Capítulo 38

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Me desperté al sentir unas cálidas manos en mi espalda, Tony tiene esa extraña manía de jugar con sus dedos mientras duermo, esta vez en mi espalda, ya que estaba boca abajo. A veces hacía círculos, otras veces solo los movía de un lado al otro. Y ahora, siento como sube su dedo índice desde un extremo hacía otro, bajaba y hacía unas vueltas... como si estuviera dibujando algo.

Pensé en decirle algo, pero después me di cuenta que él no noto que me había despertado, así que si, permanecí en silencio observándolo y sintiendo como repetía el mismo patrón con sus dedos.

Y en esos momento en donde lo veo tan concentrado en el juego de sus dedos, imaginando las miles de cosas diferentes que están pasando ahora por su cabeza, tan ausente del mundo real, de sus problemas... él no lo sabe, pero es ahí cuando más logra enamorarme.
Y solo puedo sonreír mientras mi mente comienza a divagar, aunque con un poco de razón, porque es ahí, en esos mini detalles, cuando me doy cuanto de lo mucho que lo amo. Y nunca tengo el poder de admitirlo.

Mis pensamientos se interrumpieron cuando el bajo su dedo índice hacía abajo, donde comienza la cintura, y sin saberlo me provocó cosquillas, y no pude contener la risa. Recién ahí, él se dio cuenta que había despertado.

—Oh.—soltó Tony al pensar que la había despertado, pero por su sonrisa se dio cuenta que no era así.—¿hace cuanto que...—ella lo interrumpió.

—Buenos días, amor.—solté antes de que Tony concretara su pregunta.

Me tiré por encima de él, no pude evitarlo, en las mañanas cuando su pelo esta despeinado y sus ojos no terminan de abrirse, se ve el doble de sexi de lo que es, y logra sacar lo peor de mi.

Él reaccionó al instante y me abrazó con ambos brazos, me acomodé sobre él, abriendo mis piernas y sentándome sobre su miembro suavemente, él suspiro y sonrió negando con la cabeza. Se mordió el labio inferior y luego llevo sus manos hacía los muslos de ella apretándolos con cierta fuerza.
Luego, se incorporo hasta llegar hacía ella y comenzó a besarle el cuello para terminar en un largo beso en la boca.

—Oye, por mi podríamos pasar el resto del día así.—admitió él mientras se incorporaba.—Pero quedé con Rosa en ir almorzar.

—¿Qué?—pregunté ella confundida.—¿Rosa, mi tía?
Volví a preguntar igual de confundida, y él solo asintió.

Tony se levanto de la cama, busco entre su placar un largo rato hasta decidirse por un jean negro y un remera blanca con algunos detalles en gris. Mientras yo seguía en mi estado de confusión, ni quiera yo he hablado con Rosa. Empiezo a sentir celos por Tony.

—¿Cómo es que quedas con mi tía y yo no me entero?.—seguí preguntando y él se encogió de hombros.

Él termino de aprontarse, me asombro que haya sido tan rápido por lo general demora más que yo. Me levante y vi la hora, eran 12:30, muy tarde para la hora que acostumbra almorzar Rosa, ahora entiendo la prisa de Tony.

Mientras él fue al baño, yo me quede aprontandome, lo que fue bastante sencillo ya que Tony ya me había dejado la ropa pronta sobre una silla. Así que no tuve ni que pensar en que me pondría, aunque nunca es un problema para mi, suelo ponerme lo primero que encuentro.

—Te espero abajo.—dijo él al salir del baño.

Termine de aprontarme, fui al baño a cepillarme los dientes y cuando salí Tony ya no estaba. Sinceramente, no se si tendría ansias, prisa o hambre... o tal vez las tres.
Supuse que ya estaría en el auto así que fui a comprobarlo y era cierto, así que fui hasta allí. Apenas subí, él puso en marcha el coche.

—¿Podría saber por qué tanto apuro?—preguntó ella.

—Ya sabes el motivo.—respondió él sin quitar la mirada.

—Ba si, pero Rosa no te echará si llegas tarde.—admitió ella divertida.—Es más, le diré que ha sido culpa mía, que me he dormido.

Él rio negando con la cabeza ante el comentario de ella.

La casa de Tony no estaba muy lejos de la de Rosa así que no tardaron demasiado tiempo en llegar.
Afuera de la casa estaba Billie fumándose un cigarrillo. Elisse fue a saludarle mientras esperaba a Tony.

—Por fin llegan, Rosa esta algo molesta.—soltó Billie con una sonrisa.

—¿Y por qué la sonrisa?—cuestionó ella un poco inquieta.

—Solo estoy feliz.—admitió él.

En eso llego Tony, quién trato de ocultar su cara de odio y saludo amablemente a Billie. Ninguno de los dos se llevaban bien pero trataban de disimularlo.

Sin más, entraron a la casa. Rosa ya tenía todo preparado como es de costumbre, con estos temas se vuelve un poco complicada.
Adrienne estaba ayudando a Rosa quien al parecer si estaba enojada.

—Se ha enterado de la noticia y se molesto, no le den importancia.—soltó Adri acercándose a Tony y a Elisse que la miraban sin entender nada.—Por mi parte, los felicito. Y ojo, que no son los únicos con buenas noticias.

—No entiendo.—confesó Tony.

—Iré a poner la mesa que tengo mucha hambre...—dijo Adri sin explicarle nada a Tony.

—Va, te ayudo.—soltó Elisse.

Y así, Elisse se fue ayudarle a Adrienne. Dejando a Tony solo, sin terminar de comprender. Pero antes de quedarse allí con Billie, prefirió ir con Rosa. Estaba enojada pero al menos sería una mejor compañía, ya que al menos no lo odiaba.

Ella estaba terminando de preparar la comida, había hecho su especialidad, Canelones. Y para colmo, era una de las comidas preferidas de Tony.

—¡Hola, Rosa!—soltó él con entusiasmo pero ella no respondió con la misma alegría.—así que es cierto que estás molesta, ¿podría saber el motivo?—preguntó él pero antes de que ella pudiera responder volvió hablar.—Oh ya sé, hemos llegado tarde pero es porque ayer tuvimos un pequeño problema y...—ella lo interrumpió.

—Me ha molestado ser la última en enterarme de la noticia.—confesó Rosa.

—No comprendo... ¿qué noticia?—preguntó Tony desconcertado.

Rosa rodó los ojos ante la incredulidad de Tony, tomo el control de la televisión y la prendió.

—Son los titulares de todos los programas.—soltó ella.—¿qué me dices ahora?

El titular decía "El multimillonario Tony Stark enamorado"
Y aparecían un vídeo de la noche anterior donde se capta a Elisse, con la siguiente frase. "¿Quién será la chica y como logró robar el corazón de Stark?"

Estaba ebrio, lo siento.

—Ya, no importa. Dime ¿es cierto... digo, finalmente están juntos?—preguntó Rosa en un tono más tranquilo y Tony asintió con una sonrisa.—Pues, felicidades, merecen ser felices.

Ordinary World. (Tony Stark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora