Capítulo 20

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A la mañana cuando Elisse despertó vio que Tony no estaba allí, era las 8:00 de la mañana y él no era un tipo que acostumbrará madrugar. Su cuerpo había descansado lo suficiente como para permanecer acostada, escuchó algunos no ruidos provenientes de la cocina y supuso que era Tony.

—¿Qué haces?—pregunto ella asomándose al borde de la puerta, Tony se sobresaltó al escucharla. Elisse era muy cuidadosa, jamás hacía mucho ruido al trasladarse.

—Me asustaste... —dijo apoyando la bandeja sobre la mesa.—ah si, bueno, preparaba el desayuno.—contesto tranquilamente mientras se acercaba a Elisse para saludarla con un beso.

Ella se sentó junto con él a desayunar pero solo tomo té, a diferencia de Tony que se comió toda la bandeja que había preparado. Creo que ya entendía la razón por la cuál se despertó tan temprano; hambre, ayer no había cenado y la comida que venían comiendo en el viaje no era la mejor.

—En el pueblo todos despiertan temprano, es algo así como una costumbre.—dijo mientras mordía su último pedazo de tostada.—así que deberíamos ir temprano, no quiero que piensen que somos vagos o algo similar.

—¿Desde cuándo te interesa tanto la opinión de los demás?—pregunto ella mientras analizaba sus expresiones físicas, en su reino se decía que la princesa Elisse tenía el don de la intuición, y era cierto, ella siempre sabía cuando alguien le mentía

—Desde siempre.—respondió sin mirarla al rostro.

Ella sabía que no era cierto, a Tony no le importaba que la gente del pueblo lo viera como "un vago" le preocupaba que Norah lo viera así.

—Oye, mientras tu terminas de comer yo iré a bañarme ¿si?—ella se paro de la mesa pero él la detuvo.

—No.—dijo terminando de pasar la tostada.—nos ducháremos juntos, hay que proteger el planeta y reducir el agua es uno de los tres recursos más importante, ¿qué, no te lo enseñaron?

—¿Ahora también eres ecologista?—bromeo ella.—dime Tony, ¿cuántos títulos más tienes?

—Te sorprendería saber lo experto que puedo llegar hacer en algunos temas.—soltó con tono seductor.

Elisse lo ignoró antes de caer en su juego, buscó toallas y la ropa para bañarse, él la seguía detrás.

—¿Este boxer o este otro?—pregunto con ambas prendas en las manos mientras desafiaba a Elisse con la mirada seductora.

—Da igual, ambos cumplen la misma función.—respondió indiferente.

Ella sonaba despreocupada, tranquila, sin darle ninguna importancia a lo que él decía pero en el fondo moría de rabia porque sabía la razón por la cual Tony estaba tan interesado en escoger el mejor boxer.

Ella entro al baño con él siguiéndola detrás, se había tomado realmente enserio lo de bañarse juntos y sabía que Tony no era el mayor ecologista del mundo.
Él se quito la remera siguiendo por los jeans, siempre con la mirada fija en ella.
Elisse se negaba a sacarle la mirada de los ojos, no quería que su mal instinto la llevara a mirar otra cosa.

—¿Te bañarás con ropa?—preguntó el alzando una ceja, ella negó con la cabeza y comenzó a sacarse la blusa, el sonrió al verla.—Oh, déjame que te ayudo.

Él se colocó detrás de ella y como digo la ayudo a desvestirse. Paso sus manos delicadamente por su torso hasta llegar a sus brazos y quitarle la blusa.
Antes de que pudiera seguir con el brasier, se distrajo en pasar sus húmedos labios por el cuello de la joven Asgardiana, haciendo que esta se estremeciera.

Puso ambas manos sobre sus pechos, ella apretó las manos de él contra su cuerpo y gimió. El deslizo sus manos hasta la espalda y termino de desprenderle el brasier con dedos muy ágiles.
Ella termino con el pantalón y demás mientras él regulaba el agua.

Se bañaron juntos como cualquier otra pareja normal, él la ayudaba a ella con alguna que otra intención demás y ella no se quedaba atrás.
Una vez que ambos terminaron, él comenzó a besarla y no solamente en los labios.

—To...Tony...—susurraba ella.—no deberíamos... gastar el agua...—decía ella entre gemidos de placer.

—Tienes razón.—soltó él.

Sin dejar de besarla cerro el grifo con las manos, una vez que dejo de caer el agua, él la apoyo contra la pared y comenzó a bajar sus manos y labios por el cuerpo de ella buscando su máximo punto de placer.
Ella gemía y no podía hacer nada para que se detenga, ni tampoco deseaba que eso ocurriera.

Cuando todo parecía perfecto el teléfono de Tony comienza a sonar, al principio el decide ignorarlo y seguir con lo suyo pero el teléfono siguió sonando continuamente.

—Deberías atender, tal vez sea grave.—dijo ella tomándolo del cabello para alzarle la cabeza hacía la altura se ella.

El se disculpó y fue atender el desesperante teléfono. A Elisse le irritaba el sonido del celular desde que llego, si algo extrañaba de Asgard era la inexistencia de estos aparatos.

Mientras él hablaba por teléfono, ella tomó la toalla y se secó con ella para después vestirse.
Tony la observaba de mientras y les hacía gestos con el rostro.

–¿Quién era?—pregunto ella después que él colgara.—¿todo en orden?

—Si, si, bien. Alcánzame la toalla.—dijo él evitando el tema, Elisse obedeció y él continuó hablando.—ahhh, ¿recuerdas que te dije que me encontré con alguien el otro día?—preguntó mientras se secaba el pelo, ella asintió.—bueno, me llamo para vernos y ponernos al día, ya sabes.

—Eso es genial, ¿irás ahora?—preguntó ella fingiendo alegría por él.

—Si, en un rato.—contestó él.—¿no te molesta, no?

Por más disimulada que sea Elisse, él se daba cuenta cuando ella fingía y más si tenía motivos para hacerlo.

—No, ¿debería molestarme?—preguntó la peliplata desafiante y él solo se encogió de hombros.

Después de esa llamada de teléfono, Elisse actuaba distante, indiferente con él.
Ella sabía que se iría con Norah y de solo pensar que harían se le revolvía el estómago. No tenía el derecho de sentirse así pero no podía evitarlo. Si la situación fuera al revés, Tony le haría un escándalo enorme, así que en cierto punto, ella no estaba tan equivocada.
Era verdad, ellos no son nada pero a la vez lo son todo.

—No sé a que hora llegaré, no estaría bueno que te quedes todo el día sola.—dijo él.—Ven al pueblo, allí nunca te aburres.

—Si pero allí no conozco a nadie, me sentiría... incómoda—soltó ella.—Me quedaré aquí, estoy bien, Tony.

A Elisse siempre se le hacía bien hacer nuevos amigos y acostumbrarse a nuevos lugares pero por alguna razón hoy no quería socializar con nadie.

—Te pido que me acompañes a este pueblo y luego me voy, dejándote sola...no esta bien eso...—dijo con cierta tristeza.

—Estaré bien, en serio.—trató de calmarlo ella.—Ve, te están esperando, no te hagas desear demasiado.—sonrió ella y él asintió.

Dejar ir a la persona que amas nunca ha resultado fácil pero si es lo correcto entonces se deberá pagar el precio. Y eso Elisse lo entendía muy bien, a veces no es bueno aferrarse tanto a algo que jamás podrá ser tuyo, lo mejor es soltarlo para siempre, pero ¿será esto posible para esta diosa y este mortal enamorados?

Ordinary World. (Tony Stark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora