Capítulo 25

3.5K 230 3
                                    

P.O.V. Tony.

Lo intenté, esta vez lo intenté de verdad y aún así fallé. Supongo que no nací para esto llamado ''amor''. Y es que en verdad no lo comprendo, no quiero sonar arrogante pero es que lo tengo todo; soy millonario, soy divertido, atractivo, muy bueno en la cama, a veces hasta llego a ser tierno... 
Esta bien, no seré un principe ni mucho menos un guerrero, pero ella tampoco lo es... ¿o si? ¡No, claro que no!
Debería ser más realista, sujetos como Steve Rogers se han extinguido ya hace mucho, al menos supe reconocer mis errores y es algo que jamás admito.

Y... "Beso de despedida" ¿a qué se refiere con eso? ¿por qué es tan complicada? ¿por qué me gusta tanto?

Tal vez sea un truco, si es eso... ella quiere ponerme a prueba y comprobar si realmente la amo,  debo seguir su juego, o de lo contrario ¿por qué me besaría y luego me diría esas cosas? no hay una explicación lógica.

—¿Por qué mejor no aceptas que el grandioso Tony Stark fue rechazado por una chica totalmente ordinaria?—pregunto Norah con sarcasmo, yo simplemente la mire con el ceño fruncido a lo ella sonrió.—oh bien, descartaremos esa loca idea.

—¿Hace mucho estás ahí?—pregunté con desprecio.

—Si te refieres a que si escuché todo lo que dijiste, pues si, lo hice.—dijo ella acercándose hacía dónde estaba.

—¿Y... bueno... me sugieres algo?—titubee al preguntar, pedirle ayuda justo a ella no era lo ideal.

—Claro, deberías comenzar por pensar en voz baja, Tony.

—No me refería a eso.—rode los ojos, sabía que ella entendía lo que le había preguntado pero le encantaba hacerme fastidiar.—eres mujer, sabes de estás cosas y yo no... ¿qué debo hacer con Elisse?

—No hay mucho que hacer, te ha rechazado y por algo es.—respondió ella.—¿sabías que Ian es muy seductor?

—Gracias, Norah, haz sido de gran ayuda.—solté irónico y fastidioso a la vez.

—Ok, ok, espera.—dijo ella sujetándome del brazo.—no sé que tiene en la cabeza esa chica para rechazar a un hombre como tú, pero dale un tiempo para que ordene sus sentimientos y los acepte, hasta puede que te perdone, créeme es lo mejor para ambos.

Le agradecí de la formas más cortés que existe, aún seguía enojado con ella. Sé que tiene algo planeado con Ian, los he visto hablar muy de cerca. Aún no se lo he dicho a Elisse porque sé que me tratara de psiquiátrico, para que me crea necesito pruebas.
Pero no dejare que logren separarnos, no volveré a caer en los juegos de Norah, solo espero que Elisse no caiga en los de Ian. 

P.O.V. Elisse

Me sentía demasiado culpable, no debí hacerlo, no debí besarlo, pero su rostro era tan dulce y sus labios me pedían a gritos que lo hiciera, es que cuando se trata de él, es como si perdiera el control total sobre mi cuerpo.
Ahora debe de estar confundido, triste, enojado... ¡no lo sé!

Necesito volver a verlo, volver a sentir sus labios acariciando los míos, ¿he sido tan mala para merecer dicho castigo? solo quiero estar con él, ser feliz...
Pero hacerlo sería realmente egoísta, pronto regresaré a Asgard y él se quedará aquí, no quiero que sufra atado a un amor que jamás podrá ser. Lo amo y por eso debo dejarlo partir.

—No te ves nada bien, ¿qué sucede?—preguntó Ian sentándose a mi lado.

Estaba en el parque de siempre, frente a la enorme fuente mirando como jugaban los niños, tan felices sin obligaciones ni preocupaciones, nada mejor que esa edad para vivir.

La infancia siempre será la mejor edad, aún recuerdo en cada juego las competencias entre Loki y Thor por ser mejores, solo era un juego, quién llegaba primero era el ganador, Loki solía hacer trampa y Thor se enojaba, ambos odian perder, bah, sigue siendo así hasta hoy en día. Creo que por más que crezcamos hay cosas que jamás cambiaran.

Ian se sentó a mi lado preguntándome sobre mi animo, y ahí fue momento de volver a la realidad y entender que ya no era la niña que reía mientras sus hermanos peleaban.
Ahora era una adulta muy lejos de su hogar y de sus hermanos, una adulta con obligaciones y difíciles decisiones por tomar. 

—Estoy... estoy bien, solo es que.—respire profundo y decidí soltarlo de una vez.—termine definitivamente con Tony.

—Así que finalmente lo hiciste, terminaste con él, ¿ahora que sigue?.—pregunto Ian contento.—deberías estar aliviada pero no lo estás, ¿que sucede?

—Mi madre solía decir que siempre hay que hacer lo correcto, pero no entiendo... ¿si es lo correcto por qué me siento tan mal?

  —Tal vez ahora no lo parezca, pero dentro de un tiempo sabrás que hiciste lo mejor y te sentirás bien por ello.—dijo mientras me abrazaba, sonreí y supe que él tenía razón.

  —Solo espero que no te equivoques.—solté divertida y él rió. 

—¿Él sabe que te irás?—preguntó y yo negué con la cabeza, no me había animado a decírselo.—Ya veo...tenías miedo.

—No, miedo no.—solté sin pensarlo.

Conocía muy bien el miedo y esto no se le parecía, era otro temor, algo más fuerte que el miedo. No podía enfrentarlo, me negaba a hablar con Tony porque sabía que él tenía ese fastidioso don de hacerme dudar sobretodo y lograr cambiar mi opinión.

¿Cómo explicarle que no debemos estar juntos?
Se lo advertí, le dije que no se enamorara de mi, era un simple juego pero sucedió, nos enamoramos y ahora estaremos destinados a sufrir.

Tony no lo entendería jamás, él era el castigo del cual mi padre hablaba. No puedo decirle la verdad, que provengo de otro mundo, nunca me creería y si lo hace, eso solo pondría en peligro a Asgard y los demás reinos.

—Me gusta eso de ti, ¿sabes?—soltó Ian, no entendí a que se refería hasta que continúo hablando.–eres muy decidida, me encantaría poder ser así.

—No, no lo soy.—repliqué, en realidad suelo ser bastante indecisa aunque pareciera lo contrario.—pero no hay mucho que decidir cuando solo tienes una opción.

Ian solo asintió como si comprendiera todos mis pensamientos, ambos permanecimos en silencio por un largo rato, él era muy bueno escuchando pero entendía que no tenía mucha ganas de hablar y seguir intentándolo sería en vano.

  —Oh, lo había olvidado.—dijo rompiendo el silencio.—había venido simplemente para decirte que ya tengo todo pronto, ¿mañana entonces...?  —lo interrumpí.

  —Si, Ian.—dije cortante, hablar de eso ponía peor de lo que estaba.—gracias...

Después de agradecerle, él me volvió abrazar y se despidió. Ya se estaba poniendo de noche y era obvio que quería descansar, mañana sería un día bastante largo e intenso.

Ordinary World. (Tony Stark y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora