La vida de ella cambio de repente cuando su padre la desterró de Asgard por "traición al rey".
Y la de él cuando la vio por primera vez en un pequeño y casual accidente.
El amor es hermoso por qué es complicado, imperfecto, y en ocasiones hasta resu...
Después de ese horrible momento, fuimos al restaurante que había mencionado anteriormente Steve. Era un lugar lindo y cómodo, para comer él se había pedido una ensalada con pescado ya que luego tenía entrenamiento aparte de que siempre solía cuidarse con las comidas, y por pedí algo liviano también pero más rico, pasta. Natasha siempre hacía y a mi me encantaba.
Hace minutos atrás estaba muriendo de hambre, ahora estoy básicamente jugando con el tenedor mientras paseo los fideos de un lado hacía otro. Mi mente no deja de dar vueltas y de pensar en aquel tipo. Gritó mi nombre por ende me conoce. Y eso significa que sabe cosas que yo no recuerdo, y si me hubiera quedado tal vez él podría habérmelo contado todo. Aunque estaba ebrio y seguramente también había inducido droga, estaba completamente fuera de sí. Él no podría haberme contado nada.
Y tampoco debo olvidar que puede ser algún enviado de Loki, o el mismo. Y no es que le tenga miedo... no... pero a veces creo que esta loco, si tendrá sus motivos o no eso ya no es tema de debate... no quiero entrar ahí, ya que no lo juzgaré, pero trataré de evitar más años de encierro por mi hermano demente con razones desconocidas u olvidadas.
—¿Te quedaste pensado en aquel tipo, verdad?—preguntó Steve haciéndome volver a la realidad.
—Si...—asentí un poco apenada.
—¿Aún quieres encontrar a ese hombre?—preguntó él sin querer saber la respuesta.
—Por supuesto que si.—respondí de inmediato. Y él lo sabía bien, pero aún así decidió preguntar.
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—¿Y regresarías con él entonces?—preguntó en tono triste.
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—Steve... lo único que quiero ahora es recuperar mis recuerdos perdidos.—confesé por décima más creo.—lo demás es relativo.
—Yo... yo prometí dejarte ir si ese hombre aparece.—soltó él manteniendo el tono triste.—pero la verdad es que no me perdonaría perderte.
—Eso nunca pasará, Steve.— dije con una leve sonrisa.—pero cambia esa cara que no me gusta verte así... eres más lindo cuando sonríes.
