Capítulo 21 ''El caballo blanco''

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Elisse se encontraba sentada enfrente al mar, serena como la misma agua, el sonido de las olas y el viento era tan tranquilo que podía permanecer el resto de día allí sentada. Pero, repente comenzó a sentir otro sonido muy diferente al que oía anteriormente. Era una mezcla de galope y gritos entreverado. Ella se aparto del mar para poder escuchar mejor y fue cuando vio al caballo blanco venir hacía ella, corría tan deprisa que creyó que la atropellaría pero cuando se fue acercando hacía ella, el caballo detuvo la marcha y permaneció quieto.

Era un caballo hermoso, con patas largas y un pelaje increíble de color blanco. Mientras corría parecía muy salvaje pero ahora que se había detenido era todo lo contrario, se dejaba acariciar por Elisse muy tranquilamente. Era todo un encanto. Pero el caballo no venía huyendo solo, atrás de él apareció el culpable, un hombre que gritaba agitado por el cansancio que le habrá ocasionado correr tanto a este inocente animal.

—Tú.—dijo Elisse al reconocer al hombre.—¿qué le hiciste a este caballo para que saliera huyendo de esta manera?

—No, ¿qué le hiciste tú para que frenara así?—repuso el hombre.—es una bestia.—se quejo esta vez con tono frió mirando de mala gana al caballo.

—Pues, a mi me parece muy tranquilo.—dijo ella mientras seguía acariciándolo.—Ven, siéntate.—ordeno ella y el caballo obedeció, acostándose en el fresco césped para poder descansar.

—Mira, no tengo idea de como hiciste eso pero deberías enseñarme.—propuso el hombre al ver como su caballo había obedecido sin quejarse.

El hombre había corrido al caballo desde el pueblo hasta aquí, debería estar muy sediento así que Elisse le ofreció agua, y por supuesto él acepto.

—Aún no me haz dicho tu nombre.—dijo mientras le tendía el vaso con agua.—Por cierto, yo soy Elisse.

—Lo sé, Norah me contó sobre ti.—sonrió fingidamente para después tomar el agua.—Gracias y ah, soy Ian.

—¿Tú tampoco eres del pueblo, verdad?—preguntó ella y él asintió.

—Es cierto, vine hace un par de años a vivir aquí pero como ves, aún no logro adaptarme.—respondió él.

—¿Por qué decidiste venir aquí?—siguió preguntando ella.

—Ah... es una larga historia.—dijo él alargando las palabras.

—Tenemos tiempo, el caballo esta muy cansado, mientras se recupera podremos hablar.—insistió ella.

Elisse le había prometido enseñarle a galopar, cuando vivía en Asgard tenía un caballo muy simular al de Ian. Era una yegua realmente salvaje, se entendía perfectamente con ella pero le costo mucho lograr cierto entendimiento.

Ella volvió a sentarse frente al mar y Ian la siguió mientras le contaba el motivo por el cual decidió venir a vivir a este pueblo.
Según él, allí era un increíble cirujano pero tenía graves problemas con el alcoholismo, aún así siempre había operado de manera excelente, hasta aquella donde la suerte no le jugo a su favor.

—Era un hombre mayor... unos 65 años, podría haberlo salvador Elisse, podría haber tenido una vida completamente normal... feliz, pero no pudo, yo lo mate.—titubeo él con la mirada perdida en mar, dio un largo suspiro y continuo hablando.—Vine al pueblo por una rehabilitación y a funcionado, hasta ahora no había consumido ni una gota de alcohol.

—¿Hasta...ahora?—pregunto ella confundida.—¿qué paso?

—Paso que me enamoré y cuando el amor no es correspondido, duele.—respondió con tristeza.—Y lo peor es que no es un dolor físico, algo que pueda arreglar con medicinas, o una operación...

Ordinary World. (Tony Stark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora