivel de nerviosismo aumentase de manera considerable por cada segundo que pasaba.

—Deku... —murmuró el rubio mientras fruncía el ceño aún dormido.

No pudo evitar soltar un gritito de vergüenza al sentir el leve apretón de manos que hizo el rubio ceniza entre sueños segundos después de murmurar aquello. Izuku se tapó la boca de inmediato respirando de manera agitada, pero ya había sido demasiado tarde, había provocado el despertar de Katsuki.

Pudo notar como su profesor se removía con molestia, aún más cuando abrió sus ojos carmín con excesiva somnolencia y enojo.

— ¿Te rescato y te traigo hasta mi departamento para que no me dejes dormir? —gruñó, frotándose los ojos con fuerza, bostezando con despreocupación mientras se masajeaba el cuello.

¡Ah! Katsuki-sensei ¦Katsudeku¦ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora