Ordinary World. (Tony Stark y tu)

Capítulo 47

Midgard

Ha pasado un mes desde que Rhodes despertó a su amigo inconsciente con un golpe en la cabeza, y lo llevo al hospital. Lo lograron despertar con un poco de alcohol, el golpe no había dañado nada pero el impacto lo había dejado inconsciente.

Cuando Tony despertó solo quería ver a Elisse, su amigo tuvo que ingeniárselas para decirle que ella ya no estaba, había desaparecido. Estaba siendo buscada por la policía, por todos los estados, pero nadie podía encontrarla. Tony pudo recordar la descripción del hombre que lo golpeo y pudo dibujarlo, así presentándolo a las autoridades como principal sospechoso del caso.

Ha pasado un mes desde eso, la policía sigue buscando aunque saben que no encontrarán nada. Han mandado a los mejores oficiales y detectives, pero nada. No hay rastro de ella por ningún lado. Es como si la hubiera tragado la tierra.

Tony no sé quedaba atrás, él intentaba buscarla usando su tecnología, pero tampoco había encontrado nada, era muy difícil hacerlo, no tenía muchos datos de ella... es más, no existía ningún registro de ella, es como si nunca hubiera existido.
La desesperación aumentaba cada día, y Rosa se negaba hablar del tema, no quiso dar declaraciones a la policía, ni datos. Se rehusaba a cooperar y a Tony le costaba entender el por qué.

Era evidente la razón por la cuál Rosa no daba declaraciones, ella sabía que Elisse no estaba muerta, tal vez debió irse a Asgard en caso de emergencia y no pudo avisar nada. Aunque no descartaba que el caso era extraño.
Después de pensarlo más de una vez decidió hablar con Tony, quién estaba hundido en depresión.

—Todo ha sido mía culpa, Rosa... ella me lo dijo, ella estaba asustada por algo y yo decidí ignorarlo.— soltó Tony con lágrimas en los ojos.—si tan solo la hubiera escuchado.

  —No, no ha sido tu culpa, Tony... —Rosa lo intentaba calmar como una madre a su hijo, como una abuela a su nieto... pero no parecía estar funcionandole este método. Él se sentía culpable por la ''muerte'' de Elisse.—Oye, escúchame, sé que sonara muy loco, pero ten por seguro que no lo es...—comenzó a decir ella, él levanto la mirada y se dispuso a escucharla.—no sé donde está, pero créeme que ella esta bien.

—¿Cómo sabes eso?—preguntó él queriéndole creer con todas sus fuerzas, pero le era difícil hacerlo.

—Simplemente lo sé.—admitió ella sin darle detalles.—¿qué fue lo último que recuerdas?  

  —Es complicado de explicar, todo fue muy confuso...—negaba el mientas se agarraba la cabeza.—el golpe... y todo...

—Entiendo, pero trata de recordar.—insistió Rosa.

—Estábamos bailando pero dejamos de hacerlo porque ella comenzó a sentir que alguien la vigilaba, estaba muy asustada, así que nos apartamos de la gente y fuimos para afuera, para que ella tomara aire y pensara mejor.—explicaba Tony haciendo memoria de lo sucedido.—intente calmarla, le dije que no había nadie pero no me escucho, y luego fue cuando comenzó a delirar, no entendía lo que me decía, ni siquiera puedo recordarlo bien, solo sé que estaba tan nerviosa y aterrada que empezó a decir cosas sin sentido... y bueno, después el golpe...

—Le dibujaste a la policía el rostro del hombre que te golpeo ¿verdad?—preguntó Rosa y él asintió.—¿podrías describirlo?

—Era alto... más que yo. De pelo negro, tenía rasgo muy parecidos a los de Elisse... sobretodo los ojos...  no lo sé.—soltaba él confundido, pero fue más que suficiente para Rosa.—Y... y... tenía un artefacto raro con lo que me golpeo. 

Rosa de inmediato comprendió de quién se trataba, unos días atrás ante de su desapareció,  Elisse le había confesado que tenía pesadillas con Asgard muy seguidas, eran muy confusas y nunca llegaba a entenderlas. En todos esos sueños, ella corría peligro, y lloraba por regresar a la Tierra. Pero lo más curioso, que en esas pesadillas el villano parecía ser su hermano, Loki.

—¿Dices que ella estaba delirando, verdad?—preguntó Rosa y él asintió.—lo que te haya dicho debes creerle, porque es verdad.

Pero Tony tampoco quiso creerle a Rosa. Él no quería creer que ella estaba muerta, pero tampoco podía creer que pertenecía a otro mundo. Lo único que sabía con certeza es que esa noche ella le confesó que alguien la estaba vigilando, y que tenía mucho miedo. Y él la ignoro, y ahora todo eso era su culpa.

Bhithos

Era la quinta semana que pasaba, Loki le prometió volver con información, pero otra vez, la había engañado.
Ya no veía más a Dhon, ahora quién le traía la comida, era otro muy diferente. Ya que no poseía la capacidad de hablar, era mudo. Pero ella se había ingeniado la forma de sacarle información, ya que sabía algo que ni siquiera Loki sabía, el ser era mucho más especial, ya que podía conectarse mentalmente con otros seres. Y aunque no hablara entendía perfectamente lo que Elisse le pedía.

Ella le había pedido que localizara a Heimdall, estaba segura que se podría conectar con él, ya que contenían habilidades muy parecidas. Él aún no lo había podido lograr, pero estaba trabajando en ello. Mientras tanto, Elisse seguía sufriendo entre celdas.

—Espero que no me hayas extrañado mucho.—se escuchó decir a Loki por fuera de la celda, él siguió hablando pero Elisse se dispuso a ignorarlo.—Te traje noticias de tu mortal, pero si no quieres escucharlas... me iré.

—¿Cómo está él?—debió romper el silencio ella, ya que le surgía saber el bienestar de Tony.—Habla.

—Destrozado. Como si hubiera perdido una mitad de sí mismo.—confesó Loki con cierto tono irónico mientras imitaba a un poeta, acompañado de un largo suspiro.—el amor es complicado.

—¿Cuánto tiempo ha pasado en la Tierra?—preguntó ella, con miedo de la respuesta.

–Hoy se cumplen cinco meses.—se limitó a informarla Loki.—Volveré la otra semana, hasta pronto. Suerte con Drix, ya te has dado cuenta que habla menos que Dhon, ¿no?—se burlo Loki.

—¡Espera, Loki!—gritó ella y él se volteó.—¿por qué me tienes aquí?

Preguntó ella desesperada pero él no contestó nada, se dio la vuelta y se fue.

Midgard

A los cinco meses de la desaparición de Elisse, la policía decide cancelar la búsqueda y asimilar que la mujer ha fallecido. Muy similar como con lo que paso con Steve Rogers.
Tony no se conformó con esta noticia, y si ya no contaba con el apoyo se la policía debía buscar apoyo de otro lado.
Después de buscar información y pensarlo bien, las opciones se le agotaban cada vez más, así que decidió pedir a ayuda a S.H.I.E.L.D.

—Stark, que sorpresa encontrarlo por estos lados.—soltó uno de los agentes.—¿dejarás de vender armas para el gobierno y te unirás a nosotros?

—No.—se limitó a responder.—¿puedo hablar con Nick Fury?

Tony hace tiempo había perdido el humor tan característico de él, el agente se dio cuenta de eso y lo hizo pasar a donde se encontraba el director.
Tony paso y el agente se fue dejándolos solo con Fury, quién le hizo tomar asiento y le dio agua para beber.

—Lamentó tu perdida, Stark.—dijo Fury mientras le daba el vaso con agua y regresaba a su asiento.—y supongo el por qué de tu visita, pero la policía ya ha hablado.

—La policía no ha buscado lo suficiente.—soltó él impotente.—pero ustedes son muchísimo mejores en eso.

—Nosotros combatimos cosas muy diferentes a estas, Stark.

—Cuando desapareció el Capitán America todos lo dieron por muerto, menos ustedes.—soltó Tony.—Mi padre me lo dijo, y sabes que si hubieran buscado más la historia podría a ver sido diferente.

—Hasta hoy en día no se ha encontrado el cuerpo de Steve Rogers.—reconoció Fury con la mirada baja.—Probablemente ya se desintegró, ha pasado mucho tiempo.

—Sé que las posibilidades de que este viva son pocas.—admitió Tony con una lágrima recorriendo su mejilla.—pero no permitan que se repita lo mismo que con el Capitán America.

—Haremos todo lo posible para encontrarla, Tony.—dijo Fury al final.

Tony le agradeció al director Fury y le dejo una carpeta con todos los datos de Elisse, fotos de ellas, y el dibujo del hombre que lo había golpeado y mayor sospechoso de la desaparición de Elisse. 
Y así se fue, depositando su confianza en este grupo secreto, y manteniendo la esperanza de saber algo de lo que paso aquella noche. A pesar de entender que las posibilidades de que Elisse estuviera con vida serían un 99%, él aún intentaba creer en el otro 1%, aunque fuera difícil.