Capítulo 22

3.4K 298 30
                                    

Ian intento una vez más pero nuevamente el caballo reacciono mal, no se agradaban mutuamente, y lo primero que debes lograr es ganarte el cariño del animal. Su caballo corría, relinchaba para tirarlo pero Ian se sujetaba fuerte como le enseñe. Yo corría detrás en un intento fallido de poder frenarlo.

—Esto es imposible, no puedo, ¡no lo haré!—gritó él mientras el caballo corría.

—El debe tener tu confianza, y tu solo le das temor.—grite para que él me escucha.—¡No te bajes, no ahora, se siente amenazado!

—¡Ayúdame!—gritó una vez más.

El caballo corría muy fuerte, era casi imposible creer que podía llegar a alcanzarlo. Ian gritaba desesperado y era aún peor.
Llegue al punto donde mis piernas no respondían y mi respiración se acortaba cada vez más, tuve que parar de correr.

De pronto, deje de sentir los gritos de Ian y el galope del caballo. Maldición, los perdí por completo. Prometí ayudarlo y no lo logré.

Decidí buscarlo mientras lo llamaba a gritos, no podía estar demasiado lejos, comencé a correr a la dirección donde iban la última vez que los vi.
Estaba corriendo desesperadamente y no pensaba correctamente, me detuve al ver las huellas del caballo y por fin me sentí aliviada, las seguí por un largo rato y parecían estar girando en círculos, no tenía mucho sentido.

Creí haberme rendido cuando un sonido muy familiar me hizo cambiar de opinión, corrí hacía allá y finalmente los pude ver.

—¡Eli, Eli, lo logré!—gritaba él emocionado.

Era la misma emoción que sentí yo cuando también logré domar mi yegua.

—Si... sabía que lo harías.—mentí.—ahora debemos volver, en unas horas se pondrá la noche y no quiero que Tony llegue y no me vea allí.

—Esta bien pero ¿de verdad crees que él regresara hoy a casa?—preguntó irónico.—la estará pasando muy bien con Norah, y lo sabes.

—Lo supongo pero no lo sé, quiero confiar en él.

—No deberías confiar en nadie, tarde o temprano todos te traicionarán.—soltó él en un tono muy seco mientras la miraba fijamente.

—¿Y qué propones entonces?—preguntó ella ignorando lo demás.

—Podemos dar un paseo sobre este hermoso muchacho, ¿qué dices?—él se le acercó y le sonrió dulcemente, ella aceptó sin dudar.

—Pero que sea corto, quiero volver temprano.—ordenó antes de marchar.

P.O. V. Tony.

Norah había preparado un especie de picnic, no era un lugar romántico para hacerlo era más escalofriante, pero daba igual. Estoy aquí para olvidarme de Elisse, no para escribir poesías.

—Tony... ¿cómo es la ciudad?—preguntó ella entre susurros.

—Es grande, esta llena de calles, autos, casas, edificios, gente por donde quieras que mires... y uhm no lo sé.—dije para seguir besándola.—¿Por qué el interés?

—Cuando tu regreses podría ir contigo... el pueblo comienza a aburrirme. Nunca he salido de aquí, y la ciudad parece divertida.—propuso ella, no negaré que me tomo por sorpresa tanto que deje de besarla.

Ordinary World. (Tony Stark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora